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870. LUIS PARET Y ALCÁZAR (Madrid, 1746-1799)Diseño de un monumento de Semana Santa para el Consistorio bilbaínoh. 1780-1782

Lápiz negro, pluma, pincel y aguada de tinta china sobre papel verjurado. 520 x 405 mm.
 
Inscripciones y marcas: En la parte superior, sobre el motivo arquitectónico envuelto por el cortinaje, a pluma: “EGO ENIM ACCEPI/ A DOMINO/QUOD ET TRADIDIVOBIS (traducido: “ Yo recibí del Señor lo que también os entregué”). En el centro de la composición, en un óvalo dentro del medio punto, también a pluma: “SCITIS QUID/FEDERIM VOBIS?” (traducido: ¿Sabéis qué he hecho con vosotros?”).
 
PROCEDENCIA:
Colección Félix Boix, Madrid, 1922.
Familia Escoriaza- Boix.
Ángel Gobeo, Bilbao, antes de 1991.
Colección particular española.
 
EXPOSICIONES:
Exposiciones de dibujos 1750 a 1860, Madrid, 1922, nº 339.
Museo de Bellas Artes de Bilbao, Luis Paret y Alcázar (1746-1799), diciembre de 1991.
Museo Nacional del Prado, Madrid, Paret, 24 de mayo- 21 de agosto de 2022.
 
BIBLIOGRAFÍA:
 
Ceán Bermúdez, Diccionario histórico de los más ilustres profesores de Bellas Artes, Madrid, 1800, vol. 4 p. 56
Guiard Larruri, Teófilo, Historia de la noble villa de Bilbao: 1700- 1800, Bilbao, 1908, p. 479 (nota).
Boix, Exposición de dibujos originales, 1922, pp. 127- 128, núm. 399
Gaya Nuño, Juan Antonio, Luis Paret y Alcázar, Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, 56, 1952 p. 149, núm. 146
Delgado, Osiris, Luis Paret y Alcázar, Madrid, 1957, p. 292, núm. 133
Hernández Perera, Jesús, Dos dibujos de Paret de Bilbao, Archivo Español de Arte, 125, 1959, p. 72.
Labeaga Mendiola, Juan Cruz, La obra de Luis Paret en Santa María de Viana, Pamplona, 1900, pp. 113- 114
González de Durana (comis.), Luis Paret y Alcázar (1746- 1799), Vitoria, 1991, pp. 371- 373, núm. 55 ilustrado.
Luis Paret en Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Boletín 12, Fundación Gondra Barandarían, pp. 114- 116, ilustrado (https://bilbaomuseoa.eus/media/2022/03/ABRIR-PDF-Espanol-Boletin12.pdf).
Luna, Juan José, El mundo clásico en la obra de Paret y Alcázar, en LA VISIÓN DEL MUNDO CLÁSICO, 1993, pp. 339.
Morales y Marín, José Luis, Luis Paret: vida y obra, Zaragoza, 1997, pp. 59-64 y 174, núm.66
Martínez Pérez, Alejandro, Dibujos de Luis Paret y Alcázar (1746- 1799). Catálogo razonado. Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica / Biblioteca Nacional de España, 2018, pp. 140-141, núm. 49 (ilustrado).
Maurer, Gudrun y Alba Carcelén, Laura, Paret, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2022, catálogo de exposición, 24 de mayo- 21 de agosto, pp. 168 y 169, núm. 38, ilustrado.
 
Los monumentos de Semana Santa consistían por lo general en diversos lienzos de gran tamaño pintados a modo de trompe- l´oeil y armados sobre bastidores de madera. Se colocaban entre el Jueves Santo y el Domingo de Resurrección delante de uno de los altares de la iglesia, en cuyo sagrario se guardaba la hostia consagrada el Jueves Santo hasta la celebración de la comunión del Viernes Santo. Debido a su carácter efímero se conservan pocos.
 
Luis Paret, fue nombrado académico de mérito en San Fernando en 1780 lo que le permitió ejercer libremente su profesión, asumir encargos como tracista e iniciar su trayectoria dentro de la arquitectura. Ostentó el cargo de secretario de la Comisión de arquitectura en la Academia de 1792- 1799.
 
La obra que presentamos es el único diseño de Paret para un monumento de Semana Santa que se conserva. Se trata de un diseño realizado a instancias del Consistorio bilbaino y muy probablemente para la iglesia de Santiago, siendo el primer encargo de este tipo que recibió el pintor.
 
Con una extraordinaria precisión, Paret, aunó la teatralidad y la magnificencia del monumento efímero- envuelto en cortinajes y custodiado por unos soldados romanos a ambos lados- con el ejercicio de la volumetría arquitectónica. En el centro de la composición y delante del altar un sepulcro cerrado con un cristal que alberga el cuerpo de Cristo. Sobre el sepulcro, una urna y una gran piña, que simbolizan la resurrección de Cristo, ocurrida a los tres días de morir crucificado, anunciada aquí a través de una aureola de luz con nubes y angelitos que ilumina con un efecto teatral el interior de la capilla. La capilla rectangular de profunda bóveda casetonada queda enmarcada por un juego de pilastras, columnas y frisos. En el friso central inferior, un frontón curvo rematado por un cartucho inscrito: “Scitis quid fecerim vobis” (¿Sabéis lo que os he hecho con vosotros?) (Texto descrito por San Juan en el Lavatorio -Juan, 13,12-). En el frontón central superior inscrito: Ego enim accepi a Domino quod et tradidi vobis” (Porque yo recibí del Señor lo que también os entregué); (Texto descrito por San Pablo en la última Cena -Corintios II, 23 -). Inscripciones que nos ayudan a comprender mejor la narratividad de lo que quiso mostrar, Paret, en este escenario y que aluden al perdón de Jesucristo. Es espectacular, el tratamiento del gran cortinaje que cae desde arriba a ambos lados de la composición.
 
En el archivo del concejo bilbaíno existe un legajo que incluye la Razón de gastos presentada por Paret para este proyecto, adjunto a un Memorial de Joaquín Manuel de Zaldúa que demuestra que la presentación del diseño se retrasó hasta 1782 por motivo que aún se desconoce. Sin lugar a dudas, como señaló Santana, este trampantojo arquitectónico debió de ser un monumento realmente espectacular con sus más de 10 metros de altura de lienzo desmontable.
 
(Texto extraído de: Alejandro Martínez Pérez: Dibujos de Luis Paret y Alcázar, catálogo razonado y de Gudrun Maurer, Paret, Catálogo de la exposición en el Museo Nacional del Prado).

