Óleo sobre lienzo. 109 x 162,5 cm.
Firmado ángulo inferior derecho: “Juan de la Corte fecit”.
En el reverso con restos de etiqueta de la Junta Delegada de Incautación, colección Revillagigedo y número de inventario: “16201” e inscrito a tiza en el lienzo: “F11000”.
PROCEDENCIA:
Antigua colección del Conde de Revillagigedo.
Por herencia a los actuales propietarios.
BIBLIOGRAFÍA:
ANGULO ÍÑIGUEZ, Diego y PÉREZ SÁNCHEZ, Alfonso E. Pintura madrileña, primer tercio del siglo XVII. Madrid, 1969, pág. 355 núm. 31- 33. Citada e incautada en 1937, con número de inventario 16.201.
PÉREZ SÁNCHEZ, Alfonso E, La Pintura Barroca en España 1600- 1750. Madrid, Ediciones Cátedra, 2010, pág. 114.
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
SÁNCHEZ CANTÓN, Francisco Javier. Victorias de Carlos V. Serie de cuadros de la Embajada de España en Londres. Alicante : Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2013. (Ver: https://www.cervantesvirtual.com/obra/victorias-de-carlos-v-serie-de-cuadros-de-la-embajada-de-espana-en-londres/
Esta obra, hasta ahora conservada en una colección particular, firmada por Juan de la Corte, ya publicada por Angulo y Pérez Sánchez, en 1969 y citada nuevamente en 2010, se relaciona con la serie de nueve lienzos de las “Victorias de Carlos V”, conservados en la Embajada de España en Londres, estudiados por Sánchez Cantón en 1944. Dicha serie incluye: La Batalla de Pavía con la Prisión de Francisco I firmada por Juan de la Corte p. fecit; La Retirada de Los Turcos del Soldán Solimán (1532), Los turcos abandonan las cercanías de Viena: El Gran Turco camino de Constantinopla (1532), La expedición a Túnez: El desembarco en Puerto Farina, La Expedición a Túnez: La toma de la Goleta, La rendición de Juan Federico de Sajonia después de la batalla de Mülberg (1547), La rendición de Felipe Landgrave de Hesse, La llegada a la Dieta de Ausburgo y la Dieta de Ausburgo.
La obra aquí estudiada reúne en un solo lienzo las representaciones de dos de aquellos cuadros londinenses: La llegada a la Dieta de Augsburgo y La Dieta de Augsburgo. Según el estudio de Sánchez Cantón, la llegada a la Dieta de Ausburgo, muestra la llegada a la Dieta Augusta de los convocados por Carlos V para el 20 de septiembre de 1547; “vinieron - escribe Santa Cruz- todos los Electores y muchos otros Príncipes, Prelados y Procuradores de las Ciudades del Imperio”. En el enorme zaguán abovedado, que querrá figurar el del Ayuntamiento de Ausburgo, vence dos grupos de caballeros principales; a la cabeza del de la izquierda se destaca la apostura prócer del Duque de Alba, al fondo, soldados con armas y también describe La Dieta de Ausburgo, cita así: Nos muestra al Emperador sentado en el trono, entre dos caballeros del Toisón y, a los costados, dos bancos con ocho personajes, cuya calidad se revela en que están cubiertos, y dos grupos de pie y destocados entre los que se distinguen algunos frailes. Se suscita duda de si se representa en el cuadro una sesión de la Dieta de Ausburgo, o la abdicación de Carlos V en Bruselas. Me inclino a la primera suposición. El 28 de octubre de 1555 renunció el César a los Estados de Flandes, mas como el acto estuvieron presentes las Reinas sus hermanas, según dice Cabrera de Córdoba, no parece que el pintor prescindiera de ellas, en detrimento del cuadro; en el mismo Palacio de Bruselas renunció la corona de Castilla e Indias y el maestrazgo de las Órdenes militares a 16 de enero de 1556.
Ceán Bermúdez distinguió a Juan de la Corte como un pintor de batallas, países y perspectivas, que poseen con aprecio los aficionados e inteligentes, y esta obra constituye un ejemplo excepcional de su genio y habilidad.
En un suntuoso interior palaciego, la composición reúne a la nobleza y a los delegados imperiales en torno al emperador, situado en un estrado cubierto con tapices rojos y dorados. Sobre él se alza su gran escudo imperial con las águilas bicéfalas, mientras que en primer plano destaca la figura del Duque de Alba, D. Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba (1507- 1582), barbado y con armadura, símbolo del poder militar al servicio del Imperio. Destacamos, por último, la figura de bufón detrás del secretario vestido de negro sentado ante Carlos V. Los bufones en el siglo XVII eran figuras cómicas y a menudo servían como confidentes y consejeros en las cortes. Su papel iba más allá del entretenimiento, ya que podían transmitir mensajes delicados y ofrecer críticas directas a través de la sátira. Artistas como Velázquez retrataron a bufones con seriedad, resaltando una faceta más compleja de estos personajes que, a pesar de sus disfraces llamativos, poseían una gran inteligencia.
