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734. JUAN DE COURBES (1592-1641)El Venerable Bernardino de Obregón con los episodios de su vida

Plancha de grabado en cobre. 33,8 x 21,7 cm, sin marco.
Firmada: “I. de Courbes F”.
Inscrito.
 
Se conserva un grabado firmado por Juan Courbes con los episodios de la vida del venerable basados en las primeras biografías de Bernardino fechado entre 1633 y 1641. Grabado recogido en la obra de Real e Ilustre Archicofradía Sacramental de Santa María y del Hospital General de esta Villa, Historia del IV Centenario de la muerte del Venerable Bernardino de Obregón (1599- 1999). Madrid, 2003, p. 12. Una réplica de este grabado se conserva en el Museo Municipal de Madrid.
 
En el centro de la composición el Venerable Bernardino de Obregón con la cruz en su mano derecha. A sus pies, la vieira, el yelmo y la espada. Inscrito en la filacteria: “Venite, Benedicti Patris mei posidete paratum vobis Regnum ab constituione mundi. Infirmus eram et tu visitastis me. Mat. Cap. 25”, pasaje tomado de la parábola del Juicio Final. Le rodean la disposición de un conjunto de viñetas con textos explicativos relativos a los episodios de la vida y milagros del Santo: “Devoción de Bernardino al Niño Jesús”, “Persecución de don Alonso de Cárcamo contra los Obregones”, “Conversión de don Alonso de Cárcamo y entrada en la congregación gracias a la oración de Bernardino”, “Devoción de Bernardino a la Virgen María”, “Devoción de Bernardino a la Pasión de Jesucristo”, “Curación milagrosa de una mujer que tenía tercianas, al tocarla Bernardino”, “Hallazgo milagroso de 400 doblones en un cepo de limosnas en un momento de especial necesidad del Hospital, gracias a la oración de Bernardino”, “Devoción de Bernardino a su ángel de la guarda”, “Éxtasis de Bernardino rodeado de fuego que milagrosamente no llegó a quemarle”, “Curación milagrosa de varios tiñosos al lamerlos Bernardino con la lengua”, “Aparición de un ángel que ayudó al hospital con una bolsa llena de oro en un día en el que no tenían qué comer”, “Una mujer se quería ahorcar y Bernardino consiguió evitarlo”, “Curación milagrosa de un enfermo con una fístula incurable gracias al agua con que se había lavado las manos Bernardino”, “En su momento de necesidad del hospital aparecieron milagrosamente tres mulas cargadas de comida gracias a la oración de Bernardino”, “Bernardino disuadió a un hombre que iba a matar a su mujer”, “Curación milagrosa por parte de Bernardino de un hombre que tenía encogidos los nervios de una pierna”, “Curación milagrosa por parte de Bernardino de una señora que tenía tercianas y dolor de cabeza desde hacía cuatro años”, “Muerte de Bernardino en 1599”, “Traslado de sus restos en 1621 al Hospital General”, “Curación milagrosa por parte de Bernardino de una prima suya que tenía cáncer en los pechos”, “Curación milagrosa por parte de Bernardino de un enfermo de ciática”, “Don Diego de Curle, desahuciado, se encomendó a Bernardino y sanó”, “El hermano Jaime Felipe estaba desahuciado y sanó después de rezarle a Bernardino”.

Precio salida

100 €

VENDIDO POR

225 €
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734. JUAN DE COURBES (1592-1641)El Venerable Bernardino de Obregón con los episodios de su vida

Plancha de grabado en cobre. 33,8 x 21,7 cm, sin marco.
Firmada: “I. de Courbes F”.
Inscrito.
 
Se conserva un grabado firmado por Juan Courbes con los episodios de la vida del venerable basados en las primeras biografías de Bernardino fechado entre 1633 y 1641. Grabado recogido en la obra de Real e Ilustre Archicofradía Sacramental de Santa María y del Hospital General de esta Villa, Historia del IV Centenario de la muerte del Venerable Bernardino de Obregón (1599- 1999). Madrid, 2003, p. 12. Una réplica de este grabado se conserva en el Museo Municipal de Madrid.
 
