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771. CÍRCULO DE ANTONIO RODRIGUEZ (Escuela española, siglo XIX)Petimetre con frac y sombrero bordado de Madrid y Petimetra con mantilla de franela guarnecida con cinta de tablero

Plumilla y aguada sobre papel. 18,5 x 12 cm.
Inscrita en la parte inferior: “Vamonos al Prado?/Patimetre con frac y sombrero Gordado” y ¡Caramba y que frío!/ Petimetra con matilla de franela guarnecida con cinta de tablero.
Inscrita en la parte superior derecha: “De Madrid” y número: “15”.
 
A relacionar Petimetre con frac y sombrero bordado de Madrid con el grabado de Antonio Rodríguez (Valencia, 1765- Madrid, 1832), 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/005. Un dibujo de Antonio Rodríguez, h. 1801, tinta parda, aguada, pincel, tinta hollín, lápiz negro sobre papel verjurado, 17 x 10,7 cm, se conserva en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: D009562/011. ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").
 
A relacionar Petimetra con matilla de franela guarnecida con cinta de tablero con el grabado de Manuel Albuerne (La Rioja, 1764- Madrid, 1815), conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/028. Un dibujo de Antonio Rodríguez, h. 1801, tinta parda, aguada, pincel, tinta hollín, lápiz negro sobre papel verjurado, 17 x 10,8 cm, se conserva en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: D009562/038. ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").

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350 €

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650 €
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771. CÍRCULO DE ANTONIO RODRIGUEZ (Escuela española, siglo XIX)Petimetre con frac y sombrero bordado de Madrid y Petimetra con mantilla de franela guarnecida con cinta de tablero

Plumilla y aguada sobre papel. 18,5 x 12 cm.
Inscrita en la parte inferior: “Vamonos al Prado?/Patimetre con frac y sombrero Gordado” y ¡Caramba y que frío!/ Petimetra con matilla de franela guarnecida con cinta de tablero.
Inscrita en la parte superior derecha: “De Madrid” y número: “15”.
 
A relacionar Petimetre con frac y sombrero bordado de Madrid con el grabado de Antonio Rodríguez (Valencia, 1765- Madrid, 1832), 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/005. Un dibujo de Antonio Rodríguez, h. 1801, tinta parda, aguada, pincel, tinta hollín, lápiz negro sobre papel verjurado, 17 x 10,7 cm, se conserva en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: D009562/011. ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").
 
A relacionar Petimetra con matilla de franela guarnecida con cinta de tablero con el grabado de Manuel Albuerne (La Rioja, 1764- Madrid, 1815), conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/028. Un dibujo de Antonio Rodríguez, h. 1801, tinta parda, aguada, pincel, tinta hollín, lápiz negro sobre papel verjurado, 17 x 10,8 cm, se conserva en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: D009562/038. ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").

Starting price: 350 €

SOLD BY: 650 €

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772. CÍRCULO DE ANTONIO RODRIGUEZ (Escuela española, siglo XIX)Aceitero, de Madrid y Mujer de artesano, de Madrid

Plumilla y aguada sobre papel. 18,5 x 12,2 cm. Con filigrana: "J. Whatman".
Inscrito en el ángulo inferior izquierdo: “1 Baya que no mido mal./ Azeytero” y 2. “Soy la misma?/ Muger de Artesano”.
Inscrito en la parte inferior: “1” y “2”.
Inscrito en la parte superior: “De Madrid” y número "2".
Basado en la serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801".
 
A relacionar Aceitero de Madrid con el grabado Francisco de Paula Martí Mora (Valencia, 1761- Lisboa, 1827) según el dibujo de Antonio Rodríguez, 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/022. Un dibujo de Antonio Rodríguez de h. 1804, en lápiz negro, tinta parda, aguada, pincel, tinta de hollín sobre papel verjurado. 17 x 10,7 cm, se conserva el Museo Nacional del Prado con número de inventario: D009562/031.
 
A relacionar Mujer de artesano, de Madrid con el grabado de Francisco de Paula Martí Mora (Valencia, 1761- Lisboa, 1827) según el dibujo de Antonio Rodríquez (Valencia, 1765- Madrid, 1832), 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/020. Un dibujo de Antonio Rodríguez de h. 1804, en lápiz negro, tinta parda, aguada, pincel, tinta de hollín sobre papel verjurado. 17 x 10,8 cm, se conserva el el Museo Nacional del Prado con número de inventario (D009562/029).

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350 €

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350 €
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772. CÍRCULO DE ANTONIO RODRIGUEZ (Escuela española, siglo XIX)Aceitero, de Madrid y Mujer de artesano, de Madrid

Plumilla y aguada sobre papel. 18,5 x 12,2 cm. Con filigrana: "J. Whatman".
Inscrito en el ángulo inferior izquierdo: “1 Baya que no mido mal./ Azeytero” y 2. “Soy la misma?/ Muger de Artesano”.
Inscrito en la parte inferior: “1” y “2”.
Inscrito en la parte superior: “De Madrid” y número "2".
Basado en la serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801".
 
A relacionar Aceitero de Madrid con el grabado Francisco de Paula Martí Mora (Valencia, 1761- Lisboa, 1827) según el dibujo de Antonio Rodríguez, 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/022. Un dibujo de Antonio Rodríguez de h. 1804, en lápiz negro, tinta parda, aguada, pincel, tinta de hollín sobre papel verjurado. 17 x 10,7 cm, se conserva el Museo Nacional del Prado con número de inventario: D009562/031.
 
A relacionar Mujer de artesano, de Madrid con el grabado de Francisco de Paula Martí Mora (Valencia, 1761- Lisboa, 1827) según el dibujo de Antonio Rodríquez (Valencia, 1765- Madrid, 1832), 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/020. Un dibujo de Antonio Rodríguez de h. 1804, en lápiz negro, tinta parda, aguada, pincel, tinta de hollín sobre papel verjurado. 17 x 10,8 cm, se conserva el el Museo Nacional del Prado con número de inventario (D009562/029).

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773. CÍRCULO DE ANTONIO RODRIGUEZ (Escuela española, siglo XIX)Mozo de tahona, de Madrid y Mujer de Fuencarral en las cercanías de Madrid

Plumilla y aguada sobre papel. 18,5 x 12 cm.
Inscrito en el ángulo inferior izquierdo: “Porla tarde á pasear, que harto trabajo de noche./Mozo de Tahona y Señor,.” y “¿me saca usted de huevera?/Muger de Foncarral en las Cercanías de Madrid”.
Inscrito en la parte superior: "De Madrid" y número: "10".
 
A relacionar Mozo de Tahona, de Madrid con el grabado de José Vázquez (Córdoba, 1768- Madrid, 1804) según dibujo de Antonio Rodríguez (Valencia, 1765- Madrid, 1832), 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario (G005710/023). Un dibujo de Antonio Rodríguez de h. 1804, en tinta de hollín, aguada, tinta parda, pincel, lápiz negro sobre papel verjurado. 17 x 10,7 cm, se conserva el el Museo Nacional del Prado con número de inventario (D009562/032). ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").
 
A relacionar Mujer de Fuencarral en las Cercanías de Madrid con el grabado Francisco de Paula Martí Mora (Valencia, 1761- Lisboa, 1827) según el dibujo de Antonio Rodríquez (Valencia, 1765- Madrid, 1832), 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario (G005710/032). Un dibujo de Antonio Rodríguez de h. 1804. Pincel, Aguada, Lápiz negro, Tinta parda, Tinta de hollín sobre papel verjurado, 17 x 11 cm se conserva en el Museo Nacional del Prado con número de inventario (D009562/034). ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").

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773. CÍRCULO DE ANTONIO RODRIGUEZ (Escuela española, siglo XIX)Mozo de tahona, de Madrid y Mujer de Fuencarral en las cercanías de Madrid

Plumilla y aguada sobre papel. 18,5 x 12 cm.
Inscrito en el ángulo inferior izquierdo: “Porla tarde á pasear, que harto trabajo de noche./Mozo de Tahona y Señor,.” y “¿me saca usted de huevera?/Muger de Foncarral en las Cercanías de Madrid”.
Inscrito en la parte superior: "De Madrid" y número: "10".
 
A relacionar Mozo de Tahona, de Madrid con el grabado de José Vázquez (Córdoba, 1768- Madrid, 1804) según dibujo de Antonio Rodríguez (Valencia, 1765- Madrid, 1832), 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario (G005710/023). Un dibujo de Antonio Rodríguez de h. 1804, en tinta de hollín, aguada, tinta parda, pincel, lápiz negro sobre papel verjurado. 17 x 10,7 cm, se conserva el el Museo Nacional del Prado con número de inventario (D009562/032). ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").
 
A relacionar Mujer de Fuencarral en las Cercanías de Madrid con el grabado Francisco de Paula Martí Mora (Valencia, 1761- Lisboa, 1827) según el dibujo de Antonio Rodríquez (Valencia, 1765- Madrid, 1832), 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario (G005710/032). Un dibujo de Antonio Rodríguez de h. 1804. Pincel, Aguada, Lápiz negro, Tinta parda, Tinta de hollín sobre papel verjurado, 17 x 11 cm se conserva en el Museo Nacional del Prado con número de inventario (D009562/034). ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").

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774. CÍRCULO DE ANTONIO RODRIGUEZ (Escuela española, siglo XIX)Aldeano de las cercanías de Salamanca y Aldeana de las cercanías de Salamanca

Plumilla y aguada sobre papel. 18,5 x 12 cm.
Inscrita en el la parte inferior: “1. En viniendo la feria cuenta con ello”/ “Aldeano de las cercanías de Salamanca,” y “2. ¿Vienes al Bayle Perico?”/ “Aldeana delas cercanías de Salamanca”.
Inscrita en la parte superior: “Castilla la Vieja” y número: "5".
 
A relacionar Aldeano de las cercanías de Salamanca con el grabado de Manuel Albuerne (La Rioja, 1764- Madrid, 1815), h. 1801, 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/049. Un dibujo de Antonio Rodríguez, h. 1801, tinta parda, lápiz negro, aguada, tinta de hollín, pincel sobre papel verjurado, 17 x 10,8 cm se conserva en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: D009562/057. ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").
 