Precio salida

100.000 €

NO VENDIDO

870. LUIS PARET Y ALCÁZAR (Madrid, 1746-1799)Diseño de un monumento de Semana Santa para el Consistorio bilbaínoh. 1780-1782

Lápiz negro, pluma, pincel y aguada de tinta china sobre papel verjurado. 520 x 405 mm.
 
Inscripciones y marcas: En la parte superior, sobre el motivo arquitectónico envuelto por el cortinaje, a pluma: “EGO ENIM ACCEPI/ A DOMINO/QUOD ET TRADIDIVOBIS (traducido: “ Yo recibí del Señor lo que también os entregué”). En el centro de la composición, en un óvalo dentro del medio punto, también a pluma: “SCITIS QUID/FEDERIM VOBIS?” (traducido: ¿Sabéis qué he hecho con vosotros?”).
 
PROCEDENCIA:
Colección Félix Boix, Madrid, 1922.
Familia Escoriaza- Boix.
Ángel Gobeo, Bilbao, antes de 1991.
Colección particular española.
 
EXPOSICIONES:
Exposiciones de dibujos 1750 a 1860, Madrid, 1922, nº 339.
Museo de Bellas Artes de Bilbao, Luis Paret y Alcázar (1746-1799), diciembre de 1991.
Museo Nacional del Prado, Madrid, Paret, 24 de mayo- 21 de agosto de 2022.
 
BIBLIOGRAFÍA:
 
Ceán Bermúdez, Diccionario histórico de los más ilustres profesores de Bellas Artes, Madrid, 1800, vol. 4 p. 56
Guiard Larruri, Teófilo, Historia de la noble villa de Bilbao: 1700- 1800, Bilbao, 1908, p. 479 (nota).
Boix, Exposición de dibujos originales, 1922, pp. 127- 128, núm. 399
Gaya Nuño, Juan Antonio, Luis Paret y Alcázar, Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, 56, 1952 p. 149, núm. 146
Delgado, Osiris, Luis Paret y Alcázar, Madrid, 1957, p. 292, núm. 133
Hernández Perera, Jesús, Dos dibujos de Paret de Bilbao, Archivo Español de Arte, 125, 1959, p. 72.
Labeaga Mendiola, Juan Cruz, La obra de Luis Paret en Santa María de Viana, Pamplona, 1900, pp. 113- 114
González de Durana (comis.), Luis Paret y Alcázar (1746- 1799), Vitoria, 1991, pp. 371- 373, núm. 55 ilustrado.
Luis Paret en Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Boletín 12, Fundación Gondra Barandarían, pp. 114- 116, ilustrado (https://bilbaomuseoa.eus/media/2022/03/ABRIR-PDF-Espanol-Boletin12.pdf).
Luna, Juan José, El mundo clásico en la obra de Paret y Alcázar, en LA VISIÓN DEL MUNDO CLÁSICO, 1993, pp. 339.
Morales y Marín, José Luis, Luis Paret: vida y obra, Zaragoza, 1997, pp. 59-64 y 174, núm.66
Martínez Pérez, Alejandro, Dibujos de Luis Paret y Alcázar (1746- 1799). Catálogo razonado. Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica / Biblioteca Nacional de España, 2018, pp. 140-141, núm. 49 (ilustrado).
Maurer, Gudrun y Alba Carcelén, Laura, Paret, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2022, catálogo de exposición, 24 de mayo- 21 de agosto, pp. 168 y 169, núm. 38, ilustrado.
 
Los monumentos de Semana Santa consistían por lo general en diversos lienzos de gran tamaño pintados a modo de trompe- l´oeil y armados sobre bastidores de madera. Se colocaban entre el Jueves Santo y el Domingo de Resurrección delante de uno de los altares de la iglesia, en cuyo sagrario se guardaba la hostia consagrada el Jueves Santo hasta la celebración de la comunión del Viernes Santo. Debido a su carácter efímero se conservan pocos.
 
Luis Paret, fue nombrado académico de mérito en San Fernando en 1780 lo que le permitió ejercer libremente su profesión, asumir encargos como tracista e iniciar su trayectoria dentro de la arquitectura. Ostentó el cargo de secretario de la Comisión de arquitectura en la Academia de 1792- 1799.
 
La obra que presentamos es el único diseño de Paret para un monumento de Semana Santa que se conserva. Se trata de un diseño realizado a instancias del Consistorio bilbaino y muy probablemente para la iglesia de Santiago, siendo el primer encargo de este tipo que recibió el pintor.
 
Con una extraordinaria precisión, Paret, aunó la teatralidad y la magnificencia del monumento efímero- envuelto en cortinajes y custodiado por unos soldados romanos a ambos lados- con el ejercicio de la volumetría arquitectónica. En el centro de la composición y delante del altar un sepulcro cerrado con un cristal que alberga el cuerpo de Cristo. Sobre el sepulcro, una urna y una gran piña, que simbolizan la resurrección de Cristo, ocurrida a los tres días de morir crucificado, anunciada aquí a través de una aureola de luz con nubes y angelitos que ilumina con un efecto teatral el interior de la capilla. La capilla rectangular de profunda bóveda casetonada queda enmarcada por un juego de pilastras, columnas y frisos. En el friso central inferior, un frontón curvo rematado por un cartucho inscrito: “Scitis quid fecerim vobis” (¿Sabéis lo que os he hecho con vosotros?) (Texto descrito por San Juan en el Lavatorio -Juan, 13,12-). En el frontón central superior inscrito: Ego enim accepi a Domino quod et tradidi vobis” (Porque yo recibí del Señor lo que también os entregué); (Texto descrito por San Pablo en la última Cena -Corintios II, 23 -). Inscripciones que nos ayudan a comprender mejor la narratividad de lo que quiso mostrar, Paret, en este escenario y que aluden al perdón de Jesucristo. Es espectacular, el tratamiento del gran cortinaje que cae desde arriba a ambos lados de la composición.
 
En el archivo del concejo bilbaíno existe un legajo que incluye la Razón de gastos presentada por Paret para este proyecto, adjunto a un Memorial de Joaquín Manuel de Zaldúa que demuestra que la presentación del diseño se retrasó hasta 1782 por motivo que aún se desconoce. Sin lugar a dudas, como señaló Santana, este trampantojo arquitectónico debió de ser un monumento realmente espectacular con sus más de 10 metros de altura de lienzo desmontable.
 
(Texto extraído de: Alejandro Martínez Pérez: Dibujos de Luis Paret y Alcázar, catálogo razonado y de Gudrun Maurer, Paret, Catálogo de la exposición en el Museo Nacional del Prado).