En el centro de la composición el Venerable Bernardino de Obregón con la cruz en su mano derecha. A sus pies, la vieira, el yelmo y la espada. Inscrito en la filacteria: “Venite, Benedicti Patris mei posidete paratum vobis Regnum ab constituione mundi. Infirmus eram et tu visitastis me. Mat. Cap. 25”, pasaje tomado de la parábola del Juicio Final. Le rodean la disposición de un conjunto de viñetas con textos explicativos relativos a los episodios de la vida y milagros del Santo: “Devoción de Bernardino al Niño Jesús”, “Persecución de don Alonso de Cárcamo contra los Obregones”, “Conversión de don Alonso de Cárcamo y entrada en la congregación gracias a la oración de Bernardino”, “Devoción de Bernardino a la Virgen María”, “Devoción de Bernardino a la Pasión de Jesucristo”, “Curación milagrosa de una mujer que tenía tercianas, al tocarla Bernardino”, “Hallazgo milagroso de 400 doblones en un cepo de limosnas en un momento de especial necesidad del Hospital, gracias a la oración de Bernardino”, “Devoción de Bernardino a su ángel de la guarda”, “Éxtasis de Bernardino rodeado de fuego que milagrosamente no llegó a quemarle”, “Curación milagrosa de varios tiñosos al lamerlos Bernardino con la lengua”, “Aparición de un ángel que ayudó al hospital con una bolsa llena de oro en un día en el que no tenían qué comer”, “Una mujer se quería ahorcar y Bernardino consiguió evitarlo”, “Curación milagrosa de un enfermo con una fístula incurable gracias al agua con que se había lavado las manos Bernardino”, “En su momento de necesidad del hospital aparecieron milagrosamente tres mulas cargadas de comida gracias a la oración de Bernardino”, “Bernardino disuadió a un hombre que iba a matar a su mujer”, “Curación milagrosa por parte de Bernardino de un hombre que tenía encogidos los nervios de una pierna”, “Curación milagrosa por parte de Bernardino de una señora que tenía tercianas y dolor de cabeza desde hacía cuatro años”, “Muerte de Bernardino en 1599”, “Traslado de sus restos en 1621 al Hospital General”, “Curación milagrosa por parte de Bernardino de una prima suya que tenía cáncer en los pechos”, “Curación milagrosa por parte de Bernardino de un enfermo de ciática”, “Don Diego de Curle, desahuciado, se encomendó a Bernardino y sanó”, “El hermano Jaime Felipe estaba desahuciado y sanó después de rezarle a Bernardino”.

Precio salida: 100 €

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736. JUAN DE ZURBARÁN (Llerena, 1620- Sevilla, 1649)Plato de manzanas y pera

Óleo sobre lienzo. 33,7 x 42 cm.
 
Procedencia:
Colección particular.
 
Bibliografía de referencia:
Peter Cherry, Don Juan de Zurbarán, Sevillian Still- Life Painter, Gazette des Beaux- Arts, 132, 1998, págs. 111- 112.
Peter Cherry, Arte y naturaleza. El bodegón español del siglo de Oro, Madrid, 1999, págs. 255- 260.
William B. Jordán, Spanish Still Life in the Golden Age, 1600- 1650, Kimbel Art Museum, 1985, págs. 222- 231.
William B. Jordán y Peter Cherry, El bodegón español de Velázquez a Goya, Londres, 1995, págs. 101-110.
Alfonso Pérez Sánchez, Pintura española de floreros y bodegones de 1600 a Goya, Madrid, 1983, pág. 77.
Peter Cherry, Dos importantes bodegones españoles del siglo XVII, Alcalá Subastas, 2000, 4-9.
 