A relacionar Aldeano de las cercanías de Salamanca con el grabado de Manuel Albuerne (La Rioja, 1764- Madrid, 1815), h. 1801, 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/050. Un dibujo de Antonio Rodríguez, h. 1801, tinta parda, lápiz negro, aguada, tinta de hollín, pincel sobre papel verjurado, 17 x 10,8 cm se conserva en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: D009562/058. ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").

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350 €

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774. CÍRCULO DE ANTONIO RODRIGUEZ (Escuela española, siglo XIX)Aldeano de las cercanías de Salamanca y Aldeana de las cercanías de Salamanca

Plumilla y aguada sobre papel. 18,5 x 12 cm.
Inscrita en el la parte inferior: “1. En viniendo la feria cuenta con ello”/ “Aldeano de las cercanías de Salamanca,” y “2. ¿Vienes al Bayle Perico?”/ “Aldeana delas cercanías de Salamanca”.
Inscrita en la parte superior: “Castilla la Vieja” y número: "5".
 
A relacionar Aldeano de las cercanías de Salamanca con el grabado de Manuel Albuerne (La Rioja, 1764- Madrid, 1815), h. 1801, 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/049. Un dibujo de Antonio Rodríguez, h. 1801, tinta parda, lápiz negro, aguada, tinta de hollín, pincel sobre papel verjurado, 17 x 10,8 cm se conserva en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: D009562/057. ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").
 
A relacionar Aldeano de las cercanías de Salamanca con el grabado de Manuel Albuerne (La Rioja, 1764- Madrid, 1815), h. 1801, 17,2 x 11 cm, conservado en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: G005710/050. Un dibujo de Antonio Rodríguez, h. 1801, tinta parda, lápiz negro, aguada, tinta de hollín, pincel sobre papel verjurado, 17 x 10,8 cm se conserva en el Museo Nacional del Prado con número de inventario: D009562/058. ("Serie de la "Colección General de los Trajes que en la actualidad se usan en España: principiada en el año de 1801").

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780. ROMEYN DE HOOGHE (Amsterdam, 1645- Países Bajos, 1708)“La llegada de Johan de Witt a la Haya”, “Los hermanos de Witt atacados por la multitud”, “Los hermanos de Witt desnudados y arrastrados por las calles”, “Los cuerpos de los hermaos de Witt colgados por los pies”Amsterdam, h. 1672

Cuatro dibujos a tinta, pincel, aguada, clarión y tiza negra sobre papel. 20,5 x 35 cm, cada uno.
En el reverso con etiquetas.
 
PROCEDENCIA:
Sotheby´s, Amsterdam, 9 de noviembre de 1999.
Colección particular Madrid.
 
Durante el siglo XVII, la República de los Países Bajos vivió un periodo de extraordinario auge económico, comercial e intelectual tras consolidar su independencia del Imperio español, guiada por una élite republicana que promovía el comercio, el pensamiento ilustrado y la independencia frente al poder monárquico. En este contexto surgieron dos visiones opuestas sobre la organización del poder: por un lado, el republicanismo urbano y mercantil representado por Johan de Witt; por otro lado, la tradición monárquica y militar encarnada por la Casa de Orange.
 
Johan de Witt, matemático, jurista y brillante estadista, fue durante casi dos décadas el Gran Pensionario de Holanda y una de las figuras más influyentes de la República de los Países Bajos en el siglo XVII. Defensor de los ideales republicanos y del libre comercio, impulsó reformas económicas, consolidó alianzas estratégicas y fortaleció la marina neerlandesa. Su hermano Cornelio, también con cargos políticos y militares, colaboró estrechamente con Johan en la defensa del Estado. Fue magistrado y comandante naval, participando en operaciones decisivas como la célebre incursión en el río Medway contra Inglaterra en 1667.
 
El persistente enfrentamiento entre la facción monárquica de los Orange y la republicana, sumando a las guerras contra Inglaterra y Francia, los desastres naturales, las hambrunas y las derrotas en tierra firme, generaron una profunda inestabilidad. Esta situación alcanzó su clímax durante el llamado “año del desastre”, de 1672, cuando la República fue invadida simultáneamente por Francia, Inglaterra y aliados alemanes. Luis XIV avanzó desde el sur, Inglaterra atacó por mar y tropas del obispado de Münster y del Electorado de Colonia lo hicieron desde el este. En ese contexto, el príncipe Guillermo III fue nombrado capitán general, desplazando a Johan de Witt del poder. Las falsas acusaciones de traición contra los De Witt y un ambiente de agitación social desembocaron en uno de los episodios más cruentos de la historia neerlandesa: el asesinato de los hermanos De Witt.
 
Esta colección de cuatro dibujos que presentamos, pintados por Romeyn de Hooghe -destacado grabador, medallista y pintor holandés- , constituye una serie de estudios preparatorios para los grabados de Hooghe conservados en el British Museum (número de inventario: 1858,0724.190 (Ver: https://www.britishmuseum.org/collection/object/P_1858-0724-190 y representan la secuencia de los hechos que conforman este episodio histórico. Las escenas representadas corresponden a: la llegada de Johan de Witt a La Haya, el asesinato de los hermanos en la misma ciudad, el descuartizamiento de sus cuerpos y, finalmente, el desollado público.
 
En junio de 1672, Johan fue herido en un intento de asesinato. Poco después, su hermano Cornelio fue arrestado y torturado, tras una denuncia infundada de conspiración contra el príncipe. El 20 de agosto, Johan se presentó en la prisión de Gevangenpoort, en La Haya, para visitar a su hermano. Ese mismo día comenzó a circular el rumor de que Cornelio sería liberado, lo que provocó la concentración de una multitud frente al edificio. Ciudadanos armados irrumpieron en la prisión, sacaron a los hermanos y los asesinaron brutalmente en plena calle. Sus cuerpos fueron colgados del patíbulo y públicamente mutilados. Extremidades y órganos fueron arrancados y repartidos entre los presentes; algunos los conservaron como recuerdos o los exhibieron en tabernas. La lengua de Johan y un dedo de Cornelio fueron recogidos por simpatizantes y guardados como reliquias. Actualmente se conservan en el Museo Histórico de La Haya.
 
Estos cuatro dibujos también están registrados en el RKD, Netherlands Institute for Art History. (Ver: https://rkd.nl/images/33927 / https://rkd.nl/images/33928 / https://rkd.nl/images/33930 / https://rkd.nl/images/33931 ).

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780. ROMEYN DE HOOGHE (Amsterdam, 1645- Países Bajos, 1708)“La llegada de Johan de Witt a la Haya”, “Los hermanos de Witt atacados por la multitud”, “Los hermanos de Witt desnudados y arrastrados por las calles”, “Los cuerpos de los hermaos de Witt colgados por los pies”Amsterdam, h. 1672

Cuatro dibujos a tinta, pincel, aguada, clarión y tiza negra sobre papel. 20,5 x 35 cm, cada uno.
En el reverso con etiquetas.
 
PROCEDENCIA:
Sotheby´s, Amsterdam, 9 de noviembre de 1999.
Colección particular Madrid.
 
Durante el siglo XVII, la República de los Países Bajos vivió un periodo de extraordinario auge económico, comercial e intelectual tras consolidar su independencia del Imperio español, guiada por una élite republicana que promovía el comercio, el pensamiento ilustrado y la independencia frente al poder monárquico. En este contexto surgieron dos visiones opuestas sobre la organización del poder: por un lado, el republicanismo urbano y mercantil representado por Johan de Witt; por otro lado, la tradición monárquica y militar encarnada por la Casa de Orange.
 
Johan de Witt, matemático, jurista y brillante estadista, fue durante casi dos décadas el Gran Pensionario de Holanda y una de las figuras más influyentes de la República de los Países Bajos en el siglo XVII. Defensor de los ideales republicanos y del libre comercio, impulsó reformas económicas, consolidó alianzas estratégicas y fortaleció la marina neerlandesa. Su hermano Cornelio, también con cargos políticos y militares, colaboró estrechamente con Johan en la defensa del Estado. Fue magistrado y comandante naval, participando en operaciones decisivas como la célebre incursión en el río Medway contra Inglaterra en 1667.
 
El persistente enfrentamiento entre la facción monárquica de los Orange y la republicana, sumando a las guerras contra Inglaterra y Francia, los desastres naturales, las hambrunas y las derrotas en tierra firme, generaron una profunda inestabilidad. Esta situación alcanzó su clímax durante el llamado “año del desastre”, de 1672, cuando la República fue invadida simultáneamente por Francia, Inglaterra y aliados alemanes. Luis XIV avanzó desde el sur, Inglaterra atacó por mar y tropas del obispado de Münster y del Electorado de Colonia lo hicieron desde el este. En ese contexto, el príncipe Guillermo III fue nombrado capitán general, desplazando a Johan de Witt del poder. Las falsas acusaciones de traición contra los De Witt y un ambiente de agitación social desembocaron en uno de los episodios más cruentos de la historia neerlandesa: el asesinato de los hermanos De Witt.
 
Esta colección de cuatro dibujos que presentamos, pintados por Romeyn de Hooghe -destacado grabador, medallista y pintor holandés- , constituye una serie de estudios preparatorios para los grabados de Hooghe conservados en el British Museum (número de inventario: 1858,0724.190 (Ver: https://www.britishmuseum.org/collection/object/P_1858-0724-190 y representan la secuencia de los hechos que conforman este episodio histórico. Las escenas representadas corresponden a: la llegada de Johan de Witt a La Haya, el asesinato de los hermanos en la misma ciudad, el descuartizamiento de sus cuerpos y, finalmente, el desollado público.
 
