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910. EMILIO SÁNCHEZ PERRIER (Sevilla, 1855-Granada, 1907)El meandro de San Jerónimo

Óleo sobre tabla
22 x 35 cm
Firmado áng. inf. der.: E. Sánchez Perrier/Sevilla
 
PROCEDENCIA:
Colección particular.
 
BIBLIOGRAFÍA:
E. Valdivieso, Pintura Sevillana en el tránsito del siglo XIX al XX. De los asuntos históricos a las escenas costumbristas, pág. 274, fig. 437, il. en color.
 
En los finales del s. XIX y en una fecha que puede oscilar en torno a 1890 Sánchez Perrier debió ejecutar esta pequeña tablita en la cual captó uno de los más bellos lugares de los entornos de Sevilla. Se trata del meandro que el río Guadalquivir forma en las proximidades de San Jerónimo, 1 km antes de llegar a dicho espacio urbano, que siempre se consideró como un arrabal de la ciudad. Este lugar poseyó en el pasado un retirado y tranquilo paisaje al que la proximidad cercana del río otorgaba una intensa placidez merced a que el agua discurría lenta y remansada dado que el cauce tenía una escasa pendiente.
Sánchez Perrier captó con su habitual maestría este lugar en el que la rivera del río ocupa la mitad de la composición. En ella y en primer término describe la menuda vegetación que cubría la orilla, jalonada por pequeñas estacas en medio de las cuales ha colocado sentados a una pareja de niños. Les respalda una arboleda en la que destaca el sinuoso tronco de un álamo con su nervioso ramaje en su entorno.
La mitad izquierda de la composición está ocupada por el cauce del río con sus aguas espejeantes a causa de la intensa luz que sobre él recae. Muy escueta es la descripción de la otra orilla más lejana, cubierta también de arbolado perfectamente pormenorizado. En la orilla aparece una barca con un personaje a bordo. En el centro, sobre la línea del horizonte, aparece el perfil de la población de San Jerónimo con su caserío del que emerge la torre de la iglesia del monasterio que allí hubo. (Texto extractado de Colección de pintura particular, Enrique Valdivieso, pág. 56)
 
 
 
 
 

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9.000 €

SOLD BY

9.000 €
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910. EMILIO SÁNCHEZ PERRIER (Sevilla, 1855-Granada, 1907)El meandro de San Jerónimo

Óleo sobre tabla
22 x 35 cm
Firmado áng. inf. der.: E. Sánchez Perrier/Sevilla
 
PROCEDENCIA:
Colección particular.
 
BIBLIOGRAFÍA:
E. Valdivieso, Pintura Sevillana en el tránsito del siglo XIX al XX. De los asuntos históricos a las escenas costumbristas, pág. 274, fig. 437, il. en color.
 
En los finales del s. XIX y en una fecha que puede oscilar en torno a 1890 Sánchez Perrier debió ejecutar esta pequeña tablita en la cual captó uno de los más bellos lugares de los entornos de Sevilla. Se trata del meandro que el río Guadalquivir forma en las proximidades de San Jerónimo, 1 km antes de llegar a dicho espacio urbano, que siempre se consideró como un arrabal de la ciudad. Este lugar poseyó en el pasado un retirado y tranquilo paisaje al que la proximidad cercana del río otorgaba una intensa placidez merced a que el agua discurría lenta y remansada dado que el cauce tenía una escasa pendiente.
Sánchez Perrier captó con su habitual maestría este lugar en el que la rivera del río ocupa la mitad de la composición. En ella y en primer término describe la menuda vegetación que cubría la orilla, jalonada por pequeñas estacas en medio de las cuales ha colocado sentados a una pareja de niños. Les respalda una arboleda en la que destaca el sinuoso tronco de un álamo con su nervioso ramaje en su entorno.
La mitad izquierda de la composición está ocupada por el cauce del río con sus aguas espejeantes a causa de la intensa luz que sobre él recae. Muy escueta es la descripción de la otra orilla más lejana, cubierta también de arbolado perfectamente pormenorizado. En la orilla aparece una barca con un personaje a bordo. En el centro, sobre la línea del horizonte, aparece el perfil de la población de San Jerónimo con su caserío del que emerge la torre de la iglesia del monasterio que allí hubo. (Texto extractado de Colección de pintura particular, Enrique Valdivieso, pág. 56)
 