Precio salida: 100.000 €

NO VENDIDO

VENDIDO
813. ANTONIO DEL CASTILLO (Córdoba, 1616-1668)Huida a Egipto y la caída de los ídolosH. 1650- 1660

Óleo sobre lienzo. 108,5 x 164 cm.
 
PROCEDENCIA:
Colección particular española.
 
BIBLIOGRAFÍA:
 
Valverde Madrid, José, Nuevos datos sobre el pintor Antonio del Castillo, Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, 4, 1976, página 216, n 82.
José Valverde Madrid, El pintor Antonio del Castillo, Boletín de la Real Academia de Córdoba, 82, 1961, n 63.
 
Obra que hasta ahora se ha conservado en una colección particular española, supone una interesante aportación al catálogo razonado de Antonio del Castillo. Obra, que ya en 1976, publica José Valverde en el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y posteriormente en el Boletín de la Real Academia de Córdoba de 1961.
 
Magnífico lienzo, de gran tamaño representando la Huida a Egipto; pasaje recogido en el Evangelio de San Mateo (2:13-15): Partido que hubieron (los Magos), el ángel del Señor se apareció en sueños a San José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Levantándose de noche tomó a niño y a la madre y se retiro hacia Egipto, permaneciendo allí hasta la muerte de Herodes. En los evangelios apócrifos y en la Leyenda dorada, el pasaje de San Mateo fue enriquecido por otros temas como el prodigio de las espigas, el ataque de los bandidos, el milagro de la palmera o la caída de los ídolos de Sotina. Este último la caída de los ídolos de Sotina fue el tema elegido por Castillo para acompañar a la Huida a Egipto representado en el ángulo inferior izquierdo.
 
Con una composición equilibrada primando la simetría y cierta frontalidad, valores que dominan en su producción artística, Castillo nos sitúa con gran delicadeza a la Virgen con el Niño sobre la montura de un asno junto a San José. Un ángel sobrevuela desciendo del cielo para llevar una ofrenda, una rama con peras, a la Sagrada Familia. A la izquierda, la caída de los ídolos. El gusto del pintor por los paisajes bucólicos y por la naturaleza, se materializa en el tratamiento de las masas arbóreas y en el fondo del lienzo, donde podemos admirar la típica vista de una ciudad con sus torreones, murallas, muros conventuales; quizás Córdoba. Desde el punto de vista estilísticos, identificamos su modo de hacer casi anguloso en el tratamiento de los paños, en la forma tan peculiar de definir cada uno de los rasgos fisionómicos de la Virgen, los angelitos y San José, este último con los párpados caídos, en la utilización de una paleta contrastada de vibrantes colores en amarillos, rosas, rojos, violetas y verdes.
 
Este lienzo, es sin duda, una de las obras más geniales dentro de la producción artística del pintor en el que apreciamos la marcadísima personalidad de Castillo y su absoluta unidad estilística en la ejecución de sus obras.
 
A relacionar con La serie de la Vida de San José conservados en el Museo del Prado, con los dos lienzos Niño Dios con la bola del mundo y San Juan Bautista niño dormido conservados antiguamente en la colección Barba y en la colección Moret, Tobías y el ángel en la Diputación Provincial de Córdoba y con la Santa Victoria conservada en la colección Forúm Filatélico.
 
Agradecemos al Dr. Benito Navarrete el haber confirmado la autoría de la obra tras ver la pintura físicamente.
 

Precio salida

60.000 €

VENDIDO POR

60.000 €
VENDIDO
813. ANTONIO DEL CASTILLO (Córdoba, 1616-1668)Huida a Egipto y la caída de los ídolosH. 1650- 1660

Óleo sobre lienzo. 108,5 x 164 cm.
 
PROCEDENCIA:
Colección particular española.
 
BIBLIOGRAFÍA:
 
Valverde Madrid, José, Nuevos datos sobre el pintor Antonio del Castillo, Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, 4, 1976, página 216, n 82.
José Valverde Madrid, El pintor Antonio del Castillo, Boletín de la Real Academia de Córdoba, 82, 1961, n 63.
 
Obra que hasta ahora se ha conservado en una colección particular española, supone una interesante aportación al catálogo razonado de Antonio del Castillo. Obra, que ya en 1976, publica José Valverde en el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y posteriormente en el Boletín de la Real Academia de Córdoba de 1961.
 
Magnífico lienzo, de gran tamaño representando la Huida a Egipto; pasaje recogido en el Evangelio de San Mateo (2:13-15): Partido que hubieron (los Magos), el ángel del Señor se apareció en sueños a San José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Levantándose de noche tomó a niño y a la madre y se retiro hacia Egipto, permaneciendo allí hasta la muerte de Herodes. En los evangelios apócrifos y en la Leyenda dorada, el pasaje de San Mateo fue enriquecido por otros temas como el prodigio de las espigas, el ataque de los bandidos, el milagro de la palmera o la caída de los ídolos de Sotina. Este último la caída de los ídolos de Sotina fue el tema elegido por Castillo para acompañar a la Huida a Egipto representado en el ángulo inferior izquierdo.
 
Con una composición equilibrada primando la simetría y cierta frontalidad, valores que dominan en su producción artística, Castillo nos sitúa con gran delicadeza a la Virgen con el Niño sobre la montura de un asno junto a San José. Un ángel sobrevuela desciendo del cielo para llevar una ofrenda, una rama con peras, a la Sagrada Familia. A la izquierda, la caída de los ídolos. El gusto del pintor por los paisajes bucólicos y por la naturaleza, se materializa en el tratamiento de las masas arbóreas y en el fondo del lienzo, donde podemos admirar la típica vista de una ciudad con sus torreones, murallas, muros conventuales; quizás Córdoba. Desde el punto de vista estilísticos, identificamos su modo de hacer casi anguloso en el tratamiento de los paños, en la forma tan peculiar de definir cada uno de los rasgos fisionómicos de la Virgen, los angelitos y San José, este último con los párpados caídos, en la utilización de una paleta contrastada de vibrantes colores en amarillos, rosas, rojos, violetas y verdes.
 
Este lienzo, es sin duda, una de las obras más geniales dentro de la producción artística del pintor en el que apreciamos la marcadísima personalidad de Castillo y su absoluta unidad estilística en la ejecución de sus obras.
 
A relacionar con La serie de la Vida de San José conservados en el Museo del Prado, con los dos lienzos Niño Dios con la bola del mundo y San Juan Bautista niño dormido conservados antiguamente en la colección Barba y en la colección Moret, Tobías y el ángel en la Diputación Provincial de Córdoba y con la Santa Victoria conservada en la colección Forúm Filatélico.
 
Agradecemos al Dr. Benito Navarrete el haber confirmado la autoría de la obra tras ver la pintura físicamente.
 