En junio de 1672, Johan fue herido en un intento de asesinato. Poco después, su hermano Cornelio fue arrestado y torturado, tras una denuncia infundada de conspiración contra el príncipe. El 20 de agosto, Johan se presentó en la prisión de Gevangenpoort, en La Haya, para visitar a su hermano. Ese mismo día comenzó a circular el rumor de que Cornelio sería liberado, lo que provocó la concentración de una multitud frente al edificio. Ciudadanos armados irrumpieron en la prisión, sacaron a los hermanos y los asesinaron brutalmente en plena calle. Sus cuerpos fueron colgados del patíbulo y públicamente mutilados. Extremidades y órganos fueron arrancados y repartidos entre los presentes; algunos los conservaron como recuerdos o los exhibieron en tabernas. La lengua de Johan y un dedo de Cornelio fueron recogidos por simpatizantes y guardados como reliquias. Actualmente se conservan en el Museo Histórico de La Haya.
 
Estos cuatro dibujos también están registrados en el RKD, Netherlands Institute for Art History. (Ver: https://rkd.nl/images/33927 / https://rkd.nl/images/33928 / https://rkd.nl/images/33930 / https://rkd.nl/images/33931 ).

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781. OTTO VAN VEEN, también conocido como OTTO VENIUS O OCTAVIUS VAENIS (Leiden, c. 1556- Bruselas, 1626)Adán y Eva en el paraíso

Óleo sobre papel a tabla. 19 x 24,5 cm.
En el reverso con etiquetas inscritas: "Colnaghi Maastricht, ref. 1490", "Colnaghi New York, ref. 1736" y cartela de exposición: "Otto Van Veen/Leiden 1556- 1629 Brussels/Adam and Eve (?)/Oil on paper, laid down. 195 x 245 mm).
 
PROCEDENCIA:
Galería Colnaghi Londres (1998)
Colección particular Madrid.
 
Otto van Veen fue un pintor, dibujante y humanista activo en Amberes y Bruselas a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Reconocido por su producción artística y literaria, fue también autor de varios libros de emblemas de carácter moral y alegórico. Se formó con Isaac Swanenburg en Leiden y más tarde con Domenicus Lampsonius y Jean Ramey en Lieja, hacia 1572. Entre 1575 y 1580 residió en Italia, donde amplió sus conocimientos artísticos. En 1585 se estableció en Bruselas, donde fue nombrado pintor de corte de Alejandro Farnesio. Posteriormente, en 1593, se trasladó a Amberes, ciudad en la que dirigió un importante taller. Allí tuvo como alumno a Peter Paul Rubens en 1596. Fue padre de la pintora Gertrudis van Veen.
 
Este dibujo se puede relacionar con otros dos dibujos de Otto Van Veen; uno Pictura en Poesia, conservado en el Bristish Museum con número de inventario: “Oo,9.7” (Ver: https://www.britishmuseum.org/collection/object/P_Oo-9-7 y otro, Alegoría de la Paz, subastado en Christie ´s, el 13 de mayo de 2015 (lote 100). (Ver: Otto van Veen, called Otto Venius (Leiden 1556-1629 Brussels), A mythological scene: Allegory of Peace (recto); Study of a male nude (verso) | Christie's
 

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6.000 €

781. OTTO VAN VEEN, también conocido como OTTO VENIUS O OCTAVIUS VAENIS (Leiden, c. 1556- Bruselas, 1626)Adán y Eva en el paraíso

Óleo sobre papel a tabla. 19 x 24,5 cm.
En el reverso con etiquetas inscritas: "Colnaghi Maastricht, ref. 1490", "Colnaghi New York, ref. 1736" y cartela de exposición: "Otto Van Veen/Leiden 1556- 1629 Brussels/Adam and Eve (?)/Oil on paper, laid down. 195 x 245 mm).
 
PROCEDENCIA:
Galería Colnaghi Londres (1998)
Colección particular Madrid.
 
Otto van Veen fue un pintor, dibujante y humanista activo en Amberes y Bruselas a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Reconocido por su producción artística y literaria, fue también autor de varios libros de emblemas de carácter moral y alegórico. Se formó con Isaac Swanenburg en Leiden y más tarde con Domenicus Lampsonius y Jean Ramey en Lieja, hacia 1572. Entre 1575 y 1580 residió en Italia, donde amplió sus conocimientos artísticos. En 1585 se estableció en Bruselas, donde fue nombrado pintor de corte de Alejandro Farnesio. Posteriormente, en 1593, se trasladó a Amberes, ciudad en la que dirigió un importante taller. Allí tuvo como alumno a Peter Paul Rubens en 1596. Fue padre de la pintora Gertrudis van Veen.
 
Este dibujo se puede relacionar con otros dos dibujos de Otto Van Veen; uno Pictura en Poesia, conservado en el Bristish Museum con número de inventario: “Oo,9.7” (Ver: https://www.britishmuseum.org/collection/object/P_Oo-9-7 y otro, Alegoría de la Paz, subastado en Christie ´s, el 13 de mayo de 2015 (lote 100). (Ver: Otto van Veen, called Otto Venius (Leiden 1556-1629 Brussels), A mythological scene: Allegory of Peace (recto); Study of a male nude (verso) | Christie's
 

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795. CÍRCULO DE LAVINIA FONTANA (Escuela española, SIGLO XVI)La Virgen del Silencio; Sagrada Familia con San Juanito y Niño Jesús dormido

Óleo sobre tabla. 124,5 x 107 cm.
Con número de inventario en el ángulo inferior izquierdo: "676".
 
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
RUÍZ GÓMEZ, Leticia, Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, Madrid, Museo Nacional del Prado, catálogo de exposición, 2019, pp. 206- 207.
 
En un primer plano el Niño Jesús dormido en su cuna, mientras la Virgen en un acto de levantar un velo transparente, con una cercanía y ternura inigualable, cubre al Niño Jesús. San Juanito, niño, se lleva el dedo índice de su mano derecha a la boca implorando silencio para no despertar al Niño, y en su mano izquierda porta una cruz con filacteria que prefigura la pasión de Cristo. Al fondo, a la derecha San José con una mirada atenta dirigida al Niño, sostiene el báculo horquillado. Las figuras se recortan sobre un fondo de cortinaje en verde.
 
Obra basada en el lienzo de la Virgen del Silencio pintado por Lavinia Fontana en 1589 y conservado en Colecciones Reales, Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, con número de inventario “10045145”. Lavinia Fontana, retoma el modelo de la Virgen del velo de Rafael (1483-1520) como también hiciera Sebastiano del Piombo (h. 1485-1547). La llegada del cuadro a la corte española de Lavinia Fontana tuvo gran repercusión y fue fuente de inspiración para los pintores de la época. Como ya cita fray José Sigüenza en la Fundación del monasterio de El Escorial (1602), Madrid, Turner, 1988, p. 535, se conservan diversas versiones; una de ellas en miniatura bordada, con número de inventario: “10014390” que se conserva en el Monasterio de El Escorial, se puede relacionar compositivamente con la obra que presentamos.

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795. CÍRCULO DE LAVINIA FONTANA (Escuela española, SIGLO XVI)La Virgen del Silencio; Sagrada Familia con San Juanito y Niño Jesús dormido

Óleo sobre tabla. 124,5 x 107 cm.
Con número de inventario en el ángulo inferior izquierdo: "676".
 
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
RUÍZ GÓMEZ, Leticia, Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, Madrid, Museo Nacional del Prado, catálogo de exposición, 2019, pp. 206- 207.
 
En un primer plano el Niño Jesús dormido en su cuna, mientras la Virgen en un acto de levantar un velo transparente, con una cercanía y ternura inigualable, cubre al Niño Jesús. San Juanito, niño, se lleva el dedo índice de su mano derecha a la boca implorando silencio para no despertar al Niño, y en su mano izquierda porta una cruz con filacteria que prefigura la pasión de Cristo. Al fondo, a la derecha San José con una mirada atenta dirigida al Niño, sostiene el báculo horquillado. Las figuras se recortan sobre un fondo de cortinaje en verde.
 
Obra basada en el lienzo de la Virgen del Silencio pintado por Lavinia Fontana en 1589 y conservado en Colecciones Reales, Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, con número de inventario “10045145”. Lavinia Fontana, retoma el modelo de la Virgen del velo de Rafael (1483-1520) como también hiciera Sebastiano del Piombo (h. 1485-1547). La llegada del cuadro a la corte española de Lavinia Fontana tuvo gran repercusión y fue fuente de inspiración para los pintores de la época. Como ya cita fray José Sigüenza en la Fundación del monasterio de El Escorial (1602), Madrid, Turner, 1988, p. 535, se conservan diversas versiones; una de ellas en miniatura bordada, con número de inventario: “10014390” que se conserva en el Monasterio de El Escorial, se puede relacionar compositivamente con la obra que presentamos.

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796. PINTOR ANÓNIMO DE LA CASA DE HABSBURGO, H. 1590Retrato de don Juan de Austria (Ratisbona, 1547- Namur, 1578) en un óvalo jaspeado fingido

Óleo sobre tabla. 68 x 51,5 cm.
En el reverso con etiquetas.
Inscripción en el óvalo jaspeado: “Don Ian d’Austria”.
 
La obra que presentamos pudo haber sido encargada con motivo del nombramiento de Don Juan como Gobernador General de los Países Bajos, y es posible que formara parte de una galería de retratos de varones ilustres de la época. Don Juan aparece representado dentro de un óvalo jaspeado fingido. Viste un jubón blanco bordado en oro, sobre el cual lleva un busto de armadura ricamente adornado, del que pende una cinta con la insignia del Toisón de Oro. Completa su atuendo un cuello rematado en puntas flamencas y decorado con esmero.
 
Don Juan de Austria fue hijo ilegítimo del rey Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico y de Bárbara Blomberg. Fue miembro de la familia real española, además de militar y diplomático durante el reinado de su hermano Felipe II. En 1568 luchó contra los piratas moriscos en el Mediterráneo y sofocó la rebelión de los moriscos en Granada ese mismo año.
 
En 1571, comandó la flota de la Liga Santa —formada por España, Venecia y el Papa— contra los turcos otomanos y logró una gran victoria en la Batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571. Posteriormente tomó Túnez, aunque sus ambiciones fueron limitadas por Felipe II. En 1576 fue nombrado Gobernador de los Países Bajos, entonces en plena rebelión contra la autoridad española. Aunque inicialmente reacio, aceptó el cargo bajo la condición de poder invadir Inglaterra y casarse con María Estuardo, reina de Escocia que se hallaba prisionera en ese país.
 