 
 
 
 

Starting price: 9.000 €

SOLD BY: 9.000 €

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911. JOAQUÍN SOROLLA Y BASTIDA (Valencia, 1863 - Madrid, 1923) Cabeza de gitana con mantón rojo

Óleo sobre lienzo
59,4 x 42,5 cm
Firmado y fechado lado izq.: J Sorolla/84
Pintado en Valencia en 1884
 
PROCEDENCIA:
Ilma. Marquesa de Aguilar de Campo
Colección particular.
 
BIBLIOGRAFÍA:
B. Pons-Sorolla, Joaquín Sorolla, Vida y Obra, Tomo I, Madrid 2001, pág. 65, il. 8 (en color)
 
Esta obra se acompaña de un certificado de Blanca Pons-Sorolla emitido en Madrid, 25 de abril de 2025.
Agradecemos a Blanca Pons-Sorolla su inestimable ayuda en la catalogación de esta obra con nº de inventario BPS840.
 
Sobre un fondo neutro, el joven Sorolla nos presenta un retrato de medio busto de una valenciana. De pelo negro, con moño y adornada con una peineta, que asoma ligeramente, nos la presenta envuelta en un mantón rojo con adornos florales blanco. Sin duda lo que más nos llama la atención es su mirada, cargada de realismo y que la potencia por la oscuridad de sus ojeras.  Este tipo de retratos realistas fueron frecuentes en la formación del pintor, generalmente eran estudios preparatorios para otras composiciones acabadas y de mayor formato. Nuestra cabeza se relaciona con la obra “Víctima de la guerra. Estudio para “El dos de mayo de 1808” (BPS88), pintada este mismo año.
Este año para Sorolla es importante, viaja por tercera vez a Madrid, consigue la Medalla de Segunda Clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid con la obra del “El dos de mayo de 1808” y consigue ser pensionado en Roma por la Diputación de Valencia.

Starting price

35.000 €

SOLD BY

42.500 €
SOLD
911. JOAQUÍN SOROLLA Y BASTIDA (Valencia, 1863 - Madrid, 1923) Cabeza de gitana con mantón rojo

Óleo sobre lienzo
59,4 x 42,5 cm
Firmado y fechado lado izq.: J Sorolla/84
Pintado en Valencia en 1884
 
PROCEDENCIA:
Ilma. Marquesa de Aguilar de Campo
Colección particular.
 
BIBLIOGRAFÍA:
B. Pons-Sorolla, Joaquín Sorolla, Vida y Obra, Tomo I, Madrid 2001, pág. 65, il. 8 (en color)
 
Esta obra se acompaña de un certificado de Blanca Pons-Sorolla emitido en Madrid, 25 de abril de 2025.
Agradecemos a Blanca Pons-Sorolla su inestimable ayuda en la catalogación de esta obra con nº de inventario BPS840.
 
Sobre un fondo neutro, el joven Sorolla nos presenta un retrato de medio busto de una valenciana. De pelo negro, con moño y adornada con una peineta, que asoma ligeramente, nos la presenta envuelta en un mantón rojo con adornos florales blanco. Sin duda lo que más nos llama la atención es su mirada, cargada de realismo y que la potencia por la oscuridad de sus ojeras.  Este tipo de retratos realistas fueron frecuentes en la formación del pintor, generalmente eran estudios preparatorios para otras composiciones acabadas y de mayor formato. Nuestra cabeza se relaciona con la obra “Víctima de la guerra. Estudio para “El dos de mayo de 1808” (BPS88), pintada este mismo año.
Este año para Sorolla es importante, viaja por tercera vez a Madrid, consigue la Medalla de Segunda Clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid con la obra del “El dos de mayo de 1808” y consigue ser pensionado en Roma por la Diputación de Valencia.