Obra inédita procedente de una colección particular que constituye una interesante aportación al corpus pictórico de Juan de Zurbarán y nos confirma el talento y la importancia del pintor dentro de la pintura de bodegones del siglo de Oro español.
Juan, hijo de Francisco de Zurbarán (1598-1664), probablemente inició su formación artística en el taller de su padre. A finales de la década de 1630, ya actúa como un pintor independiente y su primera obra firmada data de 1639, Plato de uvas, conservada en una colección particular de Burdeos. A partir de entonces, hasta su muerte diez años después, se suceden noticias que nos hablan de un artista especializado en el género del bodegón e integrado en el tejido social y profesional de la ciudad. Es considerado un hombre cultivado con inclinaciones literarias que gusta del arte del baile cortés. En 1642 publicó un soneto como prefacio a los Discursos sobre el arte del danzado de Juan de Esquivel. En agosto de 1641, se casó con Mariana de Quadros, hija de Jorge Quadros, abogado de la Real Audiencia de Sevilla, que aportó al matrimonio una dote considerable. En 1644, Juan firmó un contrato para pintar las dos únicas obras de pintura religiosa documentadas, los Milagros de la Virgen del Rosario para decorar la confraternidad dominica de Carmona. Murió en 1649 a causa de la epidemia de la peste bubónica que redujo a la mitad la población de Sevilla. El renombre de Juan de Zurbarán como bodegonista de la época está reflejado en el hecho de que sus obras se citan en al menos un inventario de una colección sevillana de la época. Se trata del inventario de 1654, realizado a la muerte de Joseph Belero, abogado y librero sevillano, en el que figuran cuatro bodegones con fruteros y un bodegón de perdices “de mano de Zurbarán”.
La temprana muerte de Juan de Zurbarán con 29 años nos sitúa su producción artística entre los años de 1639 y 1649. A pesar de su corta carrera, Juan supo desarrollar una personalidad pictórica distinta a su padre Francisco y convertirse en un pintor notable en la historia de la naturaleza muerta española del siglo XVII. Es bastante limitado el número de obras que se le atribuyen y, dada la escasez de su producción, así como la excelencia de sus lienzos sus obras son de las más buscadas entre los coleccionistas de todos los tiempos.
Podemos apreciar en su producción una doble tipología: los bodegones con cesta de mimbre y los bodegones de frutas sobre platos de peltre de pequeño formato. De la primera vertiente probablemente inspirada en la técnica de su padre, Francisco de Zurbarán, al que pudo ver pintar en 1633, el Bodegón con cesta de naranjas, conservado en Pasadena, Norton Simon, Foundation; se conocen de la mano de Juan el Bodegón con cesta de manzanas y membrillos en el Museo Nacional d´Art de Catalunya y el Bodegón con cesta de frutas, granadas y flores de la antigua colección de Varez Fisa. De la segunda, destacamos su Plato de uvas, óleo sobre cobre, 28 x 36 cm, firmada y fechada en 1639 conservado en una colección particular de Burdeos, Bodegón con plato de frutas y jilguero, óleo sobre lienzo, 40 x 57 cm, en el Museu Nacional d´Art de Catalunya, Bodegón con membrillos, uvas, higos y ciruelas, óleo sobre lienzo, 33,5 x 47 cm, en una colección particular, el Bodegón de limones, óleo sobre lienzo, 36,1 x 50,3 cm, subastado en esta sala; hoy en la Real Academia de San Fernando. Otras obras firmadas y fechadas en la primera década de 1640, son: Bodegón con servicio de chocolate (Kiev, Museo de Arte Occidental y Oriental) pintado en 1640, el Bodegón con cesta de frutas y cardos (Mänta, Finlandia, Gösta Serlachius Fine Arts Fondation de 1643 y el Bodegón con granadas y uvas (Museo Nacional del Prado).
 