Ya en los Países Bajos, Don Juan firmó el Edicto Perpetuo en 1577, acordando con los rebeldes la retirada de las tropas españolas a cambio de ser reconocido como gobernador y de restaurar el catolicismo. Sin embargo, las provincias de Holanda y Zelanda rechazaron el retorno a la fe católica y se negaron a reconocer su autoridad. Ante esta situación, Don Juan volvió al campo de batalla y retomó las hostilidades, logrando la captura de Namur.
 
Son pocos los retratos conservados de Don Juan de Austria. El primer retrato conocido fue pintado por Alonso Sánchez Coello hacia 1559-1560 y se conserva en el Museo Soumaya de Ciudad de México. Otro retrato se encuentra en el Museo Nacional del Prado (número de inventario: P001148).
 

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10.000 €
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796. PINTOR ANÓNIMO DE LA CASA DE HABSBURGO, H. 1590Retrato de don Juan de Austria (Ratisbona, 1547- Namur, 1578) en un óvalo jaspeado fingido

Óleo sobre tabla. 68 x 51,5 cm.
En el reverso con etiquetas.
Inscripción en el óvalo jaspeado: “Don Ian d’Austria”.
 
La obra que presentamos pudo haber sido encargada con motivo del nombramiento de Don Juan como Gobernador General de los Países Bajos, y es posible que formara parte de una galería de retratos de varones ilustres de la época. Don Juan aparece representado dentro de un óvalo jaspeado fingido. Viste un jubón blanco bordado en oro, sobre el cual lleva un busto de armadura ricamente adornado, del que pende una cinta con la insignia del Toisón de Oro. Completa su atuendo un cuello rematado en puntas flamencas y decorado con esmero.
 
Don Juan de Austria fue hijo ilegítimo del rey Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico y de Bárbara Blomberg. Fue miembro de la familia real española, además de militar y diplomático durante el reinado de su hermano Felipe II. En 1568 luchó contra los piratas moriscos en el Mediterráneo y sofocó la rebelión de los moriscos en Granada ese mismo año.
 
En 1571, comandó la flota de la Liga Santa —formada por España, Venecia y el Papa— contra los turcos otomanos y logró una gran victoria en la Batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571. Posteriormente tomó Túnez, aunque sus ambiciones fueron limitadas por Felipe II. En 1576 fue nombrado Gobernador de los Países Bajos, entonces en plena rebelión contra la autoridad española. Aunque inicialmente reacio, aceptó el cargo bajo la condición de poder invadir Inglaterra y casarse con María Estuardo, reina de Escocia que se hallaba prisionera en ese país.
 
Ya en los Países Bajos, Don Juan firmó el Edicto Perpetuo en 1577, acordando con los rebeldes la retirada de las tropas españolas a cambio de ser reconocido como gobernador y de restaurar el catolicismo. Sin embargo, las provincias de Holanda y Zelanda rechazaron el retorno a la fe católica y se negaron a reconocer su autoridad. Ante esta situación, Don Juan volvió al campo de batalla y retomó las hostilidades, logrando la captura de Namur.
 
Son pocos los retratos conservados de Don Juan de Austria. El primer retrato conocido fue pintado por Alonso Sánchez Coello hacia 1559-1560 y se conserva en el Museo Soumaya de Ciudad de México. Otro retrato se encuentra en el Museo Nacional del Prado (número de inventario: P001148).
 

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803. DIEGO VALENTÍN DÍAZ (Valladolid,1586-1660)Rosas, peonías, claveles, nardos, bella del día y otras flores en un jarrón de cristal sobre un pedestal de piedra

Óleo sobre lienzo. 70 x 53,5 cm.
 
Diego Valentía Díaz fue un pintor longevo y uno de los más destacados de la escuela vallisoletana en siglo XVII. Se formó junto a su padre Pedro Díaz Minaya. Su producción es abundante y contó con un importante taller. Hombre profundamente devoto, relacionado con el Santo Oficio, perteneció a numerosas cofradías locales y mantuvo buenas relaciones con los medios eclesiásticos, retratando a varios obispos de Valladolid. Fue un pintor erudito, mantuvo correspondencia con Francisco Pacheco y conoció a Velázquez. Preocupado por las normas iconográficos, poseyó una amplia biblioteca y gran colección de estampas que utilizó sin recato en sus propias obras.
 
García Chico, en el inventario de su taller en 1661, menciona “seis grabados de flores, de los cuales el más valiosos era una ‘xarra de flores original’ valorado en 100 reales. Entre sus 173 libros de grabados encuadernados se mencionaba un libro de 44 ‘estampas de flores’ valorado sólo en 8 maravedises cada uno” (1946, II, p. 77, nº 62-65; pág. 90, nº 70; citado en Peter Cherry, Arte y naturaleza. El bodegón español en el siglo de Oro, 1999, pág. 320, nota 35). Lo que nos hace pensar, que pintara un conjunto de floreros y bodegones, de los que se conservan escasísimos ejemplos.
 
Desde el punto de vista estilístico y compositivo se puede relacionar con los dos lienzos conservados en el Museo Diocesano y en el Catedralicio de Valladolid (Ver: Jesús Urrea Fernández, Enrique Valdivieso González: Pintura barroca vallisoletana. Universidad de Sevilla, 2017, pág. 244 y 245, fig. 140 y 141). En las tres obras, podemos apreciar la misma tipología del jarrón de cristal sobre un pedestal de piedra, con un mayor número de flores en la obra que presentamos.

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4.500 €

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803. DIEGO VALENTÍN DÍAZ (Valladolid,1586-1660)Rosas, peonías, claveles, nardos, bella del día y otras flores en un jarrón de cristal sobre un pedestal de piedra

Óleo sobre lienzo. 70 x 53,5 cm.
 
Diego Valentía Díaz fue un pintor longevo y uno de los más destacados de la escuela vallisoletana en siglo XVII. Se formó junto a su padre Pedro Díaz Minaya. Su producción es abundante y contó con un importante taller. Hombre profundamente devoto, relacionado con el Santo Oficio, perteneció a numerosas cofradías locales y mantuvo buenas relaciones con los medios eclesiásticos, retratando a varios obispos de Valladolid. Fue un pintor erudito, mantuvo correspondencia con Francisco Pacheco y conoció a Velázquez. Preocupado por las normas iconográficos, poseyó una amplia biblioteca y gran colección de estampas que utilizó sin recato en sus propias obras.
 
García Chico, en el inventario de su taller en 1661, menciona “seis grabados de flores, de los cuales el más valiosos era una ‘xarra de flores original’ valorado en 100 reales. Entre sus 173 libros de grabados encuadernados se mencionaba un libro de 44 ‘estampas de flores’ valorado sólo en 8 maravedises cada uno” (1946, II, p. 77, nº 62-65; pág. 90, nº 70; citado en Peter Cherry, Arte y naturaleza. El bodegón español en el siglo de Oro, 1999, pág. 320, nota 35). Lo que nos hace pensar, que pintara un conjunto de floreros y bodegones, de los que se conservan escasísimos ejemplos.
 
Desde el punto de vista estilístico y compositivo se puede relacionar con los dos lienzos conservados en el Museo Diocesano y en el Catedralicio de Valladolid (Ver: Jesús Urrea Fernández, Enrique Valdivieso González: Pintura barroca vallisoletana. Universidad de Sevilla, 2017, pág. 244 y 245, fig. 140 y 141). En las tres obras, podemos apreciar la misma tipología del jarrón de cristal sobre un pedestal de piedra, con un mayor número de flores en la obra que presentamos.

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805. ESCUELA ESPAÑOLA, SIGLO XVIIEl Incendio de Troya, la huída de Eneas y su familia de Troya

Óleo sobre lienzo. 62 x 85 cm.
En el reverso inscrito a tinta en el bastidor: "nº 11, J. G".
 
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
Angulo Iñiguez, Diego, y Pérez Sánchez, Alfonso E., Historia de la pintura española. Pintura madrileña del primer tercio del siglo XVII. Madrid, Instituto Diego Velázquez, csic, 1969, pp. 349-368.
 
El tema de la Guerra de Troya está recogido en las Metamorfosis de Ovidio, aunque fue Virgilio, en el libro II de la Eneida (versos 704-711), quien narró la huida de Eneas tras la caída de la ciudad. La guerra culmina con el célebre episodio del caballo de madera introducido por los griegos dentro de las murallas troyanas. Ocultos en su interior, los soldados griegos esperaron la noche para tomar la ciudad por sorpresa e incendiarla. Este hecho desencadena la huida de Eneas, quien escapa con su familia por mar.
 
La historia de la Guerra de Troya, ampliamente tratada durante la Edad Media y el Renacimiento, tuvo una notable acogida en la literatura española del siglo XVII, además de convertirse en fuente de inspiración para numerosos pintores españoles, flamencos e italianos.
 
La obra que presentamos representa una escena nocturna de gran carga teatral, centrada en el momento en que los soldados ingresan ocultos en el caballo de madera. A la izquierda, se distingue la loggia de un palacio, de la cual emerge la figura de Eneas cargando a su padre Anquises sobre los hombros, seguido por su esposa Creusa, quien guía de la mano a su hijo Ascanio. A la derecha, la composición se despliega en medio del combate entre griegos y troyanos, enmarcado por edificaciones en llamas que iluminan intensamente la escena. El imponente caballo de madera, causante de la destrucción de la ciudad, se presenta entre arquitecturas fantásticas que refuerzan el dramatismo del episodio.
 
Este tema fue tratado en diversas ocasiones por el pintor Juan de la Corte (Amberes, h. 1585-Madrid, 1662), a través de las cuales podemos relacionar la obra que presentamos. Dichas versiones se conservan en el Museo del Prado (óleo sobre lienzo. 140 x 238 cm) y otra procedente del Palacio del Buen Retiro (154 x 218 cm). Una tercera versión en la Universidad de Murcia, entre otros ejemplos.

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2.500 €

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805. ESCUELA ESPAÑOLA, SIGLO XVIIEl Incendio de Troya, la huída de Eneas y su familia de Troya

Óleo sobre lienzo. 62 x 85 cm.
En el reverso inscrito a tinta en el bastidor: "nº 11, J. G".
 
