Precio salida
100.000 €
Descripción del lote
JUAN CORREA (México, 1646- 1716)
Desposorios de la Virgen
Óleo sobre lienzo. 168 x 114 cm.
Firmado en el ángulo inferior derecho: "Juan Correa ft".
PROCEDENCIA:
Colección particular en España. La obra ha permanecido en dicha colección durante más de cien años.
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
VARGAS LUGO, Elisa. Juan Correa su vida y su obra: Catálogo : Tomo II. Mexico: Universidad Nacional Autónoma, 1985, pág. 72, lám. II. 4 y pág. 97, lám. II. 19 bis)
La obra que presentamos, firmada “Juan Correa, ft” hasta ahora inédita para la historiografía, constituye una valiosa aportación al corpus pictórico del pintor novohispano. Conservada durante más de 100 años en la misma colección privada, destaca por la fineza de su factura, y por su buen estado de conservación.
Juan Correa es, junto a Cristóbal de Villapando, una de las figuras más sobresalientes de la pintura virreinal en el tránsito del siglo XVII y XVIII. Activo aproximadamente desde 1671 hasta su muerte en 1716, desarrolló una prolífica producción destinada a iglesias, conventos y comitentes particulares, consolidando un lenguaje pictórico propio.
La escena de los Desposorios de la Virgen tiene su origen en los evangelios apócrifos, ya que los textos canónicos no describen este episodio. Tanto el Evangelio de Pseudo Mateo y el Libro de la Natividad de María narran el procedimiento mediante el cual se eligió a José como esposo de María: se convocó a los varones solteros o viudos de la tribu de Judá y se les pidió depositar en el templo una vara. La elección divina se revelaría cuando una de ellas brotase o hiciese surgir una paloma, signo que tradicionalmente se asoció a la vara de José.
La iconografía occidental adaptó tempranamente este relato, revistiendo la escena con una solemnidad litúrgica y desarrollando una composición piramidal que se mantuvo constante en Europa y América: la Virgen, José y el sacerdote ocupan el eje central, mientras que acompañantes y testigos completan la escena según la creatividad del pintor. En el arte hispano y novohispano de los siglos XVII y XVIII, los desposorios suelen representarse dentro de un templo, acompañados de elementos recurrentes como la alfombra llena de flores, la irradiación del Espíritu Santo, todos visibles en este lienzo. La doncella situada detrás de María podría identificarse con una de las jóvenes que, según los apócrifos, fueron dadas como compañeras a la Virgen al dejar el templo. El hombre tras José puede interpretarse como uno de los pretendientes convocados en la elección del esposo. La composición se enmarca bajo una densa nube luminosa donde asoman cabezas de querubines y el Espíritu Santo, reforzando la naturaleza divina del acontecimiento.
Este lienzo es un magnífico ejemplo de la madurez estilística de Correa. La paleta cálida, los contrastes dorados y rosados, la suavidad en el modelado de los rostros y los paños volumétricos y tornasolados, especialmente los de la Virgen y de José, revelan la predilección del pintor por los efectos textiles y lumínicos. El sacerdote central muestra el gusto novohispano por la suntuosidad en las vestiduras sagradas; su túnica, decorada con múltiples ojos, alude a la omnisciencia divina y a la sabiduría espiritual con la que ejerce su papel como mediador sagrado en la escena.
Correa representó este tema en varias ocasiones. Se conocen al menos dos versiones: una conservada en el Museo de Antequera (España) y otra en la Iglesia del Gesù, en Montreal (Canadá), esta última de formato horizontal (óleo sobre lienzo, 114 × 165 cm). El tema también fue tratado con frecuencia por otros pintores virreinales, como Cristóbal de Villalpando y Sebastián López de Arteaga, cuyos ejemplos se encuentran en el Museo Nacional de Arte (Ver: https://munal.emuseum.com/objects/100/los-desposorios-de-la-virgen-y-san-jose y https://munal.emuseum.com/objects/360/los-desposorios-de-la-virgen)
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