La obra que presentamos, Plato de manzanas y pera nos muestra la intimidad, solidez estructural, la capacidad descriptiva y el gusto por los detalles elegantes y exquisitos de Juan de Zurbarán. Sobre su habitual fondo negro oscuro el pintor nos sitúa en un primer término una pera, rompiendo la simetría estructural de la composición. En un segundo plano y en el centro de la composición un conjunto de cinco manzanas sobre un plato de peltre, dispuestas en tamaño real y bajo un punto de vista bajo. Tanto la pera como las manzanas están dibujadas con nítidos perfiles y es magnífico el tratamiento de la luz que incide por el lateral izquierdo y se refleja sobre cada una de las frutas dirigiendo sucesivamente la mirada del espectador de un objeto a otro, centrándonos en el motivo principal el plato de peltre con manzanas. Es claro el fuerte contraste de luces y sombras, que tanto dominó Juan en sus composiciones, destacando los pequeños puntos de luz conseguidos con breves manchones en pigmento blanco sobre la pera y las manzanas, las zonas de contraluz y los toques en ocre y gradaciones en amarillo que materializan la realidad de las frutas, las moldean y dan volumen. En el plato de peltre, apreciamos la manera de pintar del pintor con sus claros reflejos en el borde sobre el que se proyecta las sombras de las manzanas, así como en el tratamiento de las hojas con un juego en distintas tonalidades de verde (claros, oscuros y dorados) definiendo el fuerte contraste de luces y sombras tan propios de su estilo. Por último, destacar, el tratamiento de puntos en amarillo que definen la luz dorada de los perfiles de las hojas y las venas centrales de las mismas.
El estudio técnico por radiografía, nos confirma el magnífico estado de conservación de la obra, pintado sobre un lienzo que presenta sus dimensiones originales inalterables y nos muestra una composición que se establece con la seguridad y confianza del pintor. Se puede apreciar una leve variación en los contornos de la manzana del extremo derecho.
Como ya Peter Cherry, describió en el 2000 y que hoy podemos reescribir para este bodegón: “Zurbarán ha observado un relativamente simple arreglo de frutas puesto bajo una luz de día dirigida de una ventana en parte abierta hacia un oscuro rincón de taller. La pintura responde al reto del bodegón del siglo XVII, que se concebía como una “imitación del natural”, en lenguaje artístico de la época, y una “copia” de lo que tenía delante de sus ojos el pintor. Pero la obra ofrece más de una realidad simplemente observada   y Zurbarán ha transformado su tema naturalista en una experiencia visual realmente sorprendente y memorable. El aislamiento y enfoque exclusivo sobre el motivo, su luz dramática y misteriosa, la insistente ilusión de volumen de las frutas, vistos tan de cerca y de forma tan monumentales, hace que este encuentro tenga poco que ver con el trato de las manzanas y pera de la vida cotidiana. Sin embargo, como Juan de Zurbarán y sus coleccionistas sabían, no son frutas lo que admiramos sino las habilidades artísticas del autor en recrearlos sobre el lienzo y transformar humildes objetos naturales en una maravillosa obra de arte”. (Ver: Peter Cherry, Dos importantes bodegones españoles del siglo XVII, Alcalá Subastas, 2000, 4-9).
Esta obra se acompaña del estudio técnico y analítico realizado por Icono I&R.
Otro lienzo de Juan de Zurbarán Bodegón de limones fue subastado en nuestra sala el 29 de noviembre del 2000.
Agradecemos al Dr. Peter Cherry la confirmación de la autoría de la obra a partir de su estudio físico y del estudio técnico, analítico y por radiografía realizado por Icono I&R.

Precio salida

300.000 €

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650.000 €
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736. JUAN DE ZURBARÁN (Llerena, 1620- Sevilla, 1649)Plato de manzanas y pera

Óleo sobre lienzo. 33,7 x 42 cm.
 
Procedencia:
Colección particular.
 
