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1146. ESCUELA ESPAÑOLA, SIGLO XVIIRetrato de Mariana de Neoburgo segunda esposa de Carlos IIca. 1696-1698

Óleo sobre lienzo. 83 x 61,5 cm.
Al dorso, etiqueta en el bastidor de la Caja General de Reparaciones: «Serrano 114 / Lazaro Gadeano / 6 mayo 38»; etiqueta en el bastidor con nº «188»; etiqueta en el bastidor semiarrancada; a tiza en el lienzo «F2078 (1) V».
 
PROCEDENCIA:
Antigua colección José Lázaro Galdiano al menos desde 1913.
Colección particular.
 
BIBLIOGRAFÍA:
Amelia Aranda Huete, La joyería en la Corte durante el reinado de Felipe V e Isabel de Farnesio, tesis doctoral. Madrid, Universidad Complutense, 1996, vol. I, p. 186 y vol. IV, p. 1299.
Gloria Martínez Leiva, Mariana de Neoburgo (1667-1740). Escenarios, imagen y posesiones de una reina, tesis doctoral. Madrid, Universidad Complutense, 2019, vol. I, pp. 316-317 y vol. II, pp. 118-119, cat. IM29.
Gloria Martínez Leiva, «Imagen y poder: la impronta de la reina Mariana de Neoburgo (1667-1740) en el retrato de corte español», en Beatriz Blasco, Jonatan Jair López y Sergio Ramiro (eds.), Las mujeres y las artes. Mecenas, artistas, emprendedoras y coleccionistas. Madrid, Abada, 2021, pp. 221-222, fig. 3.
 
El presente retrato muestra a la reina Mariana de Neoburgo (1667-1740), segunda esposa del rey Carlos II (1661-1700), último soberano de la dinastía de los Austrias hispánicos. En éste la soberana luce peluca infolio y un recargado jubón lleno de puntillas, según el gusto francés de la época, moda que se impuso en la corte española en el último lustro del siglo XVII. Tiene gran protagonismo en la obra el joyel que figura en su pecho, con un águila bicéfala con la corona imperial y en cuyo centro figura el estanque y del que cuelga la perla peregrina. La presencia de esta alhaja puede leerse como una muestra de apoyo de la soberana a la causa Imperial, en un momento en que las luchas políticas por la sucesión de Carlos II estaban en todo lo alto y se tenía sospechas sobre qué bando apoyaba ella. El retrato pues estaría mandando un mensaje claro del compromiso de ésta con el emperador Leopoldo I y con los intereses sucesorios de los Habsburgo.
 
El lienzo de Mariana de Neoburgo hacía pareja con otro del rey Carlos II. Ambos formaron parte de la colección de don José Lázaro Galdiano y por ello fueron fotografiados por José Lacoste en 1913, dentro del catálogo fotográfico de piezas que éste elaboró de dicha colección (IPCE, Archivo Ruiz Vernacci, nº inv. VN-24635 y VN-24686). Es a través de la imagen tomada en ese momento cómo podemos observar que el retrato de la reina sufrió a posteriori, durante el siglo xx, una intervención para dulcificar su marcada fisionomía, ya que poseía una nariz sumamente alargada y un grueso labio inferior de herencia habsbúrgica. El rostro de la representada ahora se muestra juvenil, proporcionado y bello, quedando tan sólo como rasgo identificativo de ésta sus ojos azules.
 
En cuanto a la autoría de la pintura ésta pueda relacionarse con la que se conservaba en la colección Layard de Venecia a finales del siglo XIX, en donde vemos la misma forma de realizar puntillas y encajes en el vestuario de la soberana y que igualmente poseía un rostro de rasgos muy marcados. Dicho retrato es similar al realizado por Antonio Acisclo Palomino para el Oratorio de la Villa de Madrid en 1696 y asimismo la forma partida de realizar la peluca infolio y los bucles de ésta en la obra aquí presentada recuerdan a uno de los retratos más famosos realizados por el artista, el de Felipe V que se conserva en la Universidad de Salamanca.
 
Texto escrito por Gloria Martínez Leiva.
 
Agradecemos a Gloria Martínez Leiva su ayuda en la catalogación de este lote.
 