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VENDIDO POR: 60.000 €

VENDIDO
933. JOAQUÍN SOROLLA Y BASTIDA (Valencia, 1863 - Madrid, 1923) Viejo Riu-rau de Jávea, 1900

Óleo sobre tabla
19,7 x 29,3 cm
Firmado, dedicado y fechado áng. inf. dcho: Al amigo Julio Cruañes/J Sorolla 1900
 
PROCEDENCIA:
Julio Cruañes, amigo del pintor.
Por descendecia a la actual propietario.
 
EXPOSICIONES:
Madrid, Cazando impresiones, Sorolla en pequeño formato, Museo Sorolla, 12 de febrero-29 de septiembre, 2019, pág.12 (il. en color).
 
BIBLIOGRAFÍA:
R. Llidó, Jávea, un paraiso escondido, Edición de autor, Madrid, 1968 (ilustrado en b/n) y bajo el título de Casa de la Mezquida o Viejo riu-rau de Jávea.
 
Pintado en el verano de 1900, en el año de su gran triunfo en la Exposición de París, Sorolla pasa el verano con su familia en Valencia. A finales de agosto se traslada a Denia donde trabaja en cuadros sobre la elaboración de la pasa y, ya en Jávea, realiza obras, como ésta, de gran calidad. “El viejo riurau, Jávea” que representa una construcción típica de la costa alicantina y del cultivo de la uva pasa: el riurau. Este año encontraremos obras importantes dedicadas a el trabajo de la pasa en Jávea como: “Un riurau” o “Jávea, Encajonando pasas”. Nuestro apunte está dedicado “Al amigo Julio Cruañes/ J. Sorolla 1900”. Julio Cruañes vivió en Jávea y ayudó mucho al pintor viviendo en su casa en algunos de sus viajes a Javea. Sorolla lo retrató y, entre otros, le regaló este apunte.
 
Esta obra con nº de inventario BPS1407 se acompaña de un certificado original de Blanca Pons-Sorolla emitido en Madrid el 16 de octubre de 2008.

Precio salida

45.000 €

VENDIDO POR

70.000 €
VENDIDO
933. JOAQUÍN SOROLLA Y BASTIDA (Valencia, 1863 - Madrid, 1923) Viejo Riu-rau de Jávea, 1900

Óleo sobre tabla
19,7 x 29,3 cm
Firmado, dedicado y fechado áng. inf. dcho: Al amigo Julio Cruañes/J Sorolla 1900
 
PROCEDENCIA:
Julio Cruañes, amigo del pintor.
Por descendecia a la actual propietario.
 
EXPOSICIONES:
Madrid, Cazando impresiones, Sorolla en pequeño formato, Museo Sorolla, 12 de febrero-29 de septiembre, 2019, pág.12 (il. en color).
 
BIBLIOGRAFÍA:
R. Llidó, Jávea, un paraiso escondido, Edición de autor, Madrid, 1968 (ilustrado en b/n) y bajo el título de Casa de la Mezquida o Viejo riu-rau de Jávea.
 
Pintado en el verano de 1900, en el año de su gran triunfo en la Exposición de París, Sorolla pasa el verano con su familia en Valencia. A finales de agosto se traslada a Denia donde trabaja en cuadros sobre la elaboración de la pasa y, ya en Jávea, realiza obras, como ésta, de gran calidad. “El viejo riurau, Jávea” que representa una construcción típica de la costa alicantina y del cultivo de la uva pasa: el riurau. Este año encontraremos obras importantes dedicadas a el trabajo de la pasa en Jávea como: “Un riurau” o “Jávea, Encajonando pasas”. Nuestro apunte está dedicado “Al amigo Julio Cruañes/ J. Sorolla 1900”. Julio Cruañes vivió en Jávea y ayudó mucho al pintor viviendo en su casa en algunos de sus viajes a Javea. Sorolla lo retrató y, entre otros, le regaló este apunte.
 
Esta obra con nº de inventario BPS1407 se acompaña de un certificado original de Blanca Pons-Sorolla emitido en Madrid el 16 de octubre de 2008.

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VENDIDO POR: 70.000 €

VENDIDO
836. FRANCISCO BAYEU Y SUBIAS (Zaragoza, 1734-Madrid, 1795)Boceto de Nuestra Señora de los Ángeles o Aparición de la Virgen a San Francisco de Asís en la Porciúncula1781

Óleo sobre lienzo. 49,2 x 24,5 cm.
Con etiqueta en el lienzo, en el anverso, inscrita a tinta "59" en el lienzo en el ángulo inferior izquierdo. 
Con etiqueta en el reverso, inscrita a tinta: "nº 214, Sra. Viuda de Muguiro, 24/4/72"; inscrito a tinta en el bastidor: "nº246".
 
PROCEDENCIA:
 
1795, entre las obras adquiridas por Leonardo Chopinot a los herederos de Francisco Bayeu “Id otro a Claro y obscuro Christo en Trono de Nuves y Angeles y la Virgen con San Juan en acoto de adoración 120 reales de vellón” (fol. 229 r.)
1842: probablemente colección Julián María de Piñera, sumillier de cortina de Su Majestad.
1972: probablemente Sra. Viuda de Muguiro, Madrid (etiqueta en el reverso).
Antigua colección Barbié- Nogaret.
Colección particular española.
 
BIBLIOGRAFÍA:
 
Ponz A. Viaje a España, Edición Aguilar, Madrid, 1947, pp. 441.
Ceán Bermúdez, J.A, Diccionario de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, Madrid 1800, T.1 pp. 101.
Zapater y Gómez, F. Apuntes histórico- biográficos acerca de la Escuela Aragonesa de pintura, Madrid, 1863, pp. 31.
Sambricio V. de , Francisco Bayeu, Col. Arte y Artistas, C.S.I.C. Madrid, 1955, pp. 20-21.
Morales y Marín, Jose Luis, Los Bayeu, Zaragoza, 1979, núm. 32.
Morales y Marín, Jose Luis, Francisco Bayeu, Moncayo, 1995, pp. 108-109, nº cat 141.
Arturo Ansón Navarro, Ismael Gutiérrez Pastor, José Manuel de la Mano, Francisco Bayeu y sus discípulos; [exposición, Cajalón, del 19 de abril al 15 de junio de 2007, pp. 124- 130 y número 224.
 
La decoración para ornamentar y enriquecer la iglesia San Francisco el Grande de Madrid, fue un empeño personal de Carlos III, cuya Real Orden transmitió el primer ministro, José Moñino, Conde de Florida Blanca, el 20 de Julio de 1781. Se ordenó a Francisco Bayeu, Mariano Salvador Maella, Antonio González Velázquez, Francisco de Goya, Antonio Ferro, Andrés de la Calleja, y José del Castillo, la ejecución de diversas obras con el citado fin.
 