Bibliografía de referencia:
Peter Cherry, Don Juan de Zurbarán, Sevillian Still- Life Painter, Gazette des Beaux- Arts, 132, 1998, págs. 111- 112.
Peter Cherry, Arte y naturaleza. El bodegón español del siglo de Oro, Madrid, 1999, págs. 255- 260.
William B. Jordán, Spanish Still Life in the Golden Age, 1600- 1650, Kimbel Art Museum, 1985, págs. 222- 231.
William B. Jordán y Peter Cherry, El bodegón español de Velázquez a Goya, Londres, 1995, págs. 101-110.
Alfonso Pérez Sánchez, Pintura española de floreros y bodegones de 1600 a Goya, Madrid, 1983, pág. 77.
Peter Cherry, Dos importantes bodegones españoles del siglo XVII, Alcalá Subastas, 2000, 4-9.
 
Obra inédita procedente de una colección particular que constituye una interesante aportación al corpus pictórico de Juan de Zurbarán y nos confirma el talento y la importancia del pintor dentro de la pintura de bodegones del siglo de Oro español.
Juan, hijo de Francisco de Zurbarán (1598-1664), probablemente inició su formación artística en el taller de su padre. A finales de la década de 1630, ya actúa como un pintor independiente y su primera obra firmada data de 1639, Plato de uvas, conservada en una colección particular de Burdeos. A partir de entonces, hasta su muerte diez años después, se suceden noticias que nos hablan de un artista especializado en el género del bodegón e integrado en el tejido social y profesional de la ciudad. Es considerado un hombre cultivado con inclinaciones literarias que gusta del arte del baile cortés. En 1642 publicó un soneto como prefacio a los Discursos sobre el arte del danzado de Juan de Esquivel. En agosto de 1641, se casó con Mariana de Quadros, hija de Jorge Quadros, abogado de la Real Audiencia de Sevilla, que aportó al matrimonio una dote considerable. En 1644, Juan firmó un contrato para pintar las dos únicas obras de pintura religiosa documentadas, los Milagros de la Virgen del Rosario para decorar la confraternidad dominica de Carmona. Murió en 1649 a causa de la epidemia de la peste bubónica que redujo a la mitad la población de Sevilla. El renombre de Juan de Zurbarán como bodegonista de la época está reflejado en el hecho de que sus obras se citan en al menos un inventario de una colección sevillana de la época. Se trata del inventario de 1654, realizado a la muerte de Joseph Belero, abogado y librero sevillano, en el que figuran cuatro bodegones con fruteros y un bodegón de perdices “de mano de Zurbarán”.
La temprana muerte de Juan de Zurbarán con 29 años nos sitúa su producción artística entre los años de 1639 y 1649. A pesar de su corta carrera, Juan supo desarrollar una personalidad pictórica distinta a su padre Francisco y convertirse en un pintor notable en la historia de la naturaleza muerta española del siglo XVII. Es bastante limitado el número de obras que se le atribuyen y, dada la escasez de su producción, así como la excelencia de sus lienzos sus obras son de las más buscadas entre los coleccionistas de todos los tiempos.
Podemos apreciar en su producción una doble tipología: los bodegones con cesta de mimbre y los bodegones de frutas sobre platos de peltre de pequeño formato. De la primera vertiente probablemente inspirada en la técnica de su padre, Francisco de Zurbarán, al que pudo ver pintar en 1633, el Bodegón con cesta de naranjas, conservado en Pasadena, Norton Simon, Foundation; se conocen de la mano de Juan el Bodegón con cesta de manzanas y membrillos en el Museo Nacional d´Art de Catalunya y el Bodegón con cesta de frutas, granadas y flores de la antigua colección de Varez Fisa. De la segunda, destacamos su Plato de uvas, óleo sobre cobre, 28 x 36 cm, firmada y fechada en 1639 conservado en una colección particular de Burdeos, Bodegón con plato de frutas y jilguero, óleo sobre lienzo, 40 x 57 cm, en el Museu Nacional d´Art de Catalunya, Bodegón con membrillos, uvas, higos y ciruelas, óleo sobre lienzo, 33,5 x 47 cm, en una colección particular, el Bodegón de limones, óleo sobre lienzo, 36,1 x 50,3 cm, subastado en esta sala; hoy en la Real Academia de San Fernando. Otras obras firmadas y fechadas en la primera década de 1640, son: Bodegón con servicio de chocolate (Kiev, Museo de Arte Occidental y Oriental) pintado en 1640, el Bodegón con cesta de frutas y cardos (Mänta, Finlandia, Gösta Serlachius Fine Arts Fondation de 1643 y el Bodegón con granadas y uvas (Museo Nacional del Prado).
 