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
Angulo Iñiguez, Diego, y Pérez Sánchez, Alfonso E., Historia de la pintura española. Pintura madrileña del primer tercio del siglo XVII. Madrid, Instituto Diego Velázquez, csic, 1969, pp. 349-368.
 
El tema de la Guerra de Troya está recogido en las Metamorfosis de Ovidio, aunque fue Virgilio, en el libro II de la Eneida (versos 704-711), quien narró la huida de Eneas tras la caída de la ciudad. La guerra culmina con el célebre episodio del caballo de madera introducido por los griegos dentro de las murallas troyanas. Ocultos en su interior, los soldados griegos esperaron la noche para tomar la ciudad por sorpresa e incendiarla. Este hecho desencadena la huida de Eneas, quien escapa con su familia por mar.
 
La historia de la Guerra de Troya, ampliamente tratada durante la Edad Media y el Renacimiento, tuvo una notable acogida en la literatura española del siglo XVII, además de convertirse en fuente de inspiración para numerosos pintores españoles, flamencos e italianos.
 
La obra que presentamos representa una escena nocturna de gran carga teatral, centrada en el momento en que los soldados ingresan ocultos en el caballo de madera. A la izquierda, se distingue la loggia de un palacio, de la cual emerge la figura de Eneas cargando a su padre Anquises sobre los hombros, seguido por su esposa Creusa, quien guía de la mano a su hijo Ascanio. A la derecha, la composición se despliega en medio del combate entre griegos y troyanos, enmarcado por edificaciones en llamas que iluminan intensamente la escena. El imponente caballo de madera, causante de la destrucción de la ciudad, se presenta entre arquitecturas fantásticas que refuerzan el dramatismo del episodio.
 
Este tema fue tratado en diversas ocasiones por el pintor Juan de la Corte (Amberes, h. 1585-Madrid, 1662), a través de las cuales podemos relacionar la obra que presentamos. Dichas versiones se conservan en el Museo del Prado (óleo sobre lienzo. 140 x 238 cm) y otra procedente del Palacio del Buen Retiro (154 x 218 cm). Una tercera versión en la Universidad de Murcia, entre otros ejemplos.

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806. VICENTE CARDUCHO (Florencia, h 1576/1578 - Madrid, 1638)Sagrada Familiah. 1630-1638

Óleo sobre lienzo. 122 x 102,5 cms.
En el reverso con etiqueta de la Junta delegada de Incautación procedencia: “CNT”, número de inventario: “14907”.
PROCEDENCIA:
Colección privada madrileña
 
BIBLIOGRAFÍA:
Angulo, Diego y Pérez Sánchez, Alfonso (1969): Pintura madrileña, primer tercio del siglo XVII, Madrid, CSIC, 1969, p.156, cat. nº 362A.
Pascual Chenel, Álvaro, “Un San Bartolomé poco conocido de Vicente Carducho en Londres”, Archivo Español de Arte, 360, 2017, pp. 429-436.
Pascual Chenel, Álvaro, “Dibujar, especular y más dibujar. Los Carducho y Cajés, entre la formación italiana y la escuela española”, Boletín de Arte, UMA, 40, 2019, pp. 281-293.
Pascual Chenel, Álvaro, “Eugenio Cajés, entre la formación italiana en España, Vicente Carducho y la escuela madrileña: relaciones e intercambios”, Bulletin of Spanish Visual Studies, vol IV, nº1, 2020, pp. 125-152.
 
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
Pascual Chenel, Álvaro y Rodríguez Rebollo, Ángel, Vicente Carducho. Dibujos. Catálogo razonado, Madrid, Centro de Estudios Europa Hispánica, 2015.
Pascual Chenel, Álvaro, “Apuntes sobre algunas novedades y precisiones en la obra de Vicente Carducho y Eugenio Cajés”, Laboratorio de Arte, 36, 2024, pp. 89-110.
 
Se trata de una importante obra de gran calidad del pintor de origen florentino, uno de los artistas más relevantes del panorama cortesano del primer tercio del siglo XVII que llegaría a ocupar, sucediendo a su hermano Bartolomé, el puesto de pintor del rey de los monarcas Felipe III y Felipe IV. A lo largo de su prolija y exitosa carrera, Vicente Carducho recibió algunos de los encargos más relevantes del panorama artístico del momento, destacando entre ellos la imponente serie de El Paular; y participó, asimismo, en numerosas empresas pictóricas de la Corona, como la decoración del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro junto a otros de los más importantes pintores cortesanos, como el propio Velázquez, Eugenio Cajés, Juan Bautista Maíno, Antonio de Pereda, Félix Castello, Jusepe Leonardo así como Francisco de Zurbarán. Destacó, además, por su sólida educación y formación intelectual que le convierten en uno de los pintores más cultos de su época. Llegó a poseer una importante biblioteca y en 1633 publicó los Diálogos de la pintura, uno de los tratados artísticos más importantes del Siglo de Oro. En Madrid frecuentó los círculos intelectuales y fue íntimo amigo de Lope de Vega que le dedica elogiosas palabras en varias de sus obras.
 
Todo ello sitúa a Vicente Carducho como uno de los pintores más prestigiosos y respetados del horizonte artístico español del primer tercio del siglo XVII, y su labor de magisterio le sitúa como bisagra fundamental para el posterior desarrollo de la escuela madrileña de la segunda mitad de siglo. No en vano, algunos de los pintores clave del pleno barroco se formaron con él, destacando entre ellos Francisco Rizi
 
La obra que nos ocupa ha de situarse precisamente en la etapa final de su producción y presenta el lenguaje plástico-expresivo y los caracteres estilísticos propios de las obras maduras del artista, apreciable en las numerosas pinturas ejecutadas en esa época, quizá de hecho una de las más intensas de su carrera. En ellas mezcla la grandiosidad y aplomo de raigambre escurialense de gran claridad, belleza, idealización y elegancia compositiva; con el naturalismo claroscurista que modela las figuras y la suntuosidad y el jugoso colorido de origen veneciano. Los tipos humanos responden a los modelos más representativos del artista, y los vemos muy similares por ejemplo en las numerosas vírgenes de sus Anunciaciones o Adoraciones de los Magos, así como el arcángel San Gabriel presentes en las mismas que se relacionan con el ángel que aquí aparece, así como el Ángel de la Guarda de colección particular o los ángeles músicos del San Antonio de Padua del Hermitage de San Petersburgo. Lo mismo puede decirse de los tipos infantiles de Niños y angelotes que pueblan sus cuadros, todos ellos con aspecto similar al Jesús niño que aparece en este lienzo. Por lo demás, cabe señalar el carácter intimista y tierno del tema, casi de escena cotidiana en el que la Virgen agarra dulcemente a su hijo ofreciéndole una fruta, mientras que una figura arrodillada, probablemente San Juan, porta una bandeja con un jarro, mientras que en segundo plano asisten a la escena San José y un ángel.
 
Por el tema y la composición, obviamente hemos de mencionar también la serie de dibujos preparativos y lienzos de las diferentes Sagradas familias conocidas de su mano, entre las que destacan las del Museo del Prado, la de colección particular o la recientemente reaparecida Sagrada Familia con Santa Catalina, Santa María Magdalena y San Juan Evangelista, o Desposorios de Santa Catalina.
 
Asimismo, cabe señalar el destruido dibujo de La Virgen y el Niño del antiguo Instituto Jovellanos cuyo único testimonio sobreviviente es una antigua fotografía. Este podría haber sido un primer dibujo preparatorio de la composición general sobre la que, siguiendo su práctica habitual, Carducho después añadía o quitaba personajes e introducía pequeñas variantes, modificaciones o detalles en el lienzo definitivo.
 
El lienzo fue ya mencionado, atribuido y reproducido en blanco y negro por Angulo y Pérez Sánchez que tuvieron conocimiento del cuadro a través de una fotografía del Servicio de Recuperación, pero que no pudieron verlo en directo. Muchos años después fue identificado, publicado en color y relacionado con el dibujo preparatorio del antiguo Instituto Jovellanos. Ahora, gracias a su reaparición, puede apreciarse en toda su plenitud.  
  
Álvaro Pascual Chenel
 
Esta obra se acompaña del estudio realizado por Álvaro Pascual Chenel, a quien agradecemos su ayuda en la catalogación de este lote.
 
 
 
 
 

Starting price

60.000 €

806. VICENTE CARDUCHO (Florencia, h 1576/1578 - Madrid, 1638)Sagrada Familiah. 1630-1638

Óleo sobre lienzo. 122 x 102,5 cms.
En el reverso con etiqueta de la Junta delegada de Incautación procedencia: “CNT”, número de inventario: “14907”.
PROCEDENCIA:
Colección privada madrileña
 
BIBLIOGRAFÍA:
Angulo, Diego y Pérez Sánchez, Alfonso (1969): Pintura madrileña, primer tercio del siglo XVII, Madrid, CSIC, 1969, p.156, cat. nº 362A.
Pascual Chenel, Álvaro, “Un San Bartolomé poco conocido de Vicente Carducho en Londres”, Archivo Español de Arte, 360, 2017, pp. 429-436.
Pascual Chenel, Álvaro, “Dibujar, especular y más dibujar. Los Carducho y Cajés, entre la formación italiana y la escuela española”, Boletín de Arte, UMA, 40, 2019, pp. 281-293.
Pascual Chenel, Álvaro, “Eugenio Cajés, entre la formación italiana en España, Vicente Carducho y la escuela madrileña: relaciones e intercambios”, Bulletin of Spanish Visual Studies, vol IV, nº1, 2020, pp. 125-152.
 
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
Pascual Chenel, Álvaro y Rodríguez Rebollo, Ángel, Vicente Carducho. Dibujos. Catálogo razonado, Madrid, Centro de Estudios Europa Hispánica, 2015.
Pascual Chenel, Álvaro, “Apuntes sobre algunas novedades y precisiones en la obra de Vicente Carducho y Eugenio Cajés”, Laboratorio de Arte, 36, 2024, pp. 89-110.
 
