Home / Subasta 19 y 20 de junio de 2019 / ANDRÉS PÉREZ (1660-1727)Inmaculada con Trinidad y un cortej
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880. ANDRÉS PÉREZ (1660-1727)Inmaculada con Trinidad y un cortejo de ángeles inserta en una orla de flores.
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PINTURA ANTIGUA

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ANDRÉS PÉREZ (1660-1727)Inmaculada con Trinidad y un cortejo de ángeles inserta en una orla de flores.

Óleo sobre lienzo. 115 x 87 cm. Nacido en 1669 en Sevilla hijo de Francisco Pérez de Pineda. Se formó en taller de Murillo así como se interesó por los aspectos escenográficos de amplias perspectivas que generalizan Arteaga y Alfaro. Nuestro cuadro es una aportación interesante al catálogo de obras del pintor y una muestra de su maestría como pintor de flores. Ya, Ceán Bermúdez, elogia la habilidad de este pintor para pintar flores y escribió “en lo que más se distinguió Pérez fue en imitar las flores y bordaduras por el natural”. Sobre nubes algodonosas con la media luna, manos sobre el pecho y mirada dirigida al Cielo, aparece la Virgen Inmaculada con manto azul, coronada por la Trinidad. La rodean angelitos que portan sus símbolos tradicionales de la letanía lauretana: “speculum sine macula, palma in cades, turris davídica”. Muy personal en su estilo es el tratamiento de los rostros siguiendo los modelos murillescos que interpreta con una curiosa insistencia en el dibujo de las cejas y negros ojos de intensa mirada. Con un dibujo preciso, una excelente ejecución en el detalle y una calidad notable en su colorido, rodea a la Virgen de una guirnalda, común en las composiciones flamencas, ya conocidas en Sevilla desde el siglo XVII y principios del siglo XVIII. Con varios tipos de flores: lirios, azucenas, rosas y claveles quedan simbolizadas la Pureza y la Pasión. Obra que nos acerca a otras de sus composiciones como la conservada en el Museo de Bellas Artes de Córdoba “Virgen inserta en una orla de flores” o “Niño Jesús rodeado de guirnalda de flores” conservada en una colección particular de Sevilla y dada a conocer por Valdivieso. En este caso, la guirnalda rodea completamente la escena sin introducir ningún tipo de cartela lo que demuestra un conocimiento de la pintura de flores flamenca, más barroca, de la segunda mitad del siglo XVII. La guirnalda enmarca la escena sin dejar vacíos los ángulos del marco. Más cerca de la obra de Daniel Seghers y ya en la España de Gabriel de la Corte.





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