La obra que presentamos, Plato de manzanas y pera nos muestra la intimidad, solidez estructural, la capacidad descriptiva y el gusto por los detalles elegantes y exquisitos de Juan de Zurbarán. Sobre su habitual fondo negro oscuro el pintor nos sitúa en un primer término una pera, rompiendo la simetría estructural de la composición. En un segundo plano y en el centro de la composición un conjunto de cinco manzanas sobre un plato de peltre, dispuestas en tamaño real y bajo un punto de vista bajo. Tanto la pera como las manzanas están dibujadas con nítidos perfiles y es magnífico el tratamiento de la luz que incide por el lateral izquierdo y se refleja sobre cada una de las frutas dirigiendo sucesivamente la mirada del espectador de un objeto a otro, centrándonos en el motivo principal el plato de peltre con manzanas. Es claro el fuerte contraste de luces y sombras, que tanto dominó Juan en sus composiciones, destacando los pequeños puntos de luz conseguidos con breves manchones en pigmento blanco sobre la pera y las manzanas, las zonas de contraluz y los toques en ocre y gradaciones en amarillo que materializan la realidad de las frutas, las moldean y dan volumen. En el plato de peltre, apreciamos la manera de pintar del pintor con sus claros reflejos en el borde sobre el que se proyecta las sombras de las manzanas, así como en el tratamiento de las hojas con un juego en distintas tonalidades de verde (claros, oscuros y dorados) definiendo el fuerte contraste de luces y sombras tan propios de su estilo. Por último, destacar, el tratamiento de puntos en amarillo que definen la luz dorada de los perfiles de las hojas y las venas centrales de las mismas.
El estudio técnico por radiografía, nos confirma el magnífico estado de conservación de la obra, pintado sobre un lienzo que presenta sus dimensiones originales inalterables y nos muestra una composición que se establece con la seguridad y confianza del pintor. Se puede apreciar una leve variación en los contornos de la manzana del extremo derecho.
Como ya Peter Cherry, describió en el 2000 y que hoy podemos reescribir para este bodegón: “Zurbarán ha observado un relativamente simple arreglo de frutas puesto bajo una luz de día dirigida de una ventana en parte abierta hacia un oscuro rincón de taller. La pintura responde al reto del bodegón del siglo XVII, que se concebía como una “imitación del natural”, en lenguaje artístico de la época, y una “copia” de lo que tenía delante de sus ojos el pintor. Pero la obra ofrece más de una realidad simplemente observada   y Zurbarán ha transformado su tema naturalista en una experiencia visual realmente sorprendente y memorable. El aislamiento y enfoque exclusivo sobre el motivo, su luz dramática y misteriosa, la insistente ilusión de volumen de las frutas, vistos tan de cerca y de forma tan monumentales, hace que este encuentro tenga poco que ver con el trato de las manzanas y pera de la vida cotidiana. Sin embargo, como Juan de Zurbarán y sus coleccionistas sabían, no son frutas lo que admiramos sino las habilidades artísticas del autor en recrearlos sobre el lienzo y transformar humildes objetos naturales en una maravillosa obra de arte”. (Ver: Peter Cherry, Dos importantes bodegones españoles del siglo XVII, Alcalá Subastas, 2000, 4-9).
Esta obra se acompaña del estudio técnico y analítico realizado por Icono I&R.
Otro lienzo de Juan de Zurbarán Bodegón de limones fue subastado en nuestra sala el 29 de noviembre del 2000.
Agradecemos al Dr. Peter Cherry la confirmación de la autoría de la obra a partir de su estudio físico y del estudio técnico, analítico y por radiografía realizado por Icono I&R.