Starting price: 35.000 €

SOLD BY: 42.500 €

SOLD
933. SEBASTIÁN MIRANDA (Oviedo, 1885 - Madrid, 1975)Las Suripantas (o las Siete Virtudes), h.1910-20

Diez figuradas sentadas en barro policromado (siete de manera individual y tres juntas).
27 x 138 x 14 cm. (en total).
PROCEDENCIA:
Colección Sebastián Miranda.
Por herencia a los actuales propietarios.
BIBLIOGRAFÍA:
María Soto Cano, "Deformación grotesca y caricatura en la escultura española del s.XX: Los 'Muñecos' de Sebastián Miranda", rep.pág.10 y 15, Fig.2.
 
“Las Suripantas” forma parte de un género satírico poco conocido dentro de la escultura que se empezó a popularizar en Francia, especialmente a partir del Salon de 1840. Este tipo de estatuillas, realizadas principalmente en terracota y de pequeño formato, caricaturizaban, a veces de forma grotesca, personajes de la sociedad de su tiempo tales como:
políticos, actores, bailarinas, gente adinerada, etc…
 
En España se empezó a desarrollar a principios del s.XX de la mano de artistas como: Ismael Smith, Sebastián Miranda, Bartolozzi, Francisco Asorey, Josep Reynés, Enric Clarasó, etc… que las presentaron en diversas exposiciones internacionales de Barcelona, así como en los “Salones de Humoristas[1]”, que tuvieron una gran importancia para dar a conocer y popularizar estas obras entre la creciente burguesía adinerada que eran sus principales compradores.
 
Sebastián Miranda (Oviedo, 1885-Madrid, 1975) realizó estas esculturas humorísticas (que él llamaba “muñecos”) en las décadas de 1910 y 1920. En ellas representó fundamentalmente cuatro colectivos sociales:  tipos populares (trabajadores, gente de la calle, etc..), personajes famosos (toreros, actrices, bailarinas, etc..), gente adinerada y profesionales liberales (escritores, periodistas, políticos, etc..). Mostrando especial predilección por los trabajadores y clases populares más desfavorecidas, a los que dibujaba del natural en rápidos apuntes para luego realizar las esculturas en el taller.
 
Dentro de este género de tipos populares quizás “Las Suripantas” (también llamada “Las Siete Virtudes”) sea su obra más importante. En ella, Miranda representa a diez mujeres de los prostíbulos de Madrid, un tema conocido en la pintura de esa época (véase por ejemplo las obras de José Gutiérrez-Solana), pero poco frecuente en escultura. El conjunto se compone de diez figuras sentadas, siete de ellas independientes y otras tres formado una única pieza. Se muestran todas juntas de frente al espectador y en hilera, como dando a entender que están en un escaparte esperando que un cliente las escoja, tal como podríamos esperar en un prostíbulo de la época. Destaca especialmente el tratamiento individual de cada una de ellas y la variedad de sus rasgos, actitudes, fisionomía, peinados y ropa.
 
Como señaló J. Blanco Coris, son interesantísimas por el lujo de detalles, por las distintas expresiones obtenidas de los diferentes tipos que forman aquellas dos filas de mujeres rubias, morenas, con caras de fiera algunas, otras con la anemia y la desgracia de la fealdad retratadas en el semblante[2].
 
 
[1] El “Salón de Humoristas” fue una exposición anual creada y organizada por el periodista, crítico de arte y novelista José Francés (1883-1964). Su objetivo era visibilizar el arte humorístico a través de exposiciones y conferencias.
Se celebraron en Madrid, Barcelona y otras sedes en los años: 1914, 1916, 1917, 1918, 1919, 1920, 1921, 1922, 1923, 1925, 1929, 1930, 1932 y 1933.
[2] J.Blanco Coris, “Arte y artistas. Exposición Sebastián Miranda”, Heraldo de Madrid, Madrid, 11-5-1921, pág. 1

Starting price

5.000 €

SOLD BY

20.000 €
SOLD
933. SEBASTIÁN MIRANDA (Oviedo, 1885 - Madrid, 1975)Las Suripantas (o las Siete Virtudes), h.1910-20

Diez figuradas sentadas en barro policromado (siete de manera individual y tres juntas).
27 x 138 x 14 cm. (en total).
PROCEDENCIA:
Colección Sebastián Miranda.
Por herencia a los actuales propietarios.
BIBLIOGRAFÍA:
María Soto Cano, "Deformación grotesca y caricatura en la escultura española del s.XX: Los 'Muñecos' de Sebastián Miranda", rep.pág.10 y 15, Fig.2.
 