Juan de la Corte, maestro de la perspectiva arquitectónica y de las escenas cortesanas, combina aquí el rigor narrativo con un refinado sentido decorativo. La precisión en la disposición de las figuras, los reflejos sobre el pavimento ajedrezado y la minuciosa descripción de los trajes y ornamentos subrayan el carácter ceremonial y jerárquico del poder imperial.
Desde el punto de vista estilístico, la pintura manifiesta la clara influencia flamenca del artista, perceptible en la exactitud del dibujo y la riqueza ornamental. La decoración manierista, con frontones, bóvedas encasetonadas y una arquitectura interior elaborada, remite a los grabados de Vredeman de Vries. Asimismo, el pintor se inspira en estampas y esquemas compositivos de grabadores alemanes y flamencos, como Heemskerck, construyendo una perspectiva rigurosa y escenográfica en consonancia con los modelos difundidos por los tratadistas nórdicos del siglo XVI.
Desde el punto de vista histórico, conviene recordar que la Dieta de Augsburgo fue una serie de reuniones del Reichstag del Sacro Imperio Romano Germánico celebradas en la ciudad alemana de Augsburgo entre 952 y 1582. Las más importantes ocurrieron durante el siglo XVI, en plena Reforma protestante y las guerras religiosas entre católicos y protestantes. Destacan, la Dieta de 1530, que buscó la reconciliación entre católicos y protestantes. Los luteranos presentaron la Confesión de Augsburgo (Confessio Augustana), base del luteranismo. Los católicos respondieron con la Confutatio Pontificia, y Melanchthon replicó con la Apología de la Confesión de Augsburgo. La Dieta de 1547-1548: Celebrada tras la victoria de Carlos V sobre los protestantes. Se impuso el Interim de Augsburgo, un intento de conciliación que favorecía al catolicismo, rechazado por muchos príncipes luteranos. Dieta de 1555: Concluyó con la Paz de Augsburgo, que reconoció oficialmente el catolicismo y el luteranismo, estableciendo el principio “Cuius regio, eius religio” (“la religión del príncipe será la de sus súbditos”). La Dieta de 1566: Ratificó los decretos del Concilio de Trento en los Estados católicos alemanes. Estas reuniones fueron decisivas para definir la convivencia religiosa y política en el Imperio, aunque los conflictos continuaron hasta la Guerra de los Treinta Años (1618-1648).
El Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, fue uno de los principales generales y diplomáticos al servicio del emperador Carlos V y de su hijo Felipe II. Aunque no existen pruebas documentales de su presencia en las reuniones de la Dieta, su figura estuvo estrechamente vinculada a los acontecimientos que la rodearon. En la Dieta de 1547-1548, representada en esta obra, el duque ya servía a Carlos V y había alcanzado gran prestigio militar durante las campañas contra la Liga de Esmalcalda, siendo uno de los comandantes imperiales en la batalla de Mühlberg (1547). La estrategia de Alba fue decisiva: dirigió el cruce del río Elba, una maniobra audaz que permitió sorprender al ejército protestante de Juan Federico de Sajonia, capturarlo y desmantelar la Liga. Si bien no participó directamente en la Dieta —de carácter político y religioso más que militar—, su triunfo en Mühlberg resultó fundamental para que Carlos V pudiera imponer temporalmente su autoridad sobre los príncipes alemanes y convocar la asamblea de Augsburgo de 1547-1548, conocida como la “Dieta encorazada”, celebrada bajo la presión de las tropas imperiales, entre ellas las del propio duque. Aunque no asistió como delegado político, su ejército rodeaba la ciudad, garantizando que las decisiones se adoptaran bajo control imperial. Este hecho explicaría por qué Juan de la Corte lo incluyó en la escena, representando su llegada a la Dieta de Augsburgo, no solo en este lienzo, sino también en el de La llegada a la Dieta de Augsburgo, conservado en la Embajada de España en Londres.
Al observar detenidamente el lienzo se plantea un nuevo interrogante sobre el que quizá Sánchez Cantón no profundizó. Llama la atención la presencia de un joven personaje, situado detrás del perro (en el primer plano central), vestido de infante. ¿Podría tratarse de Felipe II? No resulta una hipótesis descabellada: en 1547, Felipe tenía veinte años, aún no era rey —su padre continuaba siendo emperador y monarca de España—, pero ya comenzaba a prepararse para las responsabilidades de gobierno y a acompañar a Carlos V en asuntos políticos. Por tanto, su inclusión en la escena podría aludir a ese momento de formación y proximidad al poder imperial. Desde luego, no puede tratarse de Juan de Austria, hijo ilegítimo del emperador, ya que nació el 24 de febrero de 1547, el mismo año en que se celebró la Dieta.
A relacionar con La Fiesta en la Plaza Mayor de Juan de la Corte, conservado en el Museo de la Historia con número de inventario 00003.422, óleo sobre lienzo, 158 x 285 cm.
Destacamos su buen estado de conservación.