Precio salida: 300.000 €

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773. Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811)Importante e inédito documento manuscrito, primer bosquejo para el “Informe de la Ley Agraria”, h. 1793.

Medidas: 30 x 21 cms.
 
PROCEDENCIA:
Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor de Jovellanos.
Familia de Jovellanos.
Colección particular.
 
 
Transcripción:
 
Pero en esta variedad que es lo que debemos pensar nosotros? Yo se lo diré.
 
Sin agravio de las personas que hasta aora han trabajado en esta causa, creo que podemos asegurar que en el examen de los males de nuestra Agricultura, y sus remedios no han seguido el metodo indicado por la naturaleza. Movidos de la fuerte impresion que les causaba la presencia de los males no se han detenido a buscar la primera raíz, confundieron muchas veces las causas con los efectos, creieron que podrian remediar efestos sin conocer aquellas, a la manera de oiertos médicos, busacan remedios para desterrar los síntomas del mal, olvidando que el primer axioma de la profesion, es que no se puede vencer el mal sin combatirle en la raíz.
 
Suplamos nosotros este defecto, adoptando por un instante como causas de la la decadencia de la Agricultura lo abusos que se han señalado, subamos a descubrir su origen.
 
Solo puede hallarse en tres puntos, a saber ó en la naturaleza, ó en el gobierno, ó en los mismos labradores. Examinemos separadamente estos tres puntos.
 
No se halla oiertamente el atraso de nuestra Agricultura en la naturaleza de nuestro clima, y de nuestro suelo. Sin detenernos a recopilar los testimonios de un número increible de autores antiguos y modernos que han elogiado la benignidad del clima, y la feracidad del suelo de españa para todo el gáner de producciones, creo que podemos asegurar sin reparo que España por la naturaleza de su suelo, es capaz de tener una muy estendida, y provechosa Agricultura.
 
Bien sé que España es un pais muy seco, que en natural posicion, ofrece poca actitud para los riegos, que carece de ríos navegables y, no goza de mejores proporciones para tener muchos, y buenos canales. Pero de los estorbos físicos inamovibles no se habla en este expediente porque no aspiramos, ni debemos á mas prosperidad que la que sea compatible con nuestra fisica posicion y si son amables, no en contra de la naturaleza el mal que deseamos combatir, sino de otra parte.
 
Tampoco creo yo que la ruina de la Agricultura  provenga de los misms Agricultores, el interes que es el que hace al hombra cultivas, le hace tambien cultivar lo mejor que puede. Siel no cultiva cuanto puede cultivar, ni tambien como se puede cultivar, ciertamente que será, ó porque no sabe, ó porque se le opone algun estorbo. Esta ignorancia, posible y este estorbo, ai son amovibles, no se deben imputar á el, y si no lo son, no es el causa del atraso que causan. Luego el origen de este mal, no esta en los cultivadores.
 
Luego está en el gobierno ¿ la consecuencia no es mia: ella se infiere de las premisas que he sentado.
 
Cuando digo que el gobierno existe el origen del atraso de nuestra Agricultura estoy mui lejos de calumniar á aquella porcion de hombres que la providencia ha colocado al frente de los negocios en los tiempos pasados. Por lo comun somos inclinados á calumniar á los que mandan mas de lo justo. Yo creo que habran procedido de buena fee, que con muy buena fe pudieron cometer mui grandes errores. Vamos a someter su conducta á nuestro examen.
 