“Las Suripantas” forma parte de un género satírico poco conocido dentro de la escultura que se empezó a popularizar en Francia, especialmente a partir del Salon de 1840. Este tipo de estatuillas, realizadas principalmente en terracota y de pequeño formato, caricaturizaban, a veces de forma grotesca, personajes de la sociedad de su tiempo tales como:
políticos, actores, bailarinas, gente adinerada, etc…
 
En España se empezó a desarrollar a principios del s.XX de la mano de artistas como: Ismael Smith, Sebastián Miranda, Bartolozzi, Francisco Asorey, Josep Reynés, Enric Clarasó, etc… que las presentaron en diversas exposiciones internacionales de Barcelona, así como en los “Salones de Humoristas[1]”, que tuvieron una gran importancia para dar a conocer y popularizar estas obras entre la creciente burguesía adinerada que eran sus principales compradores.
 
Sebastián Miranda (Oviedo, 1885-Madrid, 1975) realizó estas esculturas humorísticas (que él llamaba “muñecos”) en las décadas de 1910 y 1920. En ellas representó fundamentalmente cuatro colectivos sociales:  tipos populares (trabajadores, gente de la calle, etc..), personajes famosos (toreros, actrices, bailarinas, etc..), gente adinerada y profesionales liberales (escritores, periodistas, políticos, etc..). Mostrando especial predilección por los trabajadores y clases populares más desfavorecidas, a los que dibujaba del natural en rápidos apuntes para luego realizar las esculturas en el taller.
 
Dentro de este género de tipos populares quizás “Las Suripantas” (también llamada “Las Siete Virtudes”) sea su obra más importante. En ella, Miranda representa a diez mujeres de los prostíbulos de Madrid, un tema conocido en la pintura de esa época (véase por ejemplo las obras de José Gutiérrez-Solana), pero poco frecuente en escultura. El conjunto se compone de diez figuras sentadas, siete de ellas independientes y otras tres formado una única pieza. Se muestran todas juntas de frente al espectador y en hilera, como dando a entender que están en un escaparte esperando que un cliente las escoja, tal como podríamos esperar en un prostíbulo de la época. Destaca especialmente el tratamiento individual de cada una de ellas y la variedad de sus rasgos, actitudes, fisionomía, peinados y ropa.
 
Como señaló J. Blanco Coris, son interesantísimas por el lujo de detalles, por las distintas expresiones obtenidas de los diferentes tipos que forman aquellas dos filas de mujeres rubias, morenas, con caras de fiera algunas, otras con la anemia y la desgracia de la fealdad retratadas en el semblante[2].
 
 
[1] El “Salón de Humoristas” fue una exposición anual creada y organizada por el periodista, crítico de arte y novelista José Francés (1883-1964). Su objetivo era visibilizar el arte humorístico a través de exposiciones y conferencias.
Se celebraron en Madrid, Barcelona y otras sedes en los años: 1914, 1916, 1917, 1918, 1919, 1920, 1921, 1922, 1923, 1925, 1929, 1930, 1932 y 1933.
[2] J.Blanco Coris, “Arte y artistas. Exposición Sebastián Miranda”, Heraldo de Madrid, Madrid, 11-5-1921, pág. 1