Correspondió a Bayeu el que habría de estar en el retablo del altar mayor. El aragonés realizó tres bocetos y el lienzo de definitivo. Tuvo una gran defensora la Duquesa de Villahermosa, quien lo juzgó como “cosa soberbia”, aunque los pintores de la Real Cámara y el Príncipe de Asturias, el futuro Carlos IV, comentó que el cuadro no tenía “claro oscuro, ni efecto ninguno, y muy menudo sin ningún mérito”. El lienzo, descrito por Morales y Marín, “de rotundo dibujo y rico cromatismo”, fue colocado finalmente en el testero del presbiterio, esperando a la inauguración oficial de la iglesia que tuvo lugar el 4 de octubre de 1784, festividad de San Francisco. La obra medía originalmente 10 x 4,80 cm, siendo mutilado hasta las medidas actuales, tras la restauración llevada a cabo por Julián Jimenez García en 1882 y, fue trasladado a la subida del coro. En 1959 fue restaurado nuevamente por Prado Galindo.
 
La obra que presentamos, es una importante manifestación del proceso creativo de Bayeu al ser, sin duda alguna, el boceto de presentación para gran cuadro del altar mayor de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles del convento de San Francisco el Grande de Madrid y representa el suceso milagroso de la aparición de la Virgen María a San Francisco de Asís en la capilla de la Porciúncula, que en 1216 dio lugar a petición del fundador a la indulgencia plenaria del Papa San Honorio III para aquellos que visitasen el oratorio.
 
Estableciendo una comparativa entre este boceto y el lienzo final, podemos apreciar la mutilación que sufrió la obra definitiva tras la restauración de 1882. Como ya hemos comentado, las medidas se vieron alteradas perdiendo, una parte superior y ambas franjas laterales, especialmente amplia la del lado derecho desapareciendo las arquitecturas clasicistas y varias figuras de ángeles que podemos admirar en el boceto que presentamos.
 
Con una soltura técnica y una pincelada cremosa, Bayeu nos presenta la figura de Nuestra Señora de los Ángeles en el centro de la aparición celestial, entronizada en medio de nubes y puttis. San Francisco, en un primer plano, mantiene su protagonismo y la figura de Jesús en la parte superior de este lienzo, en escorzo. Se disponen las figuras con composición ascendente y en zig- zag. Podemos admirar en este boceto, los rasgos más exquisitos y característicos de Francisco Bayeu y su magnífica ejecución de pinceladas cortas, seguras en los perfiles de las figuras, empastes gruesos en las superficies y un colorido rico variado de amarillos, verdes, rojos y blancos de una pureza exquisita.
 
Boceto descrito en el inventario de 1795, entre las obras adquiridas por Leonardo Chopinot a los herederos de Francisco Bayeu en 1795: “Id otro a Claro y obscuro Christo en Trono de Nuves y Angeles y la Virgen con San Juan en acoto de adoración 120 reales de vellón” (fol. 229 r.) (Morales y Marín, 1995, pp. 275). Arturo Ansón cita. “en la primera mitad del siglo XIX don Julián María de Piñera, sumiller de cortina de Su Majestad, fue propietario de una pareja de bocetos que aparecen reflejados con precisión en la relación de dieciséis bocetos originales para decoraciones de palacios reales que ofreció en venta a la reina Isabel II el 4 de junio de 1842, relación ampliada más tarde con uno de Maella, otro de Ferro y dos de Bayeu, para San Francisco el Grande. Los de Bayeu aparecen descritos como: “otros dos del mismo don Francisco Bayeu que sirvieron a elección para el gran cuadro de Nuestra Señora de los Ángeles o de la Porciúncula, existente en la iglesia de San Francisco de esta corte”.

Precio salida

40.000 €

VENDIDO POR

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VENDIDO
836. FRANCISCO BAYEU Y SUBIAS (Zaragoza, 1734-Madrid, 1795)Boceto de Nuestra Señora de los Ángeles o Aparición de la Virgen a San Francisco de Asís en la Porciúncula1781

Óleo sobre lienzo. 49,2 x 24,5 cm.
Con etiqueta en el lienzo, en el anverso, inscrita a tinta "59" en el lienzo en el ángulo inferior izquierdo. 
Con etiqueta en el reverso, inscrita a tinta: "nº 214, Sra. Viuda de Muguiro, 24/4/72"; inscrito a tinta en el bastidor: "nº246".
 
PROCEDENCIA:
 
1795, entre las obras adquiridas por Leonardo Chopinot a los herederos de Francisco Bayeu “Id otro a Claro y obscuro Christo en Trono de Nuves y Angeles y la Virgen con San Juan en acoto de adoración 120 reales de vellón” (fol. 229 r.)
1842: probablemente colección Julián María de Piñera, sumillier de cortina de Su Majestad.
1972: probablemente Sra. Viuda de Muguiro, Madrid (etiqueta en el reverso).
Antigua colección Barbié- Nogaret.
Colección particular española.
 
BIBLIOGRAFÍA:
 
Ponz A. Viaje a España, Edición Aguilar, Madrid, 1947, pp. 441.
Ceán Bermúdez, J.A, Diccionario de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, Madrid 1800, T.1 pp. 101.
Zapater y Gómez, F. Apuntes histórico- biográficos acerca de la Escuela Aragonesa de pintura, Madrid, 1863, pp. 31.
Sambricio V. de , Francisco Bayeu, Col. Arte y Artistas, C.S.I.C. Madrid, 1955, pp. 20-21.
Morales y Marín, Jose Luis, Los Bayeu, Zaragoza, 1979, núm. 32.
Morales y Marín, Jose Luis, Francisco Bayeu, Moncayo, 1995, pp. 108-109, nº cat 141.
Arturo Ansón Navarro, Ismael Gutiérrez Pastor, José Manuel de la Mano, Francisco Bayeu y sus discípulos; [exposición, Cajalón, del 19 de abril al 15 de junio de 2007, pp. 124- 130 y número 224.
 
La decoración para ornamentar y enriquecer la iglesia San Francisco el Grande de Madrid, fue un empeño personal de Carlos III, cuya Real Orden transmitió el primer ministro, José Moñino, Conde de Florida Blanca, el 20 de Julio de 1781. Se ordenó a Francisco Bayeu, Mariano Salvador Maella, Antonio González Velázquez, Francisco de Goya, Antonio Ferro, Andrés de la Calleja, y José del Castillo, la ejecución de diversas obras con el citado fin.
 
