Medidas:
·del marco de piedra: 35 x 27 x 2,5cm;
·de la imagen (sin marco): 28,5 x 20,5cm;
·del estuche: 40 x 32 x 4 cm
Rotulada y firmada: “Nuestra Señora de las Angustias / Art.º. Marzal Ft. / Madrid, en el año 1798.”
Esta representación de Nuestra Señora de las Angustias es un excelente ejemplo del refinamiento que alcanzó la escayola policromada en la corte de Madrid entre los siglos XVIII y XIX, donde se la consideró un arte de “puro luxo” por su belleza y por los altos costes de producción, llegando los escayolistas a reclamar la protección del rey Fernando VII como única manera de supervivencia. Está firmada y fechada por Antonio Marzal en 1798, nombre y fecha que tanto podría corresponder a Antonio Marzal el mayor (Valencia, hacia 1750-Madrid, 1805/1807) como a su hijo, Antonio Marzal Galiana el menor (Valencia, 1778-¿Aranjuez?, 1804).
La composición de esta escayola de Nuestra Señora de las Angustias sigue a la escultura de Juan Adán (Tarazona, 1741-Madrid, 1816), venerada desde finales del siglo XVIII en la iglesia de las Escuelas Pías de San Fernando de Madrid[1], conservada hoy en el colegio de los Padres Escolapios de Pozuelo de Alarcón (Madrid). El grabador Miguel Gamborino (Valencia, 1760-Madrid, 1828) grabó una estampa, dedicada a los III marqueses de Murillo de Cuende[2], fallecidos en 1802. Sin duda alguna, el modelo fue popular, pues en el Museo Nacional de Artes Decorativas se conserva una pareja de óvalos de escayola firmados por Antonio Marzal en 1798, uno de los cuales repite el tema de Nuestra Señora de las Angustias (inventario CE27991) con estilo similar al de nuestra escayola y colorido más apagado. En su catalogación, la cronología de autor es la de Marzal el menor, aunque el texto acepta como posible que la autoría corresponda a cualquiera de los dos Antonio Marzal[3].
Frente a la técnica más característica de la escayola que imita los trabajos de intarsia e incrustación de piedras duras, en esta Nuestra Señora de las Angustias Marzal combina la técnica tradicional de excavar sobre la superficie las siluetas de las figuras que luego se rellenan con pastas de colores (anatomías, caja del sepulcro, símbolos de la pasión…) con otra de estilo más pictórico, libre y menos sometido al contorno de un dibujo, lo que se aprecia en los suelos y el paisaje rocoso con vegetación, cuya ondulación evoca las aguas de los papeles de encuadernar. Este estilo había sido cultivado por Ferdinando Enrico Hugford (1695-1771), benedictino de la abadía de Vallombrosa (Toscana, Italia).
Antonio Marzal el mayor comenzó su actividad como “fuster” en su Valencia natal hacia 1776, dedicándose a las artes de la madera y al adorno en estuco, llegando a interesarse por la escayola. En la década de 1790 se estableció con su familia en Madrid. El 7 de abril de 1796, su hijo Antonio el menor quedó matriculado en la Academia de San Fernando[4]. El 5 de febrero de 1797 uno de los dos recibió de la misma Academia un "certificado de su idoneidad" como escayolista tras examinarse un memorial y "diferentes piezas de escayola coloridas, imitando mármoles y flores, executadas de su mano" elogiadas por todos por su exquisito gusto y arte[5]. Podría tratarse de Marzal el mayor, más experimentado, pero no se puede descartar a Marzal hijo que, a pesar de su reciente ingreso en la institución, ya tenía diecinueve años.
En Madrid se relacionó con otros artistas valencianos, como el escultor José Ginés, y comenzó a trabajar como escayolista en las obras promovidas por Carlos IV en la Real Casa del Labrador de Aranjuez. Con él se formaron sus hijos: Antonio el menor, Rafael y Vicente (Valencia, 1788-Madrid, 1854 o 1859), padre de Mariano Marzal Serrano (Madrid, 1811-¿1874?).
Algunos documentos determinan con cierta claridad en qué decoraciones concretas trabajaron cada uno de los Marzal, aunque en ellas sea difícil distinguir rasgos de estilo personal, debido a la similitud de su técnica, al cromatismo de las pastas de escayola y al empleo de los mismos modelos decorativos, frecuentemente proporcionados por los arquitectos reales. Además, Marzal el menor premurió a su padre, con lo que los criterios de evolución y posible progresión desaparecen, dificultando aún más la identificación de sus estilos personales[6]. Entre las obras seguras de Marzal el mayor están los tableros de escayola de la plataforma del centro de mesa de la Glorias de España (8,66 metros de largo en varias secciones), diseñado por Isidro González Velázquez por encargo de Carlos IV con destino a la Real Casa del Labrador de Aranjuez (1802-1805). En esta misma Casa, y de modo simultáneo, Marzal el menor realizó las escayolas del Retrete, también con diseños de González Velázquez (1800-1803), colaborando en el proyecto su padre y su hermano Vicente, entre otros. Tras concluir esta obra en enero de 1803, Marzal el joven pasó a trabajar las escayolas de la Galería de Estatuas, falleciendo en esa labor el 8 de junio de 1804[7].
Agradecemos al Dr. Ismael Gutiérrez Pastor, PTU (jubilado), su ayuda en la catalogación de esta obra. 6/XI/2025.
[1] Mínguez, P. Luis. Descripción sencilla del nuevo templo de San Fernando de los Padres Escolapios de Madrid. Madrid, imprenta de Sancha, 1791.
[2] Madrid, BNE, Bellas Artes, invent/29965. Grabado calcográfico, papel 28,8 x 20,5 cm.
[3] “Dos escayolas policromadas”, Adquisiciones de bienes culturales 2011. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2016, p. 37. También en https://ceres.mcu.es/pages/Main. Con textos firmados por Félix García Díez. Acceso en línea: 2/XI/2025.
[4] Pardo Canalis, Enrique. Los registros de matrícula de la Academia de San Fernando de 1752 a 1815. Madrid, 1967, p. 258.
[5] Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), Archivo, Junta Ordinaria, 5, febrero, 1795, f. 68vº.
[6] Para un contexto familiar más detallado, véase Gutiérrez Pastor, Ismael: “Piezas de mobiliario y decoración en escayola intarsiada, firmadas por Antonio y Vicente Marzal”, Archivo Español de Arte, vol. 82, nº 325, 2009, pp. 63-76. Id.: “Un diseño de Isidro González Velázquez para la Casa del Labrador de Aranjuez en una mesa de escayola intarsiada”, Archivo Español de Arte, vol. 84, nº 335 (2011), pp. 271-275.
[7] Jordán de Urriés y de la Colina, Javier: “El Retrete de la Real Casa del Labrador”, Reales Sitios. Revista del Patrimonio Nacional, nº 170, 2006, pp. 42-55, pp. 48-49.