Starting price: 5.000 €

SOLD BY: 20.000 €

934. RAFAEL ZABALETA (Quesada, Jaén, 1907 - 1960)Asunción de la Virgen, 1942

Óleo sobre lienzo.
162 x 106 cm.
Firmado áng.inf.izq.
PROCEDENCIA:
Regalo del artista a D.Eugenio D'Ors.
Por herencia a los actuales propietarios.
EXPOSICIONES:
Madrid y Barcelona, Caja de Madrid, "Zabaleta, 1907-1960", 1986, nº59. rep.pág.48.
BIBLIOGRAFÍA:
María Guzmán Pérez, “Catalogación de la producción artística Zabaletiana”, Ed.Anel, Granada, 1983, nº91, rep.pág.132.
María Guzmán Pérez, “La pintura de Rafael Zabaleta”, Granada, Universidad de Granada, 1983, rep.págs.343.
María Guzmán Pérez, “Rafael Zabaleta. Estudio catalográfico. Óleos.”, Ed.Instituto de Estudio Gienenses y Diputación provincial de Jaén, 2010, nº94, rep.col.pag.207.
 
La “Asunción de la Virgen”, pintada en 1942, es una de las pocas obras de temática religiosa que realizó Rafael Zabaleta. Además de esta, se conocen una “Virgen de Tíscar, “San Pedro y San Pablo” y “Santa Lucía”.
 
En esta obra, Zabaleta representa el dogma de fe de la subida del cuerpo y alma de la Virgen María a los cielos. El artista divide la composición en cuatro alturas, con la figura protagonista de la Virgen María en la parte central. En la parte inferior, Zabaleta coloca un típico paisaje montañoso de su tierra. En los siguientes, dos grupos de dos ángeles cada, dos de ellos sujetando a la Virgen y otros dos acompañando desde más abajo, uno de ellos, más próximo a nosotros (y por tanto de más tamaño para crear perspectiva), porta una guirnalda de flores. En la parte superior cuatro ángeles esperan a la Virgen María en los cielos tocando instrumentos musicales. El predomino de líneas diagonales y verticales enfatizan el movimiento ascendente y la composición en triángulo con la cabeza de la Virgen en la cúspide crea el punto focal necesario para resaltar Su protagonismo dentro de la escena.
La paleta de colores consiste fundamentalmente en tonos ocres y azules, de especial intensidad estos en el manto de la Virgen.
 
Zabaleta presentó esta obra de gran tamaño (la mayor que había realizado hasta la fecha) a la “Nacional” (Exposición Nacional de Bellas Artes) de 1942, pero fue rechazada por el jurado de admisión. Posteriormente regaló la obra a su gran amigo D.Eugenio D’Ors, que durante muchos años la tuvo colgada en su Casa-Palacio de la calle Sacramento, 1 en Madrid y seguramente la llegó a exponer en un “Salón de los Once[1]”  (probablemente en el primero celebrado en 1943) como se desprende del contenido de una tarjeta sin fecha dirigida por Eugenio D’Ors al artista: Supongo que me perdonará una travesura sin aviso. En vista de la imposibilidad de tener para el Salón de los Once, cuyas puertas abrimos anteayer, algo no expuesto -y tan recientemente como lo otro!- me atreví a sacar de mi Biblioteca su “Asunción” y añadirla a lo de Valero[2].
 
Sea como fuere, Zabaleta dio total libertad a Eugenio D’Ors para disponer de la obra e incluso le sugirió en 1945 que sirviera para decorar su ermita: Creo haberle dicho que puede disponer para decorar su ermita de mi cuadro de la “Asunción” que tiene en su casa, y si tiene pensado o prefiere otro asunto, me lo dice para hacerlo[3].
 
En una entrevista con Manuel Lozano Garrido (Beato Lolo) para el nº50 de la Revista Linares en agosto de 1955, Zabaleta habló así de la obra: Cuando hice la Asunción, fue con un fervor que me salía de lo más hondo, renunciando a teorías y posturas y sirviendo sólo a la grandeza del tema. Allí, los ojos eran ojos, sin prismas intelectuales. Puse calor y me llenó plenamente. Lo presenté a la Nacional y, con sorpresa, me lo rechazaron. Por su amplitud, su conservación era un problema, porque no tengo estudio en Madrid. Entonces se lo llevé a D. Eugenio, que no sólo lo aprobó, sino que lo colocó en sitio de honor de su casa.
 
