Precio salida
60.000 €
Descripción del lote
VICENTE CARDUCHO (Florencia, h 1576/1578 - Madrid, 1638)
Sagrada Familia
h. 1630-1638
Óleo sobre lienzo. 122 x 102,5 cms.
En el reverso con etiqueta de la Junta delegada de Incautación procedencia: “CNT”, número de inventario: “14907”.
PROCEDENCIA:
Colección privada madrileña
BIBLIOGRAFÍA:
Angulo, Diego y Pérez Sánchez, Alfonso (1969): Pintura madrileña, primer tercio del siglo XVII, Madrid, CSIC, 1969, p.156, cat. nº 362A.
Pascual Chenel, Álvaro, “Un San Bartolomé poco conocido de Vicente Carducho en Londres”, Archivo Español de Arte, 360, 2017, pp. 429-436.
Pascual Chenel, Álvaro, “Dibujar, especular y más dibujar. Los Carducho y Cajés, entre la formación italiana y la escuela española”, Boletín de Arte, UMA, 40, 2019, pp. 281-293.
Pascual Chenel, Álvaro, “Eugenio Cajés, entre la formación italiana en España, Vicente Carducho y la escuela madrileña: relaciones e intercambios”, Bulletin of Spanish Visual Studies, vol IV, nº1, 2020, pp. 125-152.
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
Pascual Chenel, Álvaro y Rodríguez Rebollo, Ángel, Vicente Carducho. Dibujos. Catálogo razonado, Madrid, Centro de Estudios Europa Hispánica, 2015.
Pascual Chenel, Álvaro, “Apuntes sobre algunas novedades y precisiones en la obra de Vicente Carducho y Eugenio Cajés”, Laboratorio de Arte, 36, 2024, pp. 89-110.
Se trata de una importante obra de gran calidad del pintor de origen florentino, uno de los artistas más relevantes del panorama cortesano del primer tercio del siglo XVII que llegaría a ocupar, sucediendo a su hermano Bartolomé, el puesto de pintor del rey de los monarcas Felipe III y Felipe IV. A lo largo de su prolija y exitosa carrera, Vicente Carducho recibió algunos de los encargos más relevantes del panorama artístico del momento, destacando entre ellos la imponente serie de El Paular; y participó, asimismo, en numerosas empresas pictóricas de la Corona, como la decoración del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro junto a otros de los más importantes pintores cortesanos, como el propio Velázquez, Eugenio Cajés, Juan Bautista Maíno, Antonio de Pereda, Félix Castello, Jusepe Leonardo así como Francisco de Zurbarán. Destacó, además, por su sólida educación y formación intelectual que le convierten en uno de los pintores más cultos de su época. Llegó a poseer una importante biblioteca y en 1633 publicó los Diálogos de la pintura, uno de los tratados artísticos más importantes del Siglo de Oro. En Madrid frecuentó los círculos intelectuales y fue íntimo amigo de Lope de Vega que le dedica elogiosas palabras en varias de sus obras.
Todo ello sitúa a Vicente Carducho como uno de los pintores más prestigiosos y respetados del horizonte artístico español del primer tercio del siglo XVII, y su labor de magisterio le sitúa como bisagra fundamental para el posterior desarrollo de la escuela madrileña de la segunda mitad de siglo. No en vano, algunos de los pintores clave del pleno barroco se formaron con él, destacando entre ellos Francisco Rizi
La obra que nos ocupa ha de situarse precisamente en la etapa final de su producción y presenta el lenguaje plástico-expresivo y los caracteres estilísticos propios de las obras maduras del artista, apreciable en las numerosas pinturas ejecutadas en esa época, quizá de hecho una de las más intensas de su carrera. En ellas mezcla la grandiosidad y aplomo de raigambre escurialense de gran claridad, belleza, idealización y elegancia compositiva; con el naturalismo claroscurista que modela las figuras y la suntuosidad y el jugoso colorido de origen veneciano. Los tipos humanos responden a los modelos más representativos del artista, y los vemos muy similares por ejemplo en las numerosas vírgenes de sus Anunciaciones o Adoraciones de los Magos, así como el arcángel San Gabriel presentes en las mismas que se relacionan con el ángel que aquí aparece, así como el Ángel de la Guarda de colección particular o los ángeles músicos del San Antonio de Padua del Hermitage de San Petersburgo. Lo mismo puede decirse de los tipos infantiles de Niños y angelotes que pueblan sus cuadros, todos ellos con aspecto similar al Jesús niño que aparece en este lienzo. Por lo demás, cabe señalar el carácter intimista y tierno del tema, casi de escena cotidiana en el que la Virgen agarra dulcemente a su hijo ofreciéndole una fruta, mientras que una figura arrodillada, probablemente San Juan, porta una bandeja con un jarro, mientras que en segundo plano asisten a la escena San José y un ángel.
Por el tema y la composición, obviamente hemos de mencionar también la serie de dibujos preparativos y lienzos de las diferentes Sagradas familias conocidas de su mano, entre las que destacan las del Museo del Prado, la de colección particular o la recientemente reaparecida Sagrada Familia con Santa Catalina, Santa María Magdalena y San Juan Evangelista, o Desposorios de Santa Catalina.
Asimismo, cabe señalar el destruido dibujo de La Virgen y el Niño del antiguo Instituto Jovellanos cuyo único testimonio sobreviviente es una antigua fotografía. Este podría haber sido un primer dibujo preparatorio de la composición general sobre la que, siguiendo su práctica habitual, Carducho después añadía o quitaba personajes e introducía pequeñas variantes, modificaciones o detalles en el lienzo definitivo.
El lienzo fue ya mencionado, atribuido y reproducido en blanco y negro por Angulo y Pérez Sánchez que tuvieron conocimiento del cuadro a través de una fotografía del Servicio de Recuperación, pero que no pudieron verlo en directo. Muchos años después fue identificado, publicado en color y relacionado con el dibujo preparatorio del antiguo Instituto Jovellanos. Ahora, gracias a su reaparición, puede apreciarse en toda su plenitud.
Álvaro Pascual Chenel
Esta obra se acompaña del estudio realizado por Álvaro Pascual Chenel, a quien agradecemos su ayuda en la catalogación de este lote.
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