Correspondió a Bayeu el que habría de estar en el retablo del altar mayor. El aragonés realizó tres bocetos y el lienzo de definitivo. Tuvo una gran defensora la Duquesa de Villahermosa, quien lo juzgó como “cosa soberbia”, aunque los pintores de la Real Cámara y el Príncipe de Asturias, el futuro Carlos IV, comentó que el cuadro no tenía “claro oscuro, ni efecto ninguno, y muy menudo sin ningún mérito”. El lienzo, descrito por Morales y Marín, “de rotundo dibujo y rico cromatismo”, fue colocado finalmente en el testero del presbiterio, esperando a la inauguración oficial de la iglesia que tuvo lugar el 4 de octubre de 1784, festividad de San Francisco. La obra medía originalmente 10 x 4,80 cm, siendo mutilado hasta las medidas actuales, tras la restauración llevada a cabo por Julián Jimenez García en 1882 y, fue trasladado a la subida del coro. En 1959 fue restaurado nuevamente por Prado Galindo.
 
La obra que presentamos, es una importante manifestación del proceso creativo de Bayeu al ser, sin duda alguna, el boceto de presentación para gran cuadro del altar mayor de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles del convento de San Francisco el Grande de Madrid y representa el suceso milagroso de la aparición de la Virgen María a San Francisco de Asís en la capilla de la Porciúncula, que en 1216 dio lugar a petición del fundador a la indulgencia plenaria del Papa San Honorio III para aquellos que visitasen el oratorio.
 
Estableciendo una comparativa entre este boceto y el lienzo final, podemos apreciar la mutilación que sufrió la obra definitiva tras la restauración de 1882. Como ya hemos comentado, las medidas se vieron alteradas perdiendo, una parte superior y ambas franjas laterales, especialmente amplia la del lado derecho desapareciendo las arquitecturas clasicistas y varias figuras de ángeles que podemos admirar en el boceto que presentamos.
 
Con una soltura técnica y una pincelada cremosa, Bayeu nos presenta la figura de Nuestra Señora de los Ángeles en el centro de la aparición celestial, entronizada en medio de nubes y puttis. San Francisco, en un primer plano, mantiene su protagonismo y la figura de Jesús en la parte superior de este lienzo, en escorzo. Se disponen las figuras con composición ascendente y en zig- zag. Podemos admirar en este boceto, los rasgos más exquisitos y característicos de Francisco Bayeu y su magnífica ejecución de pinceladas cortas, seguras en los perfiles de las figuras, empastes gruesos en las superficies y un colorido rico variado de amarillos, verdes, rojos y blancos de una pureza exquisita.
 
Boceto descrito en el inventario de 1795, entre las obras adquiridas por Leonardo Chopinot a los herederos de Francisco Bayeu en 1795: “Id otro a Claro y obscuro Christo en Trono de Nuves y Angeles y la Virgen con San Juan en acoto de adoración 120 reales de vellón” (fol. 229 r.) (Morales y Marín, 1995, pp. 275). Arturo Ansón cita. “en la primera mitad del siglo XIX don Julián María de Piñera, sumiller de cortina de Su Majestad, fue propietario de una pareja de bocetos que aparecen reflejados con precisión en la relación de dieciséis bocetos originales para decoraciones de palacios reales que ofreció en venta a la reina Isabel II el 4 de junio de 1842, relación ampliada más tarde con uno de Maella, otro de Ferro y dos de Bayeu, para San Francisco el Grande. Los de Bayeu aparecen descritos como: “otros dos del mismo don Francisco Bayeu que sirvieron a elección para el gran cuadro de Nuestra Señora de los Ángeles o de la Porciúncula, existente en la iglesia de San Francisco de esta corte”.

Precio salida: 40.000 €

VENDIDO POR: 55.000 €

VENDIDO
1164. JUAN GENOVÉS (Valencia, 1930 - Madrid, 2020)Bañistas II, 1987

Óleo sobre lienzo.
110 x 145 cm.
Firmado y fechado áng.inf.dcho.
Firmado, fechado y titulado en el reverso.
PROCEDENCIA:
Galería Punto, Valencia.
Colección particular.
 
Bañistas II, pintado en 1987, es una obra muy representativa dentro de la producción de Genovés en los años 80 y pertenece a su famosa serie de obras tituladas Bañistas, una de ellas en la colección del A.C.A.C. Banco Santander, S.A., depositada en el Museo Patio Herreriano de Valladolid.
 
En esta obra vemos, desde una posición elevada, un paisaje marino nocturno en el que una gran multitud de personas se afana en salir del agua y llegar hasta la playa. Son personas que llegan extenuadas, muchas caen de rodillas, algunas van en grupos y se ayudan mutuamente. Tres ya están fuera y observan a los que llegan.
 
Genovés utiliza una pincelada con mucha carga de pintura y muy suelta para dotar a la escena de gran dinamismo y movimiento. Aunque sea nocturna, abundan los colores: azules, rosas, amarillos, verdes, blancos y marrones. Estos rodean las figuras y salpican como reflejos la arena de la playa y el rompido de las olas.
 
Viendo la escena intuimos que, bajo el engañoso título de Bañistas, el artista lo que pretende es que reflexionemos sobre el tema universal del drama humano. Este puede ser causado por el miedo, la violencia, los desastres naturales, la opresión, la persecución, la soledad, etc... Nunca nos muestra cual o quien es el motivo del sufrimiento de los grupos de gente que representa, pero al ser colectivo, el artista nos hace partícipes como observadores y nos invita a empatizar con ellos.

Precio salida

35.000 €

VENDIDO POR

35.000 €
VENDIDO
1164. JUAN GENOVÉS (Valencia, 1930 - Madrid, 2020)Bañistas II, 1987

Óleo sobre lienzo.
110 x 145 cm.
Firmado y fechado áng.inf.dcho.
Firmado, fechado y titulado en el reverso.
PROCEDENCIA:
Galería Punto, Valencia.
Colección particular.
 
Bañistas II, pintado en 1987, es una obra muy representativa dentro de la producción de Genovés en los años 80 y pertenece a su famosa serie de obras tituladas Bañistas, una de ellas en la colección del A.C.A.C. Banco Santander, S.A., depositada en el Museo Patio Herreriano de Valladolid.
 
En esta obra vemos, desde una posición elevada, un paisaje marino nocturno en el que una gran multitud de personas se afana en salir del agua y llegar hasta la playa. Son personas que llegan extenuadas, muchas caen de rodillas, algunas van en grupos y se ayudan mutuamente. Tres ya están fuera y observan a los que llegan.
 