 
[1] El “Salón de los Once” fue una exposición anual promovida por la “Academia Breve de Crítica de Arte”, institución creada por Eugenio D’Ors entre 1941 y 1954. En dicha exposición celebrada en la Galería Biosca de Madrid en los meses de otoño-invierno participaban once artistas designados por otros tantos miembros de la Academia. A finales de primavera también se organizaba una “Exposición Antológica” con las once mejores obras expuestas en Madrid durante la temporada anterior. Zabaleta participó asiduamente en estas exposiciones.
[2] Si bien en 1943 la obra de Zabaleta fue presentada al “Salón de los Once” por el académico Luis Felipe Vivanco y no por Juan Valero, como dice Eugenio D’Ors en la tarjeta, cabe pensar que se incluyó la obra de la “Asunción” en este primer salón ya que daría sentido a las frases: me perdonará una travesura sin aviso y tan recientemente como lo otro!, que indican que Eugenio D’Ors incluyó la obra de la “Asunción” de Zabaleta precisamente porque fue rechazada por la “Nacional”. Hay que recordar que la “Academia Breve de Crítica de Arte” nació en parte como institución alternativa a la “Exposición Nacional de Bellas Artes” (“Cartas inéditas de Rafael Zabaleta a Eugenio D’Ors”, Edición de Luis Garzón Cobo, Colección Anejos Elucidario, Ed.Instituto de Estudios Giennenses y Diputación Provincial de Jaén, 2006, pag.72 y 73).
[3] Carta de Zabaleta a Eugenio D’Ors escrita en Quesada el 6 de abril de 1945 en: “Cartas inéditas de Rafael Zabaleta a Eugenio D’Ors”, Edición de Luis Garzón Cobo, Colección Anejos Elucidario, Ed.Instituto de Estudios Giennenses y Diputación Provincial de Jaén, 2006, pag.72 y 73.

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934. RAFAEL ZABALETA (Quesada, Jaén, 1907 - 1960)Asunción de la Virgen, 1942

Óleo sobre lienzo.
162 x 106 cm.
Firmado áng.inf.izq.
PROCEDENCIA:
Regalo del artista a D.Eugenio D'Ors.
Por herencia a los actuales propietarios.
EXPOSICIONES:
Madrid y Barcelona, Caja de Madrid, "Zabaleta, 1907-1960", 1986, nº59. rep.pág.48.
BIBLIOGRAFÍA:
María Guzmán Pérez, “Catalogación de la producción artística Zabaletiana”, Ed.Anel, Granada, 1983, nº91, rep.pág.132.
María Guzmán Pérez, “La pintura de Rafael Zabaleta”, Granada, Universidad de Granada, 1983, rep.págs.343.
María Guzmán Pérez, “Rafael Zabaleta. Estudio catalográfico. Óleos.”, Ed.Instituto de Estudio Gienenses y Diputación provincial de Jaén, 2010, nº94, rep.col.pag.207.
 
La “Asunción de la Virgen”, pintada en 1942, es una de las pocas obras de temática religiosa que realizó Rafael Zabaleta. Además de esta, se conocen una “Virgen de Tíscar, “San Pedro y San Pablo” y “Santa Lucía”.
 
En esta obra, Zabaleta representa el dogma de fe de la subida del cuerpo y alma de la Virgen María a los cielos. El artista divide la composición en cuatro alturas, con la figura protagonista de la Virgen María en la parte central. En la parte inferior, Zabaleta coloca un típico paisaje montañoso de su tierra. En los siguientes, dos grupos de dos ángeles cada, dos de ellos sujetando a la Virgen y otros dos acompañando desde más abajo, uno de ellos, más próximo a nosotros (y por tanto de más tamaño para crear perspectiva), porta una guirnalda de flores. En la parte superior cuatro ángeles esperan a la Virgen María en los cielos tocando instrumentos musicales. El predomino de líneas diagonales y verticales enfatizan el movimiento ascendente y la composición en triángulo con la cabeza de la Virgen en la cúspide crea el punto focal necesario para resaltar Su protagonismo dentro de la escena.
La paleta de colores consiste fundamentalmente en tonos ocres y azules, de especial intensidad estos en el manto de la Virgen.
 