Se trata de una importante obra de gran calidad del pintor de origen florentino, uno de los artistas más relevantes del panorama cortesano del primer tercio del siglo XVII que llegaría a ocupar, sucediendo a su hermano Bartolomé, el puesto de pintor del rey de los monarcas Felipe III y Felipe IV. A lo largo de su prolija y exitosa carrera, Vicente Carducho recibió algunos de los encargos más relevantes del panorama artístico del momento, destacando entre ellos la imponente serie de El Paular; y participó, asimismo, en numerosas empresas pictóricas de la Corona, como la decoración del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro junto a otros de los más importantes pintores cortesanos, como el propio Velázquez, Eugenio Cajés, Juan Bautista Maíno, Antonio de Pereda, Félix Castello, Jusepe Leonardo así como Francisco de Zurbarán. Destacó, además, por su sólida educación y formación intelectual que le convierten en uno de los pintores más cultos de su época. Llegó a poseer una importante biblioteca y en 1633 publicó los Diálogos de la pintura, uno de los tratados artísticos más importantes del Siglo de Oro. En Madrid frecuentó los círculos intelectuales y fue íntimo amigo de Lope de Vega que le dedica elogiosas palabras en varias de sus obras.
 
Todo ello sitúa a Vicente Carducho como uno de los pintores más prestigiosos y respetados del horizonte artístico español del primer tercio del siglo XVII, y su labor de magisterio le sitúa como bisagra fundamental para el posterior desarrollo de la escuela madrileña de la segunda mitad de siglo. No en vano, algunos de los pintores clave del pleno barroco se formaron con él, destacando entre ellos Francisco Rizi
 
La obra que nos ocupa ha de situarse precisamente en la etapa final de su producción y presenta el lenguaje plástico-expresivo y los caracteres estilísticos propios de las obras maduras del artista, apreciable en las numerosas pinturas ejecutadas en esa época, quizá de hecho una de las más intensas de su carrera. En ellas mezcla la grandiosidad y aplomo de raigambre escurialense de gran claridad, belleza, idealización y elegancia compositiva; con el naturalismo claroscurista que modela las figuras y la suntuosidad y el jugoso colorido de origen veneciano. Los tipos humanos responden a los modelos más representativos del artista, y los vemos muy similares por ejemplo en las numerosas vírgenes de sus Anunciaciones o Adoraciones de los Magos, así como el arcángel San Gabriel presentes en las mismas que se relacionan con el ángel que aquí aparece, así como el Ángel de la Guarda de colección particular o los ángeles músicos del San Antonio de Padua del Hermitage de San Petersburgo. Lo mismo puede decirse de los tipos infantiles de Niños y angelotes que pueblan sus cuadros, todos ellos con aspecto similar al Jesús niño que aparece en este lienzo. Por lo demás, cabe señalar el carácter intimista y tierno del tema, casi de escena cotidiana en el que la Virgen agarra dulcemente a su hijo ofreciéndole una fruta, mientras que una figura arrodillada, probablemente San Juan, porta una bandeja con un jarro, mientras que en segundo plano asisten a la escena San José y un ángel.
 
Por el tema y la composición, obviamente hemos de mencionar también la serie de dibujos preparativos y lienzos de las diferentes Sagradas familias conocidas de su mano, entre las que destacan las del Museo del Prado, la de colección particular o la recientemente reaparecida Sagrada Familia con Santa Catalina, Santa María Magdalena y San Juan Evangelista, o Desposorios de Santa Catalina.
 
Asimismo, cabe señalar el destruido dibujo de La Virgen y el Niño del antiguo Instituto Jovellanos cuyo único testimonio sobreviviente es una antigua fotografía. Este podría haber sido un primer dibujo preparatorio de la composición general sobre la que, siguiendo su práctica habitual, Carducho después añadía o quitaba personajes e introducía pequeñas variantes, modificaciones o detalles en el lienzo definitivo.
 
El lienzo fue ya mencionado, atribuido y reproducido en blanco y negro por Angulo y Pérez Sánchez que tuvieron conocimiento del cuadro a través de una fotografía del Servicio de Recuperación, pero que no pudieron verlo en directo. Muchos años después fue identificado, publicado en color y relacionado con el dibujo preparatorio del antiguo Instituto Jovellanos. Ahora, gracias a su reaparición, puede apreciarse en toda su plenitud.  
  
Álvaro Pascual Chenel
 
Esta obra se acompaña del estudio realizado por Álvaro Pascual Chenel, a quien agradecemos su ayuda en la catalogación de este lote.
 
 
 
 
 

Starting price: 60.000 €

810. ESCUELA ESPAÑOLA, PRIMER CUARTO DEL SIGLO XIXRetrato de niño con levita azul

Óleo sobre lienzo. 46 x 35 cm.
Con marco en madera tallada, siglo XIX.
 
La importancia del retrato infantil como género independiente comienza a consolidarse en España a finales del siglo XVIII y alcanza su pleno desarrollo durante el siglo XIX. Es en esta centuria cuando proliferan los encargos de retratos de niños, especialmente entre la burguesía. Estas imágenes buscaban capturar y representar las virtudes idealizadas de la infancia: la espontaneidad, la gracia, la inocencia, la cercanía con la naturaleza y una sensibilidad aún no contaminada por el mundo adulto.

El retrato representa a un niño de medio cuerpo sobre un fondo neutro, al que el pintor otorga un protagonismo absoluto. Su pose, elegante y serena, recuerda a la
de un personaje adulto, en contraste con su cabello corto y algo alborotado, que
cae sobre la frente y refuerza la frescura de su expresión. Mira de frente al
espectador con una expresión inocente, seria y a la vez ligeramente pícara,
captando de inmediato nuestra atención. Viste un traje verde oscuro con camisa blanca de amplio cuello plisado. El rostro, presenta facciones finas y redondeadas: ojos almendrados y brillantes, nariz pequeña y boca de labios carnosos.
 
Se evidencia una clara influencia del lenguaje pictórico de Zacarías González Velázquez. El rostro del niño —de expresión seria, facciones suaves, ojos brillantes, nariz delicada y labios carnosos— remite directamente a otros retratos realizados
por el propio artista. Esta filiación estilística se refuerza mediante una ejecución técnica minuciosa, en la que destacan el dibujo detallado y el modelado preciso, rasgos característicos del estilo de González Velázquez.

Starting price

5.000 €

810. ESCUELA ESPAÑOLA, PRIMER CUARTO DEL SIGLO XIXRetrato de niño con levita azul

Óleo sobre lienzo. 46 x 35 cm.
Con marco en madera tallada, siglo XIX.
 
La importancia del retrato infantil como género independiente comienza a consolidarse en España a finales del siglo XVIII y alcanza su pleno desarrollo durante el siglo XIX. Es en esta centuria cuando proliferan los encargos de retratos de niños, especialmente entre la burguesía. Estas imágenes buscaban capturar y representar las virtudes idealizadas de la infancia: la espontaneidad, la gracia, la inocencia, la cercanía con la naturaleza y una sensibilidad aún no contaminada por el mundo adulto.

El retrato representa a un niño de medio cuerpo sobre un fondo neutro, al que el pintor otorga un protagonismo absoluto. Su pose, elegante y serena, recuerda a la
de un personaje adulto, en contraste con su cabello corto y algo alborotado, que
cae sobre la frente y refuerza la frescura de su expresión. Mira de frente al
espectador con una expresión inocente, seria y a la vez ligeramente pícara,
captando de inmediato nuestra atención. Viste un traje verde oscuro con camisa blanca de amplio cuello plisado. El rostro, presenta facciones finas y redondeadas: ojos almendrados y brillantes, nariz pequeña y boca de labios carnosos.
 
Se evidencia una clara influencia del lenguaje pictórico de Zacarías González Velázquez. El rostro del niño —de expresión seria, facciones suaves, ojos brillantes, nariz delicada y labios carnosos— remite directamente a otros retratos realizados
por el propio artista. Esta filiación estilística se refuerza mediante una ejecución técnica minuciosa, en la que destacan el dibujo detallado y el modelado preciso, rasgos característicos del estilo de González Velázquez.

Starting price: 5.000 €

SOLD
813. EUGENIO LUCAS VELÁZQUEZ (Madrid, 1817-Madrid, 1870)Brujería en la caverna

Óleo sobre lienzo. 37 x 45,5 cm.
En el reverso inscrito en el bastidor: "nº7".
Con etiqueta antigua de inscrita "depósito" y otra etiqueta inscrita "Ayala".
 
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
Arnaiz, José Manuel: “Eugenio Lucas. Su Vida y su Obra”. Madrid, 1981.
 
Este lienzo nos transporta a una de las más inquietantes facetas del universo pictórico de Eugenio Lucas Velázquez: la representación de escenas de brujería y aquelarres. En esta fantástica composición, el artista nos introduce en una tenebrosa gruta donde se desarrolla un ritual, dominado por figuras en actitud frenética y una atmósfera cargada de fuego y misterio. La escena, ambientada en un espacio cavernoso y oscuro, da rienda suelta a la imaginación desbordada del pintor, quien se sumerge sin freno ni límites en un mundo surrealista y siniestro, habitado por personajes enigmáticos que parecen haber escapado de una pesadilla atroz
.
Esta temática es habitual en la obra de Lucas Velázquez, como se aprecia en Fantasía sobre Brueghel (Arnaiz, pp. 318, n.º 60), así como en otra escena de brujería en la caverna (Arnaiz, pp. 332, n.º 82) y en composiciones alegóricas como Apoteosis de la revolución o Alegoría de la decadencia en España (Arnaiz, pp. 368, n.º 151), donde mantiene un estilo expresionista, dramático y cargado de crítica.
 
A través de estas composiciones, Lucas Velázquez se afirma como un maestro en representar lo fantástico y lo oscuro, adelantándose a corrientes posteriores del simbolismo y el expresionismo, y dejando una impronta única en la pintura española del siglo XIX.
 

Starting price

2.000 €

SOLD BY

3.500 €
SOLD
813. EUGENIO LUCAS VELÁZQUEZ (Madrid, 1817-Madrid, 1870)Brujería en la caverna

Óleo sobre lienzo. 37 x 45,5 cm.
En el reverso inscrito en el bastidor: "nº7".
Con etiqueta antigua de inscrita "depósito" y otra etiqueta inscrita "Ayala".
 