Genovés utiliza una pincelada con mucha carga de pintura y muy suelta para dotar a la escena de gran dinamismo y movimiento. Aunque sea nocturna, abundan los colores: azules, rosas, amarillos, verdes, blancos y marrones. Estos rodean las figuras y salpican como reflejos la arena de la playa y el rompido de las olas.
 
Viendo la escena intuimos que, bajo el engañoso título de Bañistas, el artista lo que pretende es que reflexionemos sobre el tema universal del drama humano. Este puede ser causado por el miedo, la violencia, los desastres naturales, la opresión, la persecución, la soledad, etc... Nunca nos muestra cual o quien es el motivo del sufrimiento de los grupos de gente que representa, pero al ser colectivo, el artista nos hace partícipes como observadores y nos invita a empatizar con ellos.

Precio salida: 35.000 €

VENDIDO POR: 35.000 €

VENDIDO
830. ATRIBUIDO A PEDRO JOSÉ DÍAZ (activo entre 1770 y 1810)Retrato de Don Rodrigo de Ribera Mendoza Ramos Galbán

Óleo sobre lienzo. 105,5 x 191 cm. (sin reentelar)
 
Inscrito: “El General Dn. Rodrigo de Rivera de Mendosa, Gutierres de la Bandera Galo Ramos Calban Rodrigues y Muris. Natural de la Villa de Pisco, en este Reyno del Perú. Corregidor que fue de la Provincia de Camana murió en 2 de Nobe. Del 1727 a los 77años de su edad”.
 
Don Rodrigo de Ribera Mendoza (1650-1727), nieto de los primeros conquistadores y pobladores del Perú, nació en Pisco (Departamento de Ica), y fue Corregidor y Justicia Mayor de la provincia de Camana (Departamento de Arequipa). Casado con Magdalena de Borja Borja, tuvieron nueve hijos y fueron abuelos de Dña. María Rosa de Ribera Mendoza Maldonado (1745-1826), Condesa de la Vega del Ren, cuyo retrato se conserva actualmente en la colección de Carl & Marilynn Thoma en Chicago.
 
Este retrato formaba parte de la galería de retratos familiares que decoraba la majestuosa mansión, propiedad de los condes de la Vega del Ren, que se alzaba en la calle de Polvos Azules, a escasas manzanas de la Plaza Mayor de Lima. Lamentablemente este palacete, inspirado en el Palacio Ducal de Venecia, por lo que se le bautizó popularmente como el “Palacio Veneciano”, fue finalmente demolido a inicios de la década de los 40 del siglo XX.
 
El encargo de una galería familiar de retratos que incluyera, no sólo a los miembros poseedores del título de Condes de la Vega del Ren, sino también a aquellos parientes vinculados de manera significativa a la historia del virreinato del Perú y a sus orígenes españoles, responde a una clara intención criolla de perpetuar su identidad y su linaje, además de su equiparación en derechos a la población peninsular.
 
Además, debemos de tener en cuenta que, con la llegada en 1777 del Visitador General José Antonio de Areche, enviado al Perú por el ministro de Indias D. José de Gálvez, y después de la Gran Rebelión del Cuzco de 1781, fueron prohibidas todas las imágenes asociadas con la memoria histórica de los Incas que debían ser sustituidas por representaciones que exhibieran la fidelidad al rey católico.
 
La atribución al pintor Pedro José Díaz responde al estudio comparativo con otras obras atribuidas o firmadas por el artista de esta misma serie y que nos llevan a pensar en un encargo de la familia al pintor. 

Precio salida

18.000 €

VENDIDO POR

18.000 €
VENDIDO
830. ATRIBUIDO A PEDRO JOSÉ DÍAZ (activo entre 1770 y 1810)Retrato de Don Rodrigo de Ribera Mendoza Ramos Galbán

Óleo sobre lienzo. 105,5 x 191 cm. (sin reentelar)
 
Inscrito: “El General Dn. Rodrigo de Rivera de Mendosa, Gutierres de la Bandera Galo Ramos Calban Rodrigues y Muris. Natural de la Villa de Pisco, en este Reyno del Perú. Corregidor que fue de la Provincia de Camana murió en 2 de Nobe. Del 1727 a los 77años de su edad”.
 
Don Rodrigo de Ribera Mendoza (1650-1727), nieto de los primeros conquistadores y pobladores del Perú, nació en Pisco (Departamento de Ica), y fue Corregidor y Justicia Mayor de la provincia de Camana (Departamento de Arequipa). Casado con Magdalena de Borja Borja, tuvieron nueve hijos y fueron abuelos de Dña. María Rosa de Ribera Mendoza Maldonado (1745-1826), Condesa de la Vega del Ren, cuyo retrato se conserva actualmente en la colección de Carl & Marilynn Thoma en Chicago.
 
Este retrato formaba parte de la galería de retratos familiares que decoraba la majestuosa mansión, propiedad de los condes de la Vega del Ren, que se alzaba en la calle de Polvos Azules, a escasas manzanas de la Plaza Mayor de Lima. Lamentablemente este palacete, inspirado en el Palacio Ducal de Venecia, por lo que se le bautizó popularmente como el “Palacio Veneciano”, fue finalmente demolido a inicios de la década de los 40 del siglo XX.
 
El encargo de una galería familiar de retratos que incluyera, no sólo a los miembros poseedores del título de Condes de la Vega del Ren, sino también a aquellos parientes vinculados de manera significativa a la historia del virreinato del Perú y a sus orígenes españoles, responde a una clara intención criolla de perpetuar su identidad y su linaje, además de su equiparación en derechos a la población peninsular.
 
Además, debemos de tener en cuenta que, con la llegada en 1777 del Visitador General José Antonio de Areche, enviado al Perú por el ministro de Indias D. José de Gálvez, y después de la Gran Rebelión del Cuzco de 1781, fueron prohibidas todas las imágenes asociadas con la memoria histórica de los Incas que debían ser sustituidas por representaciones que exhibieran la fidelidad al rey católico.
 
La atribución al pintor Pedro José Díaz responde al estudio comparativo con otras obras atribuidas o firmadas por el artista de esta misma serie y que nos llevan a pensar en un encargo de la familia al pintor. 

Precio salida: 18.000 €

VENDIDO POR: 18.000 €

VENDIDO
929. DARÍO DE REGOYOS (Asturias, 1857-Barcelona, 1913)Tejados de Madrid, 1901

Óleo sobre cartón
45,5 x 46 cm
Firmado y fechado áng. inf. izq: Regoyos/1901
 
PROCEDENCIA:
Colección particular.
 
Agradecemos al experto en el pintor, Juan San Nicolás, su ayuda en la catalogación de esta obra.
 