Zabaleta presentó esta obra de gran tamaño (la mayor que había realizado hasta la fecha) a la “Nacional” (Exposición Nacional de Bellas Artes) de 1942, pero fue rechazada por el jurado de admisión. Posteriormente regaló la obra a su gran amigo D.Eugenio D’Ors, que durante muchos años la tuvo colgada en su Casa-Palacio de la calle Sacramento, 1 en Madrid y seguramente la llegó a exponer en un “Salón de los Once[1]”  (probablemente en el primero celebrado en 1943) como se desprende del contenido de una tarjeta sin fecha dirigida por Eugenio D’Ors al artista: Supongo que me perdonará una travesura sin aviso. En vista de la imposibilidad de tener para el Salón de los Once, cuyas puertas abrimos anteayer, algo no expuesto -y tan recientemente como lo otro!- me atreví a sacar de mi Biblioteca su “Asunción” y añadirla a lo de Valero[2].
 
Sea como fuere, Zabaleta dio total libertad a Eugenio D’Ors para disponer de la obra e incluso le sugirió en 1945 que sirviera para decorar su ermita: Creo haberle dicho que puede disponer para decorar su ermita de mi cuadro de la “Asunción” que tiene en su casa, y si tiene pensado o prefiere otro asunto, me lo dice para hacerlo[3].
 
En una entrevista con Manuel Lozano Garrido (Beato Lolo) para el nº50 de la Revista Linares en agosto de 1955, Zabaleta habló así de la obra: Cuando hice la Asunción, fue con un fervor que me salía de lo más hondo, renunciando a teorías y posturas y sirviendo sólo a la grandeza del tema. Allí, los ojos eran ojos, sin prismas intelectuales. Puse calor y me llenó plenamente. Lo presenté a la Nacional y, con sorpresa, me lo rechazaron. Por su amplitud, su conservación era un problema, porque no tengo estudio en Madrid. Entonces se lo llevé a D. Eugenio, que no sólo lo aprobó, sino que lo colocó en sitio de honor de su casa.
 
 
[1] El “Salón de los Once” fue una exposición anual promovida por la “Academia Breve de Crítica de Arte”, institución creada por Eugenio D’Ors entre 1941 y 1954. En dicha exposición celebrada en la Galería Biosca de Madrid en los meses de otoño-invierno participaban once artistas designados por otros tantos miembros de la Academia. A finales de primavera también se organizaba una “Exposición Antológica” con las once mejores obras expuestas en Madrid durante la temporada anterior. Zabaleta participó asiduamente en estas exposiciones.
[2] Si bien en 1943 la obra de Zabaleta fue presentada al “Salón de los Once” por el académico Luis Felipe Vivanco y no por Juan Valero, como dice Eugenio D’Ors en la tarjeta, cabe pensar que se incluyó la obra de la “Asunción” en este primer salón ya que daría sentido a las frases: me perdonará una travesura sin aviso y tan recientemente como lo otro!, que indican que Eugenio D’Ors incluyó la obra de la “Asunción” de Zabaleta precisamente porque fue rechazada por la “Nacional”. Hay que recordar que la “Academia Breve de Crítica de Arte” nació en parte como institución alternativa a la “Exposición Nacional de Bellas Artes” (“Cartas inéditas de Rafael Zabaleta a Eugenio D’Ors”, Edición de Luis Garzón Cobo, Colección Anejos Elucidario, Ed.Instituto de Estudios Giennenses y Diputación Provincial de Jaén, 2006, pag.72 y 73).
[3] Carta de Zabaleta a Eugenio D’Ors escrita en Quesada el 6 de abril de 1945 en: “Cartas inéditas de Rafael Zabaleta a Eugenio D’Ors”, Edición de Luis Garzón Cobo, Colección Anejos Elucidario, Ed.Instituto de Estudios Giennenses y Diputación Provincial de Jaén, 2006, pag.72 y 73.

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