Si el gobierno ha causado los males de la Agricultura; como los ha causado? Sin duda por medio de las Leyes, Que solo cuando las ignora circunscribe la libertad del ciudadano á quien manda ó veda. Y podremos asegurar que todas las Leies relativas á la agricultura han sido para ella funestas...
 
 
 

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773. Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811)Importante e inédito documento manuscrito, primer bosquejo para el “Informe de la Ley Agraria”, h. 1793.

Medidas: 30 x 21 cms.
 
PROCEDENCIA:
Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor de Jovellanos.
Familia de Jovellanos.
Colección particular.
 
 
Transcripción:
 
Pero en esta variedad que es lo que debemos pensar nosotros? Yo se lo diré.
 
Sin agravio de las personas que hasta aora han trabajado en esta causa, creo que podemos asegurar que en el examen de los males de nuestra Agricultura, y sus remedios no han seguido el metodo indicado por la naturaleza. Movidos de la fuerte impresion que les causaba la presencia de los males no se han detenido a buscar la primera raíz, confundieron muchas veces las causas con los efectos, creieron que podrian remediar efestos sin conocer aquellas, a la manera de oiertos médicos, busacan remedios para desterrar los síntomas del mal, olvidando que el primer axioma de la profesion, es que no se puede vencer el mal sin combatirle en la raíz.
 
Suplamos nosotros este defecto, adoptando por un instante como causas de la la decadencia de la Agricultura lo abusos que se han señalado, subamos a descubrir su origen.
 
Solo puede hallarse en tres puntos, a saber ó en la naturaleza, ó en el gobierno, ó en los mismos labradores. Examinemos separadamente estos tres puntos.
 
No se halla oiertamente el atraso de nuestra Agricultura en la naturaleza de nuestro clima, y de nuestro suelo. Sin detenernos a recopilar los testimonios de un número increible de autores antiguos y modernos que han elogiado la benignidad del clima, y la feracidad del suelo de españa para todo el gáner de producciones, creo que podemos asegurar sin reparo que España por la naturaleza de su suelo, es capaz de tener una muy estendida, y provechosa Agricultura.
 
Bien sé que España es un pais muy seco, que en natural posicion, ofrece poca actitud para los riegos, que carece de ríos navegables y, no goza de mejores proporciones para tener muchos, y buenos canales. Pero de los estorbos físicos inamovibles no se habla en este expediente porque no aspiramos, ni debemos á mas prosperidad que la que sea compatible con nuestra fisica posicion y si son amables, no en contra de la naturaleza el mal que deseamos combatir, sino de otra parte.
 
Tampoco creo yo que la ruina de la Agricultura  provenga de los misms Agricultores, el interes que es el que hace al hombra cultivas, le hace tambien cultivar lo mejor que puede. Siel no cultiva cuanto puede cultivar, ni tambien como se puede cultivar, ciertamente que será, ó porque no sabe, ó porque se le opone algun estorbo. Esta ignorancia, posible y este estorbo, ai son amovibles, no se deben imputar á el, y si no lo son, no es el causa del atraso que causan. Luego el origen de este mal, no esta en los cultivadores.
 
Luego está en el gobierno ¿ la consecuencia no es mia: ella se infiere de las premisas que he sentado.
 
Cuando digo que el gobierno existe el origen del atraso de nuestra Agricultura estoy mui lejos de calumniar á aquella porcion de hombres que la providencia ha colocado al frente de los negocios en los tiempos pasados. Por lo comun somos inclinados á calumniar á los que mandan mas de lo justo. Yo creo que habran procedido de buena fee, que con muy buena fe pudieron cometer mui grandes errores. Vamos a someter su conducta á nuestro examen.
 
Si el gobierno ha causado los males de la Agricultura; como los ha causado? Sin duda por medio de las Leyes, Que solo cuando las ignora circunscribe la libertad del ciudadano á quien manda ó veda. Y podremos asegurar que todas las Leies relativas á la agricultura han sido para ella funestas...
 
 
 

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