 
 

Precio salida

6.000 €

VENDIDO POR

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1146. ESCUELA ESPAÑOLA, SIGLO XVIIRetrato de Mariana de Neoburgo segunda esposa de Carlos IIca. 1696-1698

Óleo sobre lienzo. 83 x 61,5 cm.
Al dorso, etiqueta en el bastidor de la Caja General de Reparaciones: «Serrano 114 / Lazaro Gadeano / 6 mayo 38»; etiqueta en el bastidor con nº «188»; etiqueta en el bastidor semiarrancada; a tiza en el lienzo «F2078 (1) V».
 
PROCEDENCIA:
Antigua colección José Lázaro Galdiano al menos desde 1913.
Colección particular.
 
BIBLIOGRAFÍA:
Amelia Aranda Huete, La joyería en la Corte durante el reinado de Felipe V e Isabel de Farnesio, tesis doctoral. Madrid, Universidad Complutense, 1996, vol. I, p. 186 y vol. IV, p. 1299.
Gloria Martínez Leiva, Mariana de Neoburgo (1667-1740). Escenarios, imagen y posesiones de una reina, tesis doctoral. Madrid, Universidad Complutense, 2019, vol. I, pp. 316-317 y vol. II, pp. 118-119, cat. IM29.
Gloria Martínez Leiva, «Imagen y poder: la impronta de la reina Mariana de Neoburgo (1667-1740) en el retrato de corte español», en Beatriz Blasco, Jonatan Jair López y Sergio Ramiro (eds.), Las mujeres y las artes. Mecenas, artistas, emprendedoras y coleccionistas. Madrid, Abada, 2021, pp. 221-222, fig. 3.
 
El presente retrato muestra a la reina Mariana de Neoburgo (1667-1740), segunda esposa del rey Carlos II (1661-1700), último soberano de la dinastía de los Austrias hispánicos. En éste la soberana luce peluca infolio y un recargado jubón lleno de puntillas, según el gusto francés de la época, moda que se impuso en la corte española en el último lustro del siglo XVII. Tiene gran protagonismo en la obra el joyel que figura en su pecho, con un águila bicéfala con la corona imperial y en cuyo centro figura el estanque y del que cuelga la perla peregrina. La presencia de esta alhaja puede leerse como una muestra de apoyo de la soberana a la causa Imperial, en un momento en que las luchas políticas por la sucesión de Carlos II estaban en todo lo alto y se tenía sospechas sobre qué bando apoyaba ella. El retrato pues estaría mandando un mensaje claro del compromiso de ésta con el emperador Leopoldo I y con los intereses sucesorios de los Habsburgo.
 
El lienzo de Mariana de Neoburgo hacía pareja con otro del rey Carlos II. Ambos formaron parte de la colección de don José Lázaro Galdiano y por ello fueron fotografiados por José Lacoste en 1913, dentro del catálogo fotográfico de piezas que éste elaboró de dicha colección (IPCE, Archivo Ruiz Vernacci, nº inv. VN-24635 y VN-24686). Es a través de la imagen tomada en ese momento cómo podemos observar que el retrato de la reina sufrió a posteriori, durante el siglo xx, una intervención para dulcificar su marcada fisionomía, ya que poseía una nariz sumamente alargada y un grueso labio inferior de herencia habsbúrgica. El rostro de la representada ahora se muestra juvenil, proporcionado y bello, quedando tan sólo como rasgo identificativo de ésta sus ojos azules.
 
En cuanto a la autoría de la pintura ésta pueda relacionarse con la que se conservaba en la colección Layard de Venecia a finales del siglo XIX, en donde vemos la misma forma de realizar puntillas y encajes en el vestuario de la soberana y que igualmente poseía un rostro de rasgos muy marcados. Dicho retrato es similar al realizado por Antonio Acisclo Palomino para el Oratorio de la Villa de Madrid en 1696 y asimismo la forma partida de realizar la peluca infolio y los bucles de ésta en la obra aquí presentada recuerdan a uno de los retratos más famosos realizados por el artista, el de Felipe V que se conserva en la Universidad de Salamanca.
 
Texto escrito por Gloria Martínez Leiva.
 
Agradecemos a Gloria Martínez Leiva su ayuda en la catalogación de este lote.
 
 
 

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VENDIDO POR: 6.000 €

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