Regoyos cuando residía en Irún, Buenavista y el poeta belga Emile Verhaeren recién llegado de Bruselas, iniciaron el 10 de junio de 1901 su segunda excursión artística por España, (la primera fue en 1888 y que dio lugar a la publicación de su España Negra). Visitaron Burgos, Segovia, La Granja, Haro y Valladolid llegando a Madrid el 4 de Julio, donde permanecieron varios días, allí pintó entre otras obras este óleo, posiblemente llevado a cabo desde la habitación del hotel en el que se alojaron. Tras varios días en Madrid se dirigieron a El Escorial, y Toledo, regresando por Calatayud y Soria para finalizar el viaje el 17 de julio.
En este óleo recoge una vista de los tejados de Madrid, en la que al fondo en el centro sobresale  la cúpula de la iglesia de San Andrés, en ella el sol ilumina fachadas, balcones y tejados, con las sombras que se producen, efectos siempre presentes en sus obras que con la matización de los colores por la distancia, contribuyen a dar mayor profundidad a la escena. Regoyos lo firmó y dató en el ángulo inferior izquierdo, ambas están plenamente incorporadas en la obra.
(Texto escrito por Juan San Nicolás).
 
 

Precio salida

13.000 €

VENDIDO POR

16.000 €
VENDIDO
929. DARÍO DE REGOYOS (Asturias, 1857-Barcelona, 1913)Tejados de Madrid, 1901

Óleo sobre cartón
45,5 x 46 cm
Firmado y fechado áng. inf. izq: Regoyos/1901
 
PROCEDENCIA:
Colección particular.
 
Agradecemos al experto en el pintor, Juan San Nicolás, su ayuda en la catalogación de esta obra.
 
Regoyos cuando residía en Irún, Buenavista y el poeta belga Emile Verhaeren recién llegado de Bruselas, iniciaron el 10 de junio de 1901 su segunda excursión artística por España, (la primera fue en 1888 y que dio lugar a la publicación de su España Negra). Visitaron Burgos, Segovia, La Granja, Haro y Valladolid llegando a Madrid el 4 de Julio, donde permanecieron varios días, allí pintó entre otras obras este óleo, posiblemente llevado a cabo desde la habitación del hotel en el que se alojaron. Tras varios días en Madrid se dirigieron a El Escorial, y Toledo, regresando por Calatayud y Soria para finalizar el viaje el 17 de julio.
En este óleo recoge una vista de los tejados de Madrid, en la que al fondo en el centro sobresale  la cúpula de la iglesia de San Andrés, en ella el sol ilumina fachadas, balcones y tejados, con las sombras que se producen, efectos siempre presentes en sus obras que con la matización de los colores por la distancia, contribuyen a dar mayor profundidad a la escena. Regoyos lo firmó y dató en el ángulo inferior izquierdo, ambas están plenamente incorporadas en la obra.
(Texto escrito por Juan San Nicolás).
 
 

Precio salida: 13.000 €

VENDIDO POR: 16.000 €

790. CÍRCULO DE LAVINIA FONTANA (Escuela española, SIGLO XVI)La Virgen del Silencio; Sagrada Familia con San Juanito y Niño Jesús dormido

Óleo sobre tabla. 124,5 x 107 cm.
Con número de inventario en el ángulo inferior izquierdo: "676".
 
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
RUÍZ GÓMEZ, Leticia, Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, Madrid, Museo Nacional del Prado, catálogo de exposición, 2019, pp. 206- 207.
 
En un primer plano el Niño Jesús dormido en su cuna, mientras la Virgen en un acto de levantar un velo transparente, con una cercanía y ternura inigualable, cubre al Niño Jesús. San Juanito, niño, se lleva el dedo índice de su mano derecha a la boca implorando silencio para no despertar al Niño, y en su mano izquierda porta una cruz con filacteria que prefigura la pasión de Cristo. Al fondo, a la derecha San José con una mirada atenta dirigida al Niño, sostiene el báculo horquillado. Las figuras se recortan sobre un fondo de cortinaje en verde.
 
Obra basada en el lienzo de la Virgen del Silencio pintado por Lavinia Fontana en 1589 y conservado en Colecciones Reales, Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, con número de inventario “10045145”. Lavinia Fontana, retoma el modelo de la Virgen del velo de Rafael (1483-1520) como también hiciera Sebastiano del Piombo (h. 1485-1547). La llegada del cuadro a la corte española de Lavinia Fontana tuvo gran repercusión y fue fuente de inspiración para los pintores de la época. Como ya cita fray José Sigüenza en la Fundación del monasterio de El Escorial (1602), Madrid, Turner, 1988, p. 535, se conservan diversas versiones; una de ellas en miniatura bordada, con número de inventario: “10014390” que se conserva en el Monasterio de El Escorial, se puede relacionar compositivamente con la obra que presentamos.

Precio salida

12.000 €

NO VENDIDO

790. CÍRCULO DE LAVINIA FONTANA (Escuela española, SIGLO XVI)La Virgen del Silencio; Sagrada Familia con San Juanito y Niño Jesús dormido

Óleo sobre tabla. 124,5 x 107 cm.
Con número de inventario en el ángulo inferior izquierdo: "676".
 
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
RUÍZ GÓMEZ, Leticia, Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, Madrid, Museo Nacional del Prado, catálogo de exposición, 2019, pp. 206- 207.
 
En un primer plano el Niño Jesús dormido en su cuna, mientras la Virgen en un acto de levantar un velo transparente, con una cercanía y ternura inigualable, cubre al Niño Jesús. San Juanito, niño, se lleva el dedo índice de su mano derecha a la boca implorando silencio para no despertar al Niño, y en su mano izquierda porta una cruz con filacteria que prefigura la pasión de Cristo. Al fondo, a la derecha San José con una mirada atenta dirigida al Niño, sostiene el báculo horquillado. Las figuras se recortan sobre un fondo de cortinaje en verde.
 
Obra basada en el lienzo de la Virgen del Silencio pintado por Lavinia Fontana en 1589 y conservado en Colecciones Reales, Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, con número de inventario “10045145”. Lavinia Fontana, retoma el modelo de la Virgen del velo de Rafael (1483-1520) como también hiciera Sebastiano del Piombo (h. 1485-1547). La llegada del cuadro a la corte española de Lavinia Fontana tuvo gran repercusión y fue fuente de inspiración para los pintores de la época. Como ya cita fray José Sigüenza en la Fundación del monasterio de El Escorial (1602), Madrid, Turner, 1988, p. 535, se conservan diversas versiones; una de ellas en miniatura bordada, con número de inventario: “10014390” que se conserva en el Monasterio de El Escorial, se puede relacionar compositivamente con la obra que presentamos.

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