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
Arnaiz, José Manuel: “Eugenio Lucas. Su Vida y su Obra”. Madrid, 1981.
 
Este lienzo nos transporta a una de las más inquietantes facetas del universo pictórico de Eugenio Lucas Velázquez: la representación de escenas de brujería y aquelarres. En esta fantástica composición, el artista nos introduce en una tenebrosa gruta donde se desarrolla un ritual, dominado por figuras en actitud frenética y una atmósfera cargada de fuego y misterio. La escena, ambientada en un espacio cavernoso y oscuro, da rienda suelta a la imaginación desbordada del pintor, quien se sumerge sin freno ni límites en un mundo surrealista y siniestro, habitado por personajes enigmáticos que parecen haber escapado de una pesadilla atroz
.
Esta temática es habitual en la obra de Lucas Velázquez, como se aprecia en Fantasía sobre Brueghel (Arnaiz, pp. 318, n.º 60), así como en otra escena de brujería en la caverna (Arnaiz, pp. 332, n.º 82) y en composiciones alegóricas como Apoteosis de la revolución o Alegoría de la decadencia en España (Arnaiz, pp. 368, n.º 151), donde mantiene un estilo expresionista, dramático y cargado de crítica.
 
A través de estas composiciones, Lucas Velázquez se afirma como un maestro en representar lo fantástico y lo oscuro, adelantándose a corrientes posteriores del simbolismo y el expresionismo, y dejando una impronta única en la pintura española del siglo XIX.
 

Starting price: 2.000 €

SOLD BY: 3.500 €

SOLD
814. ATRIBUIDO A RAFAEL TEGEO DÍAZ (Caravaca de la Cruz, 1798 - Madrid, 1856) Retrato de alférez del Regimiento de Coraceros a Caballo de la Guardia Realca. 1834-1835

Óleo sobre lienzo, 93 × 65 cm, sin reentelar, marco original de madera dorada. 
 
Sin firma, la atribución se fundamenta en la comparación estilística con obras como el “Retrato ecuestre de Juan Pedro Ayegui Torralba” (Museo del Romanticismo, Madrid, inv. CE10643), el “Retrato de los duques de San Fernando de Quiroga” (antigua colección del duque de Infantado), el "Retrato de familia" (antigua colección Carlos Blanco, Madrid) y el “Retrato de José María Benítez Bragaña” (Museo de Murcia, inv. 0/168 CE060016), que muestran una ejecución técnica y un tratamiento del paisaje similares. 
 
Fechable entre 1834 y 1835 por el uniforme, el de campaña estival de un alférez del Regimiento de Coraceros a Caballo de la Guardia Real, con bandolera de cuero abotonada y la Cruz de Carlos III. La datación se refuerza por la retirada de corazas durante las campañas carlistas de la época, y la marca del lienzo de "Au Génie des Arts" (París, rue du Colombier, 30), activa en la tercera década del siglo XIX. 
 
El fondo, con el Camino Real de Madrid y la ciudad —probablemente desde Carabanchel—, y la inscripción “CAMINO REAL DE MADRID” en la roca, conectan al retratado con el ámbito municipal madrileño, acorde con el cargo de concejal constitucional de Tegeo. 
 
Agradecemos al marqués de la Floresta, D. Alfonso de Ceballos-Escalera, su ayuda para la identificación del uniforme. 

Starting price

7.500 €

SOLD BY

12.000 €
SOLD
814. ATRIBUIDO A RAFAEL TEGEO DÍAZ (Caravaca de la Cruz, 1798 - Madrid, 1856) Retrato de alférez del Regimiento de Coraceros a Caballo de la Guardia Realca. 1834-1835

Óleo sobre lienzo, 93 × 65 cm, sin reentelar, marco original de madera dorada. 
 
Sin firma, la atribución se fundamenta en la comparación estilística con obras como el “Retrato ecuestre de Juan Pedro Ayegui Torralba” (Museo del Romanticismo, Madrid, inv. CE10643), el “Retrato de los duques de San Fernando de Quiroga” (antigua colección del duque de Infantado), el "Retrato de familia" (antigua colección Carlos Blanco, Madrid) y el “Retrato de José María Benítez Bragaña” (Museo de Murcia, inv. 0/168 CE060016), que muestran una ejecución técnica y un tratamiento del paisaje similares. 
 
Fechable entre 1834 y 1835 por el uniforme, el de campaña estival de un alférez del Regimiento de Coraceros a Caballo de la Guardia Real, con bandolera de cuero abotonada y la Cruz de Carlos III. La datación se refuerza por la retirada de corazas durante las campañas carlistas de la época, y la marca del lienzo de "Au Génie des Arts" (París, rue du Colombier, 30), activa en la tercera década del siglo XIX. 
 
El fondo, con el Camino Real de Madrid y la ciudad —probablemente desde Carabanchel—, y la inscripción “CAMINO REAL DE MADRID” en la roca, conectan al retratado con el ámbito municipal madrileño, acorde con el cargo de concejal constitucional de Tegeo. 
 
Agradecemos al marqués de la Floresta, D. Alfonso de Ceballos-Escalera, su ayuda para la identificación del uniforme. 

Starting price: 7.500 €

SOLD BY: 12.000 €

SOLD
815. MANUEL CAMARÓN Y MELIÀ (Segorbe, 1763-1806)Paisaje con cazador y pastores y Vista costera con figurasHacia 1795-1800

Dos óleos sobre lienzo. 69 x 90,5 cm, cada uno.
En uno de ellos, al dorso restos de etiqueta de la Junta de Incautación e inscrito en el marco: «de Camaron».
 
Esta pareja de lienzos pintados por Manuel Camarón forma parte de un conjunto de una decena de obras conocidas hasta la fecha, realizadas durante la década de 1790. Dicho conjunto incluye: una Vista costera con figuras (69 x 90,5 cm), compañera de uno de los lienzos aquí presentados; un Paisaje con tres cazadores descansando (70 x 91 cm), dado a conocer por la Galería Caylus en 2006; una Vista de un puerto mediterráneo (69 x 90 cm), conservada en el Museu de Belles Arts de València. A ellas se suman una pareja de paisajes con pastores y monjes cartujos (ambos de 69 x 90 cm), en colección particular madrileña, otra vista costera de idénticas dimensiones (antigua colección de la marquesa de Perinat), y dos escenas de bailes o boleros en paisajes similares (70 x 90 cm cada una), hoy en la colección Omega Capital y procedentes de la colección del marqués de la Romana. Finalmente, destaca un pequeño óvalo (36 x 26 cm), de formato distinto, pero factura idéntica, también en colección particular.
Todas estas obras tienen idénticas medidas y temática, Camarón nos presenta paisajes levantinos animados por escenas costumbristas de carácter amable y festivo, protagonizadas por pastores, cazadores, pescadores, monjes cartujos y personajes vestidos a la moda de finales del siglo XVIII, que comparten anécdotas de la vida cotidiana. Los escenarios incluyen puertos, albuferas y arquitecturas monásticas, envueltos en una característica vegetación mediterránea. En varias composiciones puede identificarse la arquitectura de cartujas valencianas, como la de Porta Coeli, también representada más adelante por Francisco Llácer y Valdermont (Valencia, 1781-1857), discípulo de José Camarón en la Real Academia de San Fernando.
La obra de Manuel Camarón representa una adaptación personal del repertorio costumbrista europeo, muy en boga en la segunda mitad del siglo XVIII. Su estilo bebe de modelos italianos como Marco Ricci, Paolo Monaldi o Scipione Cignaroli, así como de las escenas de caza de George Stubbs o las vistas portuarias de Claude-Joseph Vernet y Pillement.
Durante años, estas obras se atribuyeron a su padre, José Camarón Bonanat, debido a la estrecha relación estilística entre ambos. Figuras como el barón de Alcahalí (1897) o el propio Orellana atribuyeron indistintamente paisajes y figuras al progenitor, destacando su versatilidad. Sin embargo, la progresiva ceguera que sufrió José Camarón a finales del siglo XVIII, documentada en 1799, así como su renuncia como director de la Academia de San Carlos en favor de su hijo Manuel, permiten delimitar su producción en esos años.
A diferencia de sus hermanos José Juan y Eliseo, de quienes se conservan pocos ejemplos o cuya actividad se desarrolló en otros lugares (como Cádiz en el caso del primero), Manuel Camarón desarrolló una sostenida carrera en Valencia. Las actas de la Academia de San Carlos documentan en 1798 catorce vistas de Sagunto y “quatro países de Dn Manuel Camarón y Melía, obras que posee Dn Gaspar Morera”, prueba de su reconocimiento en el género. Orellana lo describe como pintor “sobresaliente” en paisaje, historia y retrato, y menciona que varias de sus obras se enviaron a México, Madrid o a la colección del marqués de la Romana.
Otros registros, como el inventario de bienes del grabador Manuel Monfort y Asensi (1806), recogen cuatro obras paisajísticas de Camarón, “dos pinturas de diversiones campestres apaisadas” y dos “Vistas de las Barracas del Grao” que confirman su especialización en esta tipología de paisajes. Además, desarrolló una destacada actividad como dibujante: realizó ilustraciones para el Viaje arquitectónico antiquario de España (1807) de Ortiz, grabadas por Tomás López Enguídanos, así como Vistas del Teatro Romano de Sagunto. Una Vista de la Ciudad de Valencia publicada por Espinós y conservada fotográficamente en el Courtauld Institute, así como una Vista de Valencia anteriormente atribuida a Antonio Carnicero.
Como retratista, se le deben obras como el retrato de Francisco Xavier de Azpiroz (1798) que se conserva en el Museu de Belles Arts de València o el del obispo Gómez de Haedo en la Catedral de Segorbe. En el mismo museo se conservan varias pinturas de caballete suyas -como Carlos III protegiendo las Artes, una Dolorosa y una Virgen, así como dibujos premiados en concursos académicos. Entre sus decoraciones al fresco destacan el camarín de la ermita de San Miguel de Llíria (ca. 1805) y el ábside de la Catedral de Segorbe (1803-1806), su última gran obra antes de fallecer prematuramente.
Galardonado con el Premio de Segunda Clase en 1780 y de Primera Clase en 1783, Manuel Camarón fue nombrado académico de mérito en 1798 y teniente director en Pintura en 1801 (cargo que desempeñó sin retribución). A pesar de estos méritos, su figura ha quedado durante mucho tiempo eclipsada por la de su padre. Su producción paisajística, sin embargo, constituye un testimonio singular del costumbrismo levantino a finales del siglo XVIII, mereciendo una revalorización crítica que lo sitúe entre los artistas relevantes de su tiempo.
 
