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565. CARLOS LUIS DE RIBERA (Roma, 1815 - Madrid, 1891)Batalla del Zenete, 1878.
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PINTURA ANTIGUA

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CARLOS LUIS DE RIBERA (Roma, 1815 - Madrid, 1891)Batalla del Zenete, 1878.

Óleo sobre lienzo. 150 x 200 cm.
Firmado: “C. L. Ribera, 1878”.
Con marco en madera tallada y dorada con el escudo de armas de Hernán Pérez del Pulgar.

Bibliografía:
Francisco de Paula Villarreal y Valdivia, Hernán Pérez del Pulgar: ligeros apuntes sobre la vida y hechos hazañosos de este caudillo, M. Ginés Hernández, 1892
Miguel Egea, Pilar de, Carlos Luis de Ribera. Pintor romántico madrileño, Madrid, Fundación Vega-Inclán, Patronato Nacional de Museos, 1983

Hernán Pérez del Pulgar y García Osorio (1451-1531), llamado El de las hazañas, por sus diversas heroicidades y por escribir el conocido libro Breve parte de la hazañas del Gran Capitán, D. Gonzalo Fernández de Córdoba, es el personaje principal de este espectacular cuadro inédito que representa la Batalla del Zenete, del 10 de agosto de 1489.
Por sus primeras acciones y buen comportamiento en la guerra de Portugal contra Alfonso V, los Reyes Católicos nombraron a Hernando Pérez del Pulgar "continuo de casa". En agosto de 1482, tras viajar a Alhama con Fernando el Católico, ayudó en el tercer asedio musulmán, y posteriormente en el cerco de Loja. En mayo de 1486, se acercó al castillo del Salar con quince escuderos y setenta soldados, y lo atacó hasta rendirlo; por esta acción, los reyes le nombraron Señor y alcaide del Salar (origen del marquesado del Salar).
La acción que representa el cuadro que se subasta recuerda que en la expedición a Baza y Guadix cayó Hernando Pérez del Pulgar en una emboscada de musulmanes; cuando todo parecía perdido, consiguió animar a sus soldados, y acometer y batir al ejército moro en los campos del Zenete:
“Entre tanto, los moros, viendo el escaso número de enemigos á quienes tenían que combatir, lisonjeados por el porvenir que les aguardaba, se arremolinaron contra los nuestros, creyendo hacer en ellos un terrible estrago. Los soldados de la Cruz, viéndose sin bandera á quien seguir, y ante la duda que imprime el desaliento, por la falta del estandarte que había de guiarles á la victoria, tuvieron un momento de flaqueza, que no permitió Pulgar que pasara adelante, y cogiendo y desatando la blanca toca que traía en su cabeza, la anudó al extremo de su lanza, y dijo á los guerreros: “No faltará bandera al que quiera seguir, y levantando la lanza, y ondeando sobre todos la blanca toca que les servía de enseña, se constituyó en Alférez y Capitán de aquellos guerrilleros, y puestos en batalla, acometió á los moros, oyéndosele al acometer, entre otras, estas palabras: ¡Seguidme, seguidme, compañeros, que en mi mano llevo el pendón de Castilla! (...) y ¡Válgame Santa María! Era el 16 de agosto de 1489”.
Los Reyes Católicos concedieron a Pulgar un nuevo escudo de armas, con fecha 29 de diciembre de 1489: “León rampante, mostrando el animoso coraje del hazañoso Pulgar, en campo blanco ó de plata, símbolo de su constancia hasta vencer y su elocuencia en seducir con intrépido y eficaz estilo. La lanza que abraza es con la que hizo la proeza. La toca, atada al hierro, la que levantó y siguieron bandera, en campo azul, color de cielo, (...) en significación de su celo y lealtad. Los once castillos, por los de los alcaides presos y muertos, en campo rojo, por la sangre que de ellos en él se derramó por su audacia, ardid y fortaleza. Ellos de oro, en demostración del claro valor é inestimable de su valentía, y de la luz de su clara estirpe”, y el lema Tal debe el hombre ser como quiere parecer [las palabras Ave María añadidas a su escudo hacen referencia a su incursión en Granada y clavar en la puerta principal de la mezquita un cartel, escrito de su puño y letra, que comenzaba con dichas palabras].

Carlos Luis de Ribera, pintor de cámara de la reina Isabel II y solicitado en varias ocasiones como pintor de historia, realizó su primera obra de temática histórica siendo joven aún, en 1831, su Descubrimiento de la mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa. Su última gran pintura fue, precisamente, otra pintura de historia: La conquista de Granada por los Reyes Católicos, en 1890 (actualmente en la catedral de Burgos).
La más cercana en planteamiento a la que ahora subastamos, quizá sea sin embargo El origen del apellido Girón en la batalla de la Sagra (O/L, 175 x 235 cm), pintada en París en 1845, con la que obtuvo, según Ossorio y Bernard, una Primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Sobre este cuadro, la historiadora que mejor ha estudiado la producción de Ribera, Pilar de Miguel, escribió: “el pintor ha tratado este tema histórico con la fuerza dramática que imprime una batalla en plena acción” (...), destacando “el perfecto estudio de ropajes, así como la distribución de masas guerreras, cuya pugna se prolonga en la lejana perspectiva del fondo” (pág. 99).
Son palabras ajustadas que bien se pueden aplicar también a nuestro inédito lienzo. El carácter histórico buscado se consigue plenamente gracias al cuidado estudio de animales, armas y ropajes, que aparecen tanto en el grupo de soldados cristianos, con Hernán Pérez del Pulgar a la cabeza y el resto de sus acompañantes, como en el del disperso grupo defensor de musulmanes. En esta gran composición sobresale especialmente el colorido, verdaderamente llamativo y cuidado en los trajes de cada uno de los capitanes, y una composición enérgica, pero de clara raíz clásica.





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