Se adjunta un estudio realizado por Alejandro Martínez, a quien agradecemos su colaboración en la catalogación de este lote.

Starting price

45.000 €

SOLD BY

60.000 €
SOLD
815. MANUEL CAMARÓN Y MELIÀ (Segorbe, 1763-1806)Paisaje con cazador y pastores y Vista costera con figurasHacia 1795-1800

Dos óleos sobre lienzo. 69 x 90,5 cm, cada uno.
En uno de ellos, al dorso restos de etiqueta de la Junta de Incautación e inscrito en el marco: «de Camaron».
 
Esta pareja de lienzos pintados por Manuel Camarón forma parte de un conjunto de una decena de obras conocidas hasta la fecha, realizadas durante la década de 1790. Dicho conjunto incluye: una Vista costera con figuras (69 x 90,5 cm), compañera de uno de los lienzos aquí presentados; un Paisaje con tres cazadores descansando (70 x 91 cm), dado a conocer por la Galería Caylus en 2006; una Vista de un puerto mediterráneo (69 x 90 cm), conservada en el Museu de Belles Arts de València. A ellas se suman una pareja de paisajes con pastores y monjes cartujos (ambos de 69 x 90 cm), en colección particular madrileña, otra vista costera de idénticas dimensiones (antigua colección de la marquesa de Perinat), y dos escenas de bailes o boleros en paisajes similares (70 x 90 cm cada una), hoy en la colección Omega Capital y procedentes de la colección del marqués de la Romana. Finalmente, destaca un pequeño óvalo (36 x 26 cm), de formato distinto, pero factura idéntica, también en colección particular.
Todas estas obras tienen idénticas medidas y temática, Camarón nos presenta paisajes levantinos animados por escenas costumbristas de carácter amable y festivo, protagonizadas por pastores, cazadores, pescadores, monjes cartujos y personajes vestidos a la moda de finales del siglo XVIII, que comparten anécdotas de la vida cotidiana. Los escenarios incluyen puertos, albuferas y arquitecturas monásticas, envueltos en una característica vegetación mediterránea. En varias composiciones puede identificarse la arquitectura de cartujas valencianas, como la de Porta Coeli, también representada más adelante por Francisco Llácer y Valdermont (Valencia, 1781-1857), discípulo de José Camarón en la Real Academia de San Fernando.
La obra de Manuel Camarón representa una adaptación personal del repertorio costumbrista europeo, muy en boga en la segunda mitad del siglo XVIII. Su estilo bebe de modelos italianos como Marco Ricci, Paolo Monaldi o Scipione Cignaroli, así como de las escenas de caza de George Stubbs o las vistas portuarias de Claude-Joseph Vernet y Pillement.
Durante años, estas obras se atribuyeron a su padre, José Camarón Bonanat, debido a la estrecha relación estilística entre ambos. Figuras como el barón de Alcahalí (1897) o el propio Orellana atribuyeron indistintamente paisajes y figuras al progenitor, destacando su versatilidad. Sin embargo, la progresiva ceguera que sufrió José Camarón a finales del siglo XVIII, documentada en 1799, así como su renuncia como director de la Academia de San Carlos en favor de su hijo Manuel, permiten delimitar su producción en esos años.
A diferencia de sus hermanos José Juan y Eliseo, de quienes se conservan pocos ejemplos o cuya actividad se desarrolló en otros lugares (como Cádiz en el caso del primero), Manuel Camarón desarrolló una sostenida carrera en Valencia. Las actas de la Academia de San Carlos documentan en 1798 catorce vistas de Sagunto y “quatro países de Dn Manuel Camarón y Melía, obras que posee Dn Gaspar Morera”, prueba de su reconocimiento en el género. Orellana lo describe como pintor “sobresaliente” en paisaje, historia y retrato, y menciona que varias de sus obras se enviaron a México, Madrid o a la colección del marqués de la Romana.
Otros registros, como el inventario de bienes del grabador Manuel Monfort y Asensi (1806), recogen cuatro obras paisajísticas de Camarón, “dos pinturas de diversiones campestres apaisadas” y dos “Vistas de las Barracas del Grao” que confirman su especialización en esta tipología de paisajes. Además, desarrolló una destacada actividad como dibujante: realizó ilustraciones para el Viaje arquitectónico antiquario de España (1807) de Ortiz, grabadas por Tomás López Enguídanos, así como Vistas del Teatro Romano de Sagunto. Una Vista de la Ciudad de Valencia publicada por Espinós y conservada fotográficamente en el Courtauld Institute, así como una Vista de Valencia anteriormente atribuida a Antonio Carnicero.
Como retratista, se le deben obras como el retrato de Francisco Xavier de Azpiroz (1798) que se conserva en el Museu de Belles Arts de València o el del obispo Gómez de Haedo en la Catedral de Segorbe. En el mismo museo se conservan varias pinturas de caballete suyas -como Carlos III protegiendo las Artes, una Dolorosa y una Virgen, así como dibujos premiados en concursos académicos. Entre sus decoraciones al fresco destacan el camarín de la ermita de San Miguel de Llíria (ca. 1805) y el ábside de la Catedral de Segorbe (1803-1806), su última gran obra antes de fallecer prematuramente.
Galardonado con el Premio de Segunda Clase en 1780 y de Primera Clase en 1783, Manuel Camarón fue nombrado académico de mérito en 1798 y teniente director en Pintura en 1801 (cargo que desempeñó sin retribución). A pesar de estos méritos, su figura ha quedado durante mucho tiempo eclipsada por la de su padre. Su producción paisajística, sin embargo, constituye un testimonio singular del costumbrismo levantino a finales del siglo XVIII, mereciendo una revalorización crítica que lo sitúe entre los artistas relevantes de su tiempo.
 
Se adjunta un estudio realizado por Alejandro Martínez, a quien agradecemos su colaboración en la catalogación de este lote.

Starting price: 45.000 €

SOLD BY: 60.000 €

SOLD
817. ATRIBUIDO A MIGUEL CABRERA (Oaxaca, 1695- Ciudad de México, 1768) Adoración de los Pastores con ángel y rompimiento de gloria

Óleo sobre cobre, 41 x 31 cm.
 
Inscrito en una filacteria: “GLORIA IN EXCELSIS DEO ET YN TERA PAX OMINI BONE”
Con marco en taracea de hueso y palo santo.
 
Este cobre, en buen estado de conservación, puede atribuirse sin duda al pintor Miguel Cabrera y relacionarse con otras Adoraciones de los Pastores del mismo artista conservadas en México; una en el Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán y otra en el Museo Regional de Guadalupe en Zacatecas.
 
Cabrera nos presenta el momento de la Adoración de los Pastores con una composición equilibrada. En el centro, el Niño Jesús reposa sobre un humilde pesebre, bañado de un resplandor divino que capta nuestra atención. A su lado, la Virgen María y San José, acompañados por la celestial presencia de un ángel que irradia serenidad. En la parte superior, un rompimiento de gloria enmarca la escena principal, donde Dios Padre, la Paloma del Espíritu Santo y ángeles gloriosos proclaman la paz y la gloria celestial con la filacteria que reza: "GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD". A ambos lados, completando la escena, se encuentran los pastores, junto al buey y la mula. En primer plano, reposa un cordero dormido, un motivo que podemos encontrar en otras obras de Cabrera.
 
La maestría de Cabrera se hace evidente en cada detalle de esta obra. Son rasgos distintivos de este pintor la expresión dulce de los rostros de los personajes, el vibrante colorido y pincelada suelta y expresiva.
 
Destacamos el marco novohispano de taracea de hueso y palo santo, característico de las producciones de Campeche, que enmarca y realza la obra. 

Starting price

3.500 €

SOLD BY

4.250 €
SOLD
817. ATRIBUIDO A MIGUEL CABRERA (Oaxaca, 1695- Ciudad de México, 1768) Adoración de los Pastores con ángel y rompimiento de gloria

Óleo sobre cobre, 41 x 31 cm.
 
Inscrito en una filacteria: “GLORIA IN EXCELSIS DEO ET YN TERA PAX OMINI BONE”
Con marco en taracea de hueso y palo santo.
 
Este cobre, en buen estado de conservación, puede atribuirse sin duda al pintor Miguel Cabrera y relacionarse con otras Adoraciones de los Pastores del mismo artista conservadas en México; una en el Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán y otra en el Museo Regional de Guadalupe en Zacatecas.
 
Cabrera nos presenta el momento de la Adoración de los Pastores con una composición equilibrada. En el centro, el Niño Jesús reposa sobre un humilde pesebre, bañado de un resplandor divino que capta nuestra atención. A su lado, la Virgen María y San José, acompañados por la celestial presencia de un ángel que irradia serenidad. En la parte superior, un rompimiento de gloria enmarca la escena principal, donde Dios Padre, la Paloma del Espíritu Santo y ángeles gloriosos proclaman la paz y la gloria celestial con la filacteria que reza: "GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD". A ambos lados, completando la escena, se encuentran los pastores, junto al buey y la mula. En primer plano, reposa un cordero dormido, un motivo que podemos encontrar en otras obras de Cabrera.
 
La maestría de Cabrera se hace evidente en cada detalle de esta obra. Son rasgos distintivos de este pintor la expresión dulce de los rostros de los personajes, el vibrante colorido y pincelada suelta y expresiva.
 
Destacamos el marco novohispano de taracea de hueso y palo santo, característico de las producciones de Campeche, que enmarca y realza la obra. 

Starting price: 3.500 €

SOLD BY